En las librerías, las secciones de libros infantiles suelen ser un espacio colorido y alegre. Las estanterías de libros para niños están llenas de ocurrencias de todo tipo con que los adultos tratan de construir un puente que los acerque a la lectura, aunque posiblemente ese vínculo ya este dado o bloqueado desde la familia.
En la etapa en que apenas estamos conociendo el mundo, un lugar lleno de ocurrencias, historias y personajes resulta fascinante, es por eso que en la niñez tenemos una gran propensión a encantarnos con los libros. Claro, entonces nos gusta que nos cuenten o nos lean la historia. Por eso, la forma en que los adultos cuenten lo que ocurre, describan a los personajes y los lugares y provoquen la imaginación, despertará en la pequeña audiencia un interés que luego buscará en las páginas de un libro.
Más adelante, cuando aprendemos a leer, la posibilidad de descubrir por nosotros mismos el universo mágico de la historia que se desarrolla en el libro es el motivo de una nueva fascinación.
La literatura infantil da paso a la juvenil. De los mundos a los que en los primeros libros nos asomamos, ahora, mediante la identificación con algún personaje, podemos tener acceso, interpretar, tomar partido, exponernos, descubrir, investigar.
Muchas veces preferimos prescindir del apoyo visual para que no contamine las imágenes que nosotros mismos vamos creando. Algún rincón solitario y quieto es predilecto para encender la imaginación y vestirnos con las aventuras y las angustias de los personajes.
Así aprendemos que, para intentar saciar la voraz inquietud de nuestra curiosidad, la lectura es el mayor aprendizaje; luego la usaremos para aprehender otras cosas, asuntos que nos interesan, documentos, información, teorías, historia, ciencia, y nuevas vidas de personajes, lugares y situaciones.
Así las cosas, el libro infantil es un instrumento clave en las primera etapas del conocimiento; la calidad de sus contenidos y presentación es fundamental para la labor que está llamado a realizar.
Desde hace ya varias décadas, en Costa Rica la producción de libros para niños ha crecido considerablemente y la calidad temática como de edición es de las mejores.
Ilustradores, escritores y editores han realizado una tarea merecedora de reconocimiento y de que los lectores la tomen muy en cuenta.
La oferta libresca infantil de producción netamente nacional es rica y de primera.
Existe un gran interés por integrar temas que incluyen el ambiente, la diversidad cultural y el complemento didáctico.
Algunos son bilingües, utilizan el castellano y su versión en lenguas autóctonas como el maleku o el bribri, o bien en inglés.
Algunos autores ya consagrados como Carlos Rubio, Ani Brenes, Mainor Arias, se une a algunos de la tradición como los inmensos Carmen Lyra y Carlos Luis Sáenz o la maestra Clara Amelia Acuña. Cuentos y poesías van acompañados de un magnífico trabajo de los artistas ilustradores de los libros.
Álvaro Borrasé, Rut Angulo, Vicky Ramos, Carmen Teresa Mora, entre otros, son nombres ya consagrados en este género y que han dejado en los libro infantiles verdaderas obras de arte.
Las principales editoriales, como la ECR o la EUNED mantienen una producción constante de estos volúmenes y han cuidado la selección de contenidos y autores.
La ECR con los cuentos +Un rincón para los sueños, ilustrado por Sara Morales y los poemas +Para que florezcan las estrellas, ilustrado por Vicky Ramos, ofrece dos bellos volúmenes de Clara Amelia Acuña que retratan ese mundo infantil tan costarricense que recogió en su extensa carrera como educadora y que logró vincular con temas y preocupaciones actuales hasta su fallecimiento en 2008.
También cuenta con una nueva edición de +Abecedario del Yaquí, excelente poemario de Rodolfo Dada ilustrado por Meredith Paul y Gerardo González.
De la educadora y psicopedagoga venezolana radicada en Costa Rica Anabelle Madden, la EUNED publica +Te regalo una montaña, conjunto de cuentos ilustrados por la artista venezolana Corina Álvarez. Una bella edición que constituye todo un recorrido por el entorno latinoamericano mediante la aventura e imaginación de sus personajes.
En este sentido cabe destacar la colección +Mapachín de la EUNED que ya cumplió 30 años y se ha especializado, tanto en poesía como en cuento, en tratar temas que tiene que ver con nuestro ambiente natural.
Se trata de libros que incluyen aspectos didácticos y de entretenimiento para que se pueden colorear o identificar los personajes, lugares y especies.
Según explican los creadores de esa colección:
“El Centro de Educación Ambiental (CEA) de la UNED produce la serie ambiental Mapachín con el propósito de llevarles a los niños y niñas, entre 7 y 12 años, un mensaje ambiental que conduzca a la formación de valores, la reflexión y el pensamiento crítico ante la problemática ambiental nacional.
La serie contiene diferentes modalidades literarias que ofrecen entretenimiento a la vez que el lector descubre interesantes datos sobre la naturaleza.
Con las excelentes ilustraciones de Álvaro Borrasé, esta colección conjuga educación, entretenimiento y valores estrechamente ligados con nuestro entorno y el respeto al entorno.
Por ejemplo, la versión bilingüe en español y maleku jaica escrita por Johnny Villarreal Orias e ilustrada por Borrasé +El galán de las lagunas que trata acerca de una ave que habita las humedales y conocida como +jabirú y llamada por los campesino +galán sin ventura. Es la cigüeña más grande de América pues mide 150 centímetro de altura y con las alas abiertas puede medir más de dos metros.
Además, a este libro lo acompaña un disco con la adaptación para radio de esta historia.
Como un puente que une generaciones la lectura suele unir la vejez y la niñez. Tal es el caso de +Confetis y serpentinas Los versos de la abuelita, editado por la EUNED. Este libro recoge los textos que a lo largo de su vida ha escrito María Teresa Salazar y son ilustrados por la mano infantil de Mónica Blanco Víquez. Versos, historia y hasta un radioteatro se reúnen en este volumen que también reflexiona acerca de los valores costarricenses.
De Roxana Valverde Limbrick +La nueva granja, ilustrado bellamente por Carmen Teresa Mora, busca educar en mejores formas de convivencia e interacción social, desde la equidad de género hasta el trabajo en grupos.
La autora explica que: “En un tejido de pensamiento creativo, lúdico y reflexivo entre los personajes de este libro, se propician algunas actividades iniciales de Filosofía para Niños (FpN) tales como hablar por turnos, mejorar hábitos de escucha, formar grupos en círculo, dar puntos de vista, etc.”
Como una provocación al mundo de la lectura y los libros, +Los sabios de papel de Ani Brenes ilustrado también por Carmen Teresa Mora y editado por EUNED es un hermoso volumen, didáctico e ingenioso.
Son cuentos que tratan sobre los libros y sus contenidos, aventuras con personajes y situaciones relacionados con letras, libros, bibliotecas, palabras y hasta computadoras.