Escribir sobre la filosofía de cualquier autor implica participar con voz propia en un diálogo que se desea. Interpretar la filosofía hegeliana supone una posición política y el deseo de entrar en un diálogo con todos los grandes temas filosóficos de nuestro tiempo. El deseo, el lenguaje, el trabajo, el goce, la formación de la identidad, el saber, la dialéctica, el estado, la política, el derecho, la propiedad, el reconocimiento, la historia y la posesión, todo está en Hegel y adentrarse en su pensamiento es adentrarse en la comprensión de una época.
En este año 2012, la Editorial Arlequín acaba de publicar en San José “El obstáculo y la inquietud”, libro mediante el cual el filósofo Roberto Fragomeno nos lleva de la mano por el pensamiento occidental, haciéndonos preguntas y provocando la reflexión, mientras él, desde Latinoamérica, recorre con dominio y maestría, los grandes temas de la filosofía hegeliana. El libro está dividido en cinco capítulos y una conclusión que inicia con un epígrafe de Diego Armando Maradona, quien además de hacerle goles a los ingleses, hoy nos enteramos que dejó frases para la historia de la filosofía. “Estamos como estamos, porque somos como somos”, dice el epígrafe del diez.Cada uno de los capítulos da material de sobra para un libro independiente. En el primero se aborda la tensión entre trabajo y goce desde una filosofía que quiere pensar la vida y que a su vez concibe al pensamiento como una vida. El deseo como deseo de otros deseos, el trabajo como factor constituyente de lo humano, el papel de la dialéctica del amo y del esclavo en la formación de una subjetividad siempre en tránsito, son todos temas que Fragomeno interpreta en diálogo con Freud, con Spinoza, con Foucault y con Marx, temas que selecciona y articula con suficiencia y seguridad. En el segundo capítulo se trabaja la filosofía del lenguaje, el lenguaje, que para Hegel no puede estudiarse separado de quien habla y de las contingencias de la enunciación. “No se nace en el lenguaje como se nace en el mundo (dice Fragomeno); pero nos hacemos humanos por el lenguaje. Y porque hay lenguaje hay sociedad y hay verdad.”
En el tercer capítulo se trata el tema de la religión entendida como actividad cultural, siempre en tensión con lo siniestro y con el deseo, en relación con la muerte, la ley que estructura y la política. “Lo que se diviniza es un ancestro que protegerá a lo social de lo siniestro.” Para Fragomeno, según su lectura de Hegel, la religión nace en la cultura para tratar con los residuos inaceptables del deseo. Parece que es mucho lo que el psicoanálisis le debe al filósofo alemán.
En el cuarto capítulo se nos presenta el gran tema de la condición trágica en la modernidad, la tensión entre libertad y destino, entre autonomía y heteronomía. Fragomeno historiza la condición trágica en el pensamiento hegeliano, la presenta en relación con la culpa y en relación con el castigo e inicia un recorrido filosófico por hitos de la cultura occidental que permiten profundizar en el conocimiento de este tema. Las tragedias griegas, el cristianismo y sus tribulaciones, la duda en Hamlet, los diálogos de Fausto y Mefistófeles. Ya se decía, interpretar a Hegel es interpretar la historia de una cultura y los procesos de un sujeto. “Se trata de pensar las propias condiciones de funcionamiento de la cultura y situarse reflexivamente respecto de las transformaciones.”
El capítulo cinco, titulado La hegemonía incluyente, está dedicado a una interpretación y a una reflexión propia que parte de la filosofía del derecho y de la filosofía política en Hegel. La posesión de las cosas, la propiedad que requiere el reconocimiento de los otros, la ficción de un contrato social fundante y de un individuo burgués abstracto, se cuestionan desde una filosofía que no separa epistemología y política, que entiende la dialéctica como lógica del conflicto y al idealismo como teoría del sujeto, una filosofía que no es reflejo del proceso histórico sino su momento comprensivo.
La construcción del Estado y de un proyecto político, la identificación entre autodeterminación del pueblo y autodeterminación de la nación, la narratividad histórica y su importancia en la realización de un proyecto cultural, la política del sentido y los procesos de la identidad, son los elementos que le permiten a Fragomeno proponer la categoría de “hegemonía incluyente” para interpretar desde nuestro tiempo la filosofía política de Hegel.
“Ser contemporáneo de uno mismo es estar en el mundo, agregarle cosas y transformarlo con acciones y con imaginarios.” Esto dice Roberto Fragomeno en el capítulo introductorio, y en la conclusión de su libro expone las razones que hacen de Hegel nuestro contemporáneo, es decir, encuentra posibilidades en Hegel para realizar desde Latinoamérica una crítica al capitalismo actual, a su conservadurismo y a su fundamentalismo.
“Hoy se nos postula un nuevo paraíso. El capitalismo con su poder dice ser lo único. Dice ser el cielo. Todo pensamiento que se postula como lo Uno se postula como Dios. Y esto es el fundamentalismo: una suerte de privatización de dios que es solidaria con lo mafioso como privatización del poder. En ambos casos se trata, hegelianamente visto, de un exceso por ser significantes vacíos. Como pretenden significarlo todo, no significan nada.” Así, con estas reflexiones sobre el presente termina Fragomeno su libro y lo hace siendo consecuente con una filosofía que se sabe en el mundo y que pretende su apropiación.
El obstáculo es al mismo tiempo negatividad, límite, dificultad e invitación a su superación, la inquietud es una pulsión incesante. El obstáculo y la inquietud es un recorrido crítico y lúcido por algunos de los temas más destacados de la filosofía hegeliana, por lo tanto, como decía, es la reflexión propia, la participación personal de Roberto Fragomeno en la comprensión de una época, en la comprensión de sus transformaciones, de su subjetividad, de sus luchas y de sus procesos.
Con este libro la Editorial Arlequín nos permite otra vez, acercarnos al valioso trabajo de un pensador activo a quien le gusta dialogar con los grandes.