Costa Rica reflejada en sus billetes

La antigua Biblioteca Nacional fue representada en este billete de 1952 (Foto: Cortesía Museos del Banco Central)La manera en la cual las élites entendieron

La antigua Biblioteca Nacional fue representada en este billete de 1952 (Foto: Cortesía Museos del Banco Central)

La manera en la cual las élites entendieron la identidad nacional a través de los diferentes momentos de la historia se ve reflejada en las representaciones culturales incluidas en los billetes emitidos, sobre todo rasgos arquitectónicos nacionales.

A esa conclusión podrán llegar quienes visiten la exposición “Arquitectura en la Numismática de Costa Rica”, que se abrirá al público en el mes de julio en la Sala de Exhibiciones Temporales de los Museos del Banco Central y que expondrá el arte plasmado, principalmente, en el papel moneda desde 1860 hasta la actualidad.

Según detalló Manuel Chacón, historiador y curador de numismática de esa institución, la exhibición muestra “la gran representación arquitectónica en los billetes”, lo cual incluye muchos edificios que hoy son patrimonio, así como otros que ya desaparecieron como la antigua Biblioteca Nacional o el Palacio Nacional.

 

“Se busca hacer conciencia de la arquitectura como un fenómeno de identidad nacional, pues algunos edificios son muy emblemáticos”, apuntó.

Chacón especificó que la exposición iniciará con un recorrido temático de los lenguajes y estilos de la arquitectura más representada tanto en billetes como en monedas. Luego, mostrará el detalle de las representaciones de bancos o iglesias. Hacia el final aparecerá información sobre dónde construyeron esos inmuebles, junto a sus respectivos grabados.

Informó, además, que la exposición ofrecerá una presentación en computadora con detalles sobre la historia de cada billete, incluso un juego interactivo para armar construcciones de acuerdo con los diferentes estilos arquitectónicos.

Algunos edificios representados a lo largo del tiempo fueron la parroquia de Heredia, la iglesia de Orosi o las Ruinas de Cartago. También, han ocupado su lugar la Universidad de Costa Rica (UCR) y, por supuesto, los diferentes bancos. Según informó Chacón, el Teatro Nacional y la Corte Suprema de Justicia son los inmuebles más representados.

VISIÓN DE LAS ÉLITES

El investigador enfatizó la importancia de atender los detalles presentes en monedas y billetes, a los cuales normalmente no se les presta atención en el uso cotidiano por ser objetos de cambio. Por ello, esta exhibición es el resultado de un esfuerzo consciente por rescatar los elementos de contexto histórico, que forman parte de ese registro cultural.

“Las élites emiten billetes según su visión del país, de la cultura y del modelo económico que se debe seguir”, expresó al respecto y destacó que en la actualidad esa práctica está vigente, pues persiste la tradición de incluir imágenes de los “grandes hombres de la patria” en los billetes, aunque se les ha sumado la idea biológica de biodiversidad.

Chacón observó que la mayoría de los billetes de la exposición reflejan las actividades económicas de producción de café o banano, así como el afán de las élites por aproximarse a la cultura europea que en muchos casos se expresa a través de alegorías, es decir, imágenes que dan la idea de los valores deseables, la identidad asumida o las mencionadas actividades comerciales.

En ese sentido, se refirió al ejemplo del célebre billete de ¢5, el cual calificó como “muy particular”, ya que presenta una visión de Costa Rica basada en la producción y comercio de café y el banano como parte de “un retrato idílico de un país de población blanca, reflejo del interés de la élite precisamente por blanquear la sociedad; de acuerdo con esto, no aparecen minorías como personas asiáticas, afrodescendientes o indígenas”.

Chacón fue más allá y apuntó que se trata de imágenes comparables con lo que dicen los libros de texto escolares sobre una mayoría “blanca” en la composición de la sociedad costarricense, en un afán de acercarse a un ideal de sociedad. Al mismo tiempo, llamó la atención al hecho de que durante el periodo de finales del siglo XIX e inicios del XX, los billetes tenían muchas referencias en estética neoclásica a Grecia y Roma antiguas, siempre con el afán de acercarse a Europa.

La arquitectura como tal cobró importancia a partir de 1860 y según explicó, se debió a que el auge del comercio del café. Este significó “una prosperidad económica centrada en la oligarquía, pero a partir de ello se dio un desarrollo del Estado”.

Especificó que 1850 fue el punto de partida de la construcción de obras de infraestructura estatales para contener a las instituciones —como el Congreso o la Comandancia de Plaza—, las cuales se apegaron a un estilo neoclásico y fueron grabadas en los billetes para plasmar la idea de consolidación del Estado y desarrollo del país.

Siguiendo esa misma lógica, a inicios del siglo XX se empezó a incluir la arquitectura de los edificios de los bancos como una manera de mostrar su solidez. Sobre ese tema en particular, Chacón recordó que hasta 1914 la banca era privada y los bancos hacían sus propias emisiones. El Banco Comercial, el Banco de Costa Rica y el Banco Anglo Costarricense eran los principales emisores.

Esos factores incidieron en que, en la década de los años 50, la arquitectura representada en los billetes abandonó los modelos neoclásicos por otros más modernos relacionados no solo a los nuevos ideales de desarrollo, sino a la edificación de nuevos inmuebles de los propios bancos.

Al abordar el tema de los billetes como productos culturales, el historiador manifestó que “hoy sabemos que somos un país de múltiples identidades, pero hay una identidad nacional de alguna manera oficializada y dentro de ella no se puede dejar fuera la diversidad cultural y biológica. Es un discurso construido incluso por la vía de la promoción turística, como se aprecia en el billete de ¢5000.”

En ese sentido, llamó la atención al hecho de que únicamente en tres billetes emitidos desde los años 40 se aprecia alguna relación a la cultura indígena, pero en todos ellos predomina la imagen “del indígena sometido bajo el dominio español. Esto es parte del discurso histórico de la época, el cual consideró que los españoles trajeron la civilización”.

Por otra parte, la población afrodescendiente apareció en un par de billetes relacionados con tareas propias de la producción y carga de banano al ferrocarril.

“Lo que se ve en billetes y monedas —reflexionó— no es un reflejo cabal de la historia del país, sino una representación material de ciertos elementos que hacen referencia a una parte de esa historia”.

Desde el punto de vista de la identidad cultural, el investigador juzgó que el aporte del estudio de estos billetes es la posibilidad de rescatar elementos importantes en cada época, pues “son parte de la herencia cultural no solo por lo que representan, sino porque en sí mismos son parte de las manifestaciones culturales”, expresó.

Detalló que lo anterior se debe a que esas élites que en los diversos momentos de la historia han tenido a su cargo el diseño de las emisiones, se preocuparon por rescatar elementos que consideraron fundamentales, de manera tal que “se trata de la historia de la idea que en diferentes  momentos se ha tenido de la nación  y el Estado”.

 


 

Los Museos del Banco Central se encuentran bajo la Plaza de la Cultura, en San José. El inmueble alberga al Museo de Oro Precolombino, el Museo de Numismática y la Sala de Exposiciones Temporales que alojará esta exhibición.

Los museos están abiertos al público todos los días de 9:15 a.m. a 5 p.m. La entrada general tiene un costo de ¢5500 para personas adultas extranjeras y ¢1500 para costarricenses y residentes, quienes además los domingos solo pagan ¢500. Hay una tarifa reducida de ¢4000 para estudiantes extranjeros y ¢500 para estudiantes costarricenses y residentes.  Todos los miércoles son de acceso gratuito.


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