A partir de este mes se normalizará la situación laboral de Jimena Muñoz y Juan Pablo Miranda de Danza Universitaria. (Foto: Brian Breness)
Después de casi dos meses sin recibir salario ni respuestas por parte de la administración universitaria, la condición laboral de los dos integrantes más recientes de Danza U se normalizará.
Así lo informó la productora de la agrupación, Carolina Valenzuela, tras una reunión sostenida con Gloria Meléndez, de la dirección ejecutiva de la Rectoría, el pasado viernes 7 de setiembre por la mañana.
Valenzuela aseguró que tras el envío de cinco cartas a la Vicerrectoría de Acción Social (VAS), a la Rectoría y a la Contraloría Universitaria, de casi dos meses en espera de respuestas y de la aplicación de medidas de presión por parte del grupo, finalmente se concretó un acuerdo para solucionar la situación salarial y laboral de Jimena Muñoz y Juan Pablo Miranda.
Este acuerdo implicará una prórroga del contrato de ambos bailarines hasta diciembre, así como la apertura de un proceso de análisis administrativo para consolidar plazas permanentes para estos dos empleados universitarios.
EL RECUENTO
Según indicó la directora de Danza U, Hazel González, las plazas que ocupan Muñoz y Miranda fueron aprobadas por la administración universitaria anterior, en vista de las necesidades de la compañía y para alcanzar el cumplimiento de los objetivos.
“Cuando Danza U empezó habían doce bailarines y un director. Más tarde dos plazas de bailarines se perdieron. Cuando Carolina (Valenzuela) asumió la producción de la compañía y Luis (Piedra) la dirección del programa de formación (Danza Abierta), perdimos dos plazas más”, explicó.
La directora opinó que estas dos nuevas plazas, una en el área de producción y otra en la dirección de Danza Abierta, debieron haber sido creadas por la Universidad, mas salieron de las plazas de los bailarines, por lo que el elenco fue reducido a ocho intérpretes.
González recordó que en febrero del 2011 realizó —a la VAS y luego a la Rectoría— la solicitud de abrir dos plazas más para bailarines y una media plaza para un asistente administrativo.
Esta solicitud fue aprobada por la entonces rectora Yamileth González y a las plazas se les dio contenido presupuestario desde la partida de Servicios Especiales de la propia Rectoría.
Comenzó entonces, dijo la directora, un proceso de diez meses que incluyó el diseño de un perfil, la publicación del concurso interno –que se declaró desierto– y apertura del concurso externo, que culminó con la selección de Jimena Muñoz y Juan Pablo Miranda como nuevos miembros de la compañía.
De esa manera, a partir del 7 de marzo, ambos bailarines pasaron a formar parte de la agrupación. Sin embargo, los mismos bailarines afirmaron que el 13 de julio no recibieron la totalidad de su salario y la siguiente quincena tampoco.
“Sumando ambos pagos ni siquiera nos llegó la mitad del salario de julio y después de la segunda quincena de ese mes, no nos ha llegado nada. No nos han pagado ni agosto ni lo que va de setiembre”, afirmó Miranda.
Tras notar esta irregularidad en su salario, los bailarines consultaron con la directora, quien afirmó que procedió a realizar las consultas correspondientes buscando normalizar la situación.
“Me dijeron que era que yo no había prorrogado el nombramiento, que por contrato era de tres meses prorrogables y que por eso les habían dejado de pagar; inmediatamente mandé la solicitud y me informaron, verbalmente, que no había contenido presupuestario y que a menos que tuviera una carta de compromiso de la Rectoría no nos iban a apoyar, pero eso nadie lo puso por escrito”, aseveró Hazel González.
La directora y productora mencionaron que en una reunión sostenida en la VAS el 4 de setiembre para discutir la contratación futura de los bailarines de Danza Universitaria, se les informó que el contrato de los bailarines se había acabado a los tres meses y que no había presupuesto para prorrogarlo.
RESPUESTA SE DIO TRAS PROTESTA
Según comentaron los integrantes del grupo, una vez cumplido el plazo legal de respuesta de todas las notas entregadas a la Rectoría y la vicerrectoría correspondiente y sin haber recibido respuesta alguna a sus interrogantes, decidieron hacer pública la situación para presionar a las autoridades.
Así, el 3 de setiembre mediante su perfil en la red social Facebook, la agrupación se manifestó en torno a la situación de Muñoz y Miranda. La publicación indicaba que “por irregularidades en el proceso administrativo de contratación” ambos bailarines estaban trabajando “sin percibir ningún salario, sin previo aviso ni explicación alguna por parte de las autoridades universitarias”. Asimismo, en el texto el grupo exigía pronta respuesta y defendía “la permanencia y estabilidad laboral” de sus compañeros.
Tres días después, se le notificó a directora de la compañía de una reunión que se realizaría el viernes 7 en Rectoría para tratar la situación. En esta reunión, según afirmó Carolina Valenzuela, la administración universitaria “al fin” dio respuesta a los cuestionamientos del grupo y justificó la falta de presupuesto.
También, aseguró, las autoridades aceptaron prorrogar el nombramiento de Muñoz y Miranda hasta diciembre del 2012 y ampliar dicho nombramiento año con año, hasta que se consoliden las respectivas plazas.
La productora afirmó que la agrupación está satisfecha, pues con este acuerdo se soluciona la problemática de los dos bailarines más jóvenes. No obstante, sostiene que la respuesta de las autoridades se debió a la presión ejercida por el grupo. “Nos respondieron porque lo hicimos público, porque anteriormente nos habían cerrado todas las puertas”, dijo Valenzuela.
A pesar de los esfuerzos, no fue posible obtener declaraciones de las autoridades universitarias. La tarde del jueves 6 de setiembre se llamó a la oficina del director de la Sección de Extensión Cultural, Euclides Hernández. La secretaria indicó que Hernández estaba fuera de la oficina, por lo que se dejó mensaje solicitando que devolviera la llamada el día viernes, lo cual no sucedió.
Gloria Meléndez, de la dirección ejecutiva de la Rectoría, afirmó vía telefónica que atendería las consultas de este Semanario de manera personal en la Rectoría. Ella indicó que le solicitaría a su secretaria reservar un espacio para atender el mismo viernes por la tarde y que avisaría. Sin embargo, no se recibió confirmación sobre esta cita.
Se realizaron repetidas llamadas a la oficina de Meléndez y a la recepción de la Rectoría, pero al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.
¿Futuro incierto?
El jueves 6 de setiembre, UNIVERSIDAD conversó con los integrantes de Danza U, quienes se mostraron desconcertados por la situación laboral que afectaba a sus compañeros y, a la vez, manifestaron su preocupación en torno al futuro del grupo.
Los bailarines opinaron que tras tanto tiempo en espera de respuestas, empezaban a dudar de las buenas intenciones de la administración con respecto a la agrupación.
Verónica Monestel comentó que le provocaba “indignación la reacción de la administración, o mejor dicho su no reacción, el silencio, el no querer responder nuestras cartas; ese silencio otorga una posición como de no querer ayudarnos”.
La bailarina añadió que “esperaríamos que no solo esta administración, sino cualquier otra, aplique las políticas laborales de las que tanto habla e incluso se jacta”.
Elián López dijo que para ella era contradictorio que el cambio de administración resultara en la falta de apoyo a un proyecto que tiene 35 años de funcionar. “Sentimos que se está irrespetando toda la trayectoria y el trabajo que se ha venido haciendo”.
La productora también opinó que si la nueva administración desea reestructurar la unidad, la agrupación desea ser parte activa en estos cambios, pero que “no es bien recibido que esos cambios resulten en un recorte de recursos”.
El bailarín Gustavo Hernández aseguró que el desconcierto y la preocupación de los miembros del elenco no respondían a una “resistencia al cambio”, sino a un deseo de ser incluidos en el proceso. “El que no nos respondan y no nos digan qué esta sucediendo, genera una sensación de que nos están excluyendo”, afirmó.
Eduardo Guerra expresó que “cabe preguntar cuáles son las reales intenciones de esta nueva administración, con toda la desestabilización que se esta dando; al no tener argumentos claros nos preguntamos ¿qué será lo que están planeando para danza?”.