La XII Feria Internacional del Libro, que se realizó en La Aduana del 11 al 20 de noviembre, fue el marco para la presentación de nuevas publicaciones de varios sellos editoriales.

Uno de ellos fue La Jirafa y Yo, que aprovechó la fiesta anual de los libros para lanzar al mercado tres obras dirigidas al público infantil y juvenil.

Dos de ellos fueron “El niño y el toro”, escrito e ilustrado por Héctor Gamboa; y el otro fue “Tres cuentos cortos para viajes largos”, de Adián González. Ambos son escritores de la Editorial La Jirafa y Yo, que desde su aparición en el mercado nacional se ha propuesto crear obras literarias dirigidas a los niños y jóvenes, destinadas al proceso pedagógico y fortalecimiento de la lectura, mediante libros escritos en lenguaje accesible, bien ilustrados e impresos con estándares internacionales.

Esta editorial se ha propuesto fomentar la lectura con historias cercanas a las realidades de sus lectores, y que junto a la historia relatada, la ilustración se presente paralelamente como un recurso que seduzca la imaginación infantil.

CON SABOR GUANACASTECO

Héctor Gamboa nació y creció en Guanacaste. De su niñez recuerda el paisaje de esa provincia; de ahí surge su historia “El niño y el toro”, que relata la relación entre Benigno y Furia, un enorme toro al que nadie es capaz de domar. El niño pasa el verano en la casa de su abuelo, y ahí surge la amistad entre ambos.

Aunque Gamboa no se declara seguidor de la fiesta taurina ni afín de las conocidas “corridas a la tica”, en su libro intentó presentar otro lado de lo que sucede, cuando la fuerza descomunal de una bestia da paso a la avasalladora inocencia de Benigno.

Magníficamente ilustrado, “el libro está construido desde las sensaciones de la infancia y las tradiciones guanacasteca y costarricense. Traté de interpretarlas desde el respeto a la naturaleza nacido del amor y la amistad, que surge entre el hombre y los animales”, comentó Gamboa.

Detalló que esta y su anterior publicación, “Acuantá”, surgen de una necesidad personal de contar sobre las tradiciones e ir arraigándolas en el imaginario colectivo infantil.

“La esperanza de la literatura está en la formación de nuevos públicos, y debemos empezar desde la niñez. Por eso, el libro debe atraer a los nuevos lectores con obras que sean atrayentes en sus historias, y la impresión misma de los libros tiene que ser de primera calidad”, enfatizó el autor e ilustrador.

Para Gamboa, desde la Editorial La Jirafa y Yo, han procurado diseñar libros cuya impresión invite a ser un objeto de colección, que las personas deseen adquirirlos por la belleza de la ilustración, y porque su contenido sea compartido por los adultos y los niños.

CUENTOS PARA UN VIAJERO

Por otro lado, Adián González es un artista cubano, radicado en Alajuela desde el año 2005, y que luego de varios años de mantener en gavetas sus cuentos, los publica bajo el alero de esta editorial. Sus ilustraciones se acercan al “comic” y se complementan con un texto que gustará a los niños de mayor edad.

Escritos por el mismo González, “Tres cuentos cortos para viajes largos” contiene historias mágicas, con frases inquietantes que construyen mundos inimaginados, al leer que “todo esto sucedió después del domingo y el día antes del lunes” o “estaba tan oscura que no se escuchaba nada”.

“Memo”, “Marina” y “La casa de las 12 puertas” componen esta publicación. Fueron “concebidas en Cuba hace siete años; estas breves historias fueron realizadas en menos de un mes e intentan mezclar los recursos de la gráfica del cómic y la ilustración de libros, para contar historias visualmente imaginativas, con un lenguaje sencillo y poético”, dijo Adián.

Un Darío para todos

Otra novedad editorial es “Poemas que Rubén te daría”, una colección de poemas seleccionados por el periodista Gerardo Bolaños, y prologado por el escritor nicaragüense Sergio Ramírez Mercado.

El libro será presentado en las próximas semanas, aunque empezó a venderse durante la XII Feria Internacional del Libro.

A criterio de Ramírez Mercado, “esta no es una antología infantil, sino una antología de poemas de Rubén Darío destinados a deleitar a los niños, que es diferente… Él no escribió poemas infantiles, sino poemas que en su luminosidad etérea, y en su textura de seda, tocan todas las almas, y primero que nada tocan el alma de los niños y de los jóvenes, tanto así que pasan los años y los seguimos recordando”.

Bolaños concuerda con Ramírez Mercado, y agrega que junto a la pluma de Darío, los noveles lectores disfrutarán las ilustraciones de Adián González, “que ofrece un contrapunto visual a la melancolía existencial de los versos del poeta”.