Los entretelones de los juegos de la Selección Nacional de Costa Rica, vistos por un periodista costarricense en la reciente gira a Japón
En este impresionante escenario, el estadio Yokohama, las selecciones de Costa Rica y Japón empataron a un gol.
Una cantidad de 64.733 aficionados vieron empatar a las selecciones de Costa Rica y Japón 1×1, en un partido de laboratorio para ambos países, por las ausencias conocidas de nuestro once titular y los japoneses que actúan fuera del país.
Cada futbolista a lo suyo: Lonnis en el marco, para defender, Harold Wallace, Luis Marín, Mauricio Wright, Gilberto Martínez y Juan José Rodríguez. Mauricio Solís en la contención y dos manejadores en medio campo, Wílmer López y Walter Centeno con dos en punta en la definición, Rolando Fonseca y Ronald Goméz.
El laboratorio empezó a funcionar con la velocidad que pretendían los japoneses y el control defensivo de Costa Rica con base en la interferencia desde el medio campo para amortiguar la velocidad rival. Los costarricenses lo lograron porque no funcionó como de costumbre el 1-2 ni el pase al espacio vacío, arma característica de Japón.
Se observó un buen desplazamiento por las bandas de Japón, especialmente por la izquierda, para evitar las limitaciones por el centro de Costa Rica. Se veían bien con el balón a los pies; y por estatura y salto, ganan muchos balones arriba frente a rivales de buena estatura como Luis Marín y Mauricio Wright.
El fogueo se torna importante porque el planteamiento defensivo japonés presenta una estructura de tres hombres; cuando bajan regresan hasta seis, igualmente cuando van a la ofensiva.
La delantera presionaba y en momentos difíciles Erick Lonnis salvó situaciones de gol mientras en el otro sector ofensivo, la selección costarricense creó importantes espacios hasta conseguir un objetivo para anotar mediante tiro de penal que Ronald Gómez no definió por buena intervención del portero japonés.
GOL DE JAPÓN
Este gol fue más accidente que otra cosa; un centro por la derecha que se quedó en el aire hizo una rara curva y penetró en el marco de Lonnis para abrir el marcador.
Winston Parks, quien ingresó de cambio por Oscar Rojas, fue el autor del gol tico con una corrida por la banda izquierda, que luego corta al centro y enfrenta al portero para con un tiro de derecha bien colocado, dejar la bola abrazada a la red.
El 1×1 era aceptable por el buen fútbol que mostraron ambas selecciones, al concluir los noventa minutos en el Yokohama Stadium, con un primer tiempo de más acción, mientras estuvieron en la cancha los titulares. Luego vinieron los cambios que bajaron la calidad del fútbol y se mantuvo la intensidad por romper el empate.
El convenio entre las partes fue de siete cambios (más el portero), lo cual favoreció nuevos movimientos con distintos jugadores que llegaron a la alineación.
Al laboratorio de este juego se sometieron Mauricio Wright que actuó con gran solvencia y calidad; Juan José Rodríguez, de un gran comportamiento defensivo; y la entrada importante de Daniel Vallejos.
El partido lo terminaron los ticos con Max Sánchez en el medio campo, sin Wílmer López ni Walter Centeno.
OPINIÓN DEL TÉCNICO
Alexander Guimaraes se mostró satisfecho por el resultado y la actuación en la cancha, porque los ticos lograron amortiguar la velocidad de los japoneses. Además pudo observar juntos a los recuperadores Wílmer López y Walter Centeno, el rendimiento de Daniel Vallejos como marcador de punta, Juan José Rodríguez y a Wright junto a Marín y Martínez.
-¿Y la definición?, le preguntamos a Guimaraes: -«Estamos trabajando sobre eso pero hay que hacerlo con mayor regularidad. Hay que trabajar mucho para lograrlo».
Explicó que Wílmer había perdido una ocasión, Fonseca la elevó demasiado y Goméz había desperdiciado el penal.
Todo esto es poco, si lo comparamos con lo que hizo el cantante del Himno Nacional, un boliviano que se olvidó de la letra en un verso, por lo que improvisó con la que se le ocurrió.
EL OTRO ESCENARIO
Tres días después del partido contra Japón, la cita en la segunda sede del Mundial era en Corea, otra gigantesca obra arquitectónica construida para el futuro, con capacidad para 66.000 aficionados cómodamente instalados.
Para el partido contra los coreanos en el Daegu Stadium, la filosofía del técnico fue otra en relación con el primero, porque quería ver con más amplitud a los jugadores que tuvieron poca oportunidad en el encuentro japonés, de manera que cambió la alineación.
Álvaro Mesén vino al marco, Alexander Madrigal jugó a la par de Wright y Luis Marín por la derecha; en el intermedio alineó a Juan Bautista Esquivel y Winston Parks alineó desde el principio.
Observamos a un rival de más peso que el anterior. Con fuerza, velocidad, recuperación y decisión dominó a Costa Rica y le hizo 2×0, esto sin incluir en la planilla a los jugadores que actúan en el exterior.
Mesén anduvo bien en la contención, paró varias acciones ofensivas del rival y cedió el campo a Léster Morgan.
Guimaraes rotó a ocho hombres en el segundo tiempo, intentó con el ingreso de Ronald Goméz más poder ofensivo con la suerte negativa por el tirón que padeció; debió abandonar el campo pocos minutos después de su ingreso.
La selección de Corea hizo dos goles, uno en cada marco y a diferentes arqueros, el primero a Mesén y el segundo a Morgan.
Terminaron los ticos con diez jugadores en la cancha por la lesión de Ronald Gómez.
Hacer un buen juego y sacar las conclusiones necesarias, fue la filosofía de ambos partidos, explicó el técnico Guimaraes durante la entrevista que realizamos en el estadio coreano.
» Logramos un buen nivel frente a Japón, empatamos y se pudo haber ganado, aunque el objetivo no era el marcador; pudimos observar a la gente que nos interesaba con más detenimiento».
Parte de la importancia de esta gira a Japón y Corea, fue la búsqueda del primer rival de Costa Rica en el mundial y la similitud del perfil futbolístico, acotó Guimaraes.
CONCLUSIÓN
La gira dejó dividendos positivos a nuestro fútbol por varias razones: el desgaste del desplazamiento, el ambiente, las instalaciones, los horarios, las comidas y haberse fogueado en los países sede y los estadios.
La principal enseñanza es la necesidad de trabajar más en conjunto y definición, encontrar la fórmula defensiva para mayor velocidad y no desaprovechar desajustes defensivos del rival u oportunidades de anotar. Esto porque durante la competición mundialista costará encontrar errores en el rival. Por eso hay que insistir en el aprovechamiento de circunstancias.