Algunos atribuyen la crisis de la LDA a la falta de ambición de sus jugadores tras ganarlo todo.
Juan Carlos Oblitas, en primer plano, con jugadores como Rolando Fonseca, Patrick Pemberton, Roberto Porras y Mikael Rodríguez en reserva, solo duró nueve partidos en el campeonato.
El presidente de Liga Deportiva Alajuelense, Rafael Ortiz, se aferra en público al hecho de que el cuerpo directriz que preside, no fue el responsable de que el técnico colombiano, Jorge Luis Pinto, que hizo bicampeón al equipo, no siguiera otra temporada al frente de los jugadores.
Ortiz manifestó a este periodista, que con el entrenador se siguieron los pasos estipulados en el contrato y que requerían de una evaluación de su labor, una vez terminada la última campaña.
«Pinto sabía que no lo íbamos a firmar media hora después de ganar el título en Liberia; aún faltaban partidos y terminado el juego 44, él quedaba a la espera del análisis de su labor por parte de los directivos.
No era un asunto de tres días o de un mes, pero se nos vino la presión de los aficionados, un sector de la prensa y en el seno de la directiva del club, se daban diferentes pareceres sobre la conveniencia de que Pinto siguiera o no. Como presidente, aunque podía estar de acuerdo en la continuidad de don Jorge, debía mantener el equilibrio. El asunto se alargó más de la cuenta, se manoseó en público y cuando decidimos que Pinto siguiera, nos dijo que no».
OBLITAS FRACASA
Ante la negativa del colombiano para continuar en la dirección técnica, el presidente Ortiz, asesorado por Rolando Villalobos, ficha en Perú a Juan Carlos Oblitas.
Se suceden entonces los errores del nuevo timonel, que son bien señalados por dos periodistas de color rojinegro, Luis Fernando Rojas y Rodrigo Díaz, desaciertos que ahora que Oblitas dejó su cargo, de común acuerdo con la dirigencia eriza que lo destituyó tras la caída en San Ramón 5-3, comparten miles de seguidores de la divisa manuda.
Se resumen así.
a) Cuando el peruano se hace cargo de la pretemporada del equipo, este no cuenta con diez de sus jugadores que están con la Selección Nacional en la Copa de Oro: González, Mesén, Castro, Marín, Chinchilla, Bryce, López, Scott y Fonseca. Súmele a Wallace.
Entonces, es difícil triunfar si la pretemporada se llevó a cabo con un grupo de jóvenes, apuntalados con veteranos como Luis Diego Arnáez, Marcelo Gómez y Pablo Izaguirre; pero en el primer partido del campeonato, estos promisorios futbolistas que conocieron a Oblitas en playa y montaña y en partidos de fogueo, pasan a la reserva y el técnico alinea en el primer juego contra Santa Bárbara a nueve seleccionados que apenas acababa de conocer.
El colega Rojas opina que «era urgente que los asesores técnicos de Oblitas, como Enrique Vázquez, Luis Roberto Sibaja o el mismo Paúl Mayorga, le hicieran ver al técnico con claridad que los futbolistas del seleccionado estaban reventados, por una carga física y mental de partidos que viene desde el final de la temporada anterior, la ausencia de pretemporada y la carga de los juegos con la tricolor».
Díaz dijo que «un error de Oblitas fue aislarse de los grupos asesores -el mismo Germán Retana, profesional de éxito al lado de Alexandre Guimaraes en el Mundial de Asia en el manejo de grupo-, igual fue invitado a hacerse a un lado por el técnico peruano, lo que dio a entender que el nuevo timonel no quería contaminarse con nada del reciente pasado, quizá para manejar el la situación con sus hombres de confianza, incluyendo a su hijo, que llegó a acompañarlo en la dirección técnica de la Liga en forma gratuita».
Rojas agregó que «a Oblitas nadie le advirtió del error de empezar el campeonato con los jugadores de la Selección Nacional, saturados de fútbol; el debió actuar como en su momento lo hizo uno de su antecesores, Guilherme Farinha, en situación idéntica. El portugués empezó un campeonato con los jóvenes y ordenó un trabajo especial con los seleccionados de entonces; estos fueron separados del equipo dos semanas para que trabajaran en un reacomodamiento físico y luego fueron injertados poco a poco en la formación titular hasta lograr un segundo título (Pinto firmó los otros dos)».
Rodrigo Díaz afirmó que quizá Oblitas pensó que bastaban los nombres de los seleccionados para empezar a arrasar en el campeonato, «pero no fue así, porque el mal de la Liga viene de antes. Incluso, ya con Pinto el equipo entró en declive y tuvo un gris final de campeonato, aunque con el tetra en la bolsa, de manera que los males se inician apenas conquistó su última corona y reventaron con el arranque de la nueva temporada, con un grupo de jugadores, los mejores, hastiados y sin reposo».
CANSADOS DE GANAR
Para Virgilio Calvo, ex-directivo del Alajuelense en los años 90, quitar a Pinto fue un error garrafal de la directiva, porque su salida dio paso a que no solo llegara un técnico complaciente, de personalidad opuesta a la del colombiano, sino, lo más grave, los directivos no supieron leer el momento actual.
«Hicieron una mala lectura, porque no analizaron que clubes como Saprissa, Cartaginés y Herediano se rehabilitaban en diferentes renglones internos, para entrarle con todo a frenar a la Liga en sus aspiraciones de un pentacampeonato y menos supieron analizar a sus propios jugadores.
Oblitas, de mano blanda, toma el mando de un grupo de jugadores que ya lo ganaron todo, que suponen van a seguir triunfando porque son los mejores, aburridos de estar bien, de un éxito demasiado prolongado, que no podían ser malos o tener defectos en la grama; desaparece la mano férrea de Pinto, llega la mano blanca de Oblitas y a la Liga le sucede como a los Yanquis de New York.
Se creen superiores, pierden el hambre de victoria y dan paso a que los Marlins (Saprissa) los devoren y les pasen por encima».
Carlos Alvarado, gloria de Liga Deportiva Alajuelense, el mejor portero del fútbol nacional, dijo a UNIVERSIDAD que al equipo le ha faltado una voz amiga. El bien llamado «Aguilucho» por sus tapadas prodigiosas volando en el marco, expresó que «Pinto tenía defectos como cualquier ser humano pero muchas virtudes, pero ya que se fue, a su sucesor, Oblitas, debieron ponerle como asesor o ayudante a gente idónea, de grupo, como Javier Delgado que conoce, que viene del equipo y que lo pudo ayudar muchísimo».
«Oblitas no se rodeó de la gente más conveniente», expresó Alvarado, para quien los chismes de bar, los celos entre los jugadores por el salario de Rolando Fonseca, son eso, meros chismes a falta de comentar temas de valía.
Y terminó con una anécdota: » en 1948, muchos jugábamos gratuitamente en la Liga; llegó un directivo y nos dijo: vamos a contratar a Elías Valenciano y a José Miguel «Chumpi» Zeledón para ser campeones en el 49; les vamos a pagar ¢400 por mes. ¿Están de acuerdo o no? Todos dijimos que sí; seguimos jugando y ese par de estrellas ganaron ayer y hoy para ganar. Nadie juega a perder, ni siquiera billar. En la Liga de hoy, no hay ningún problema por los salarios» enfatizó don Carlos.
Hoy, Alajuelense es entrenado por Enrique «Quique» Vázquez, técnico de su riñón; la dirigencia estudia credenciales de otros entrenadores y por lo visto en el partido contra Carmelita, ganado por la Liga 1-0, la renovación del plantel es un hecho, lo mismo que el reposo a sus mundialistas.
¿Les resultará?
