El equipo femenino de fútbol ganó la medalla de oro y se encargó de aminorar el fiasco del representativo masculino costarricense.
Los periodistas deportivos de prensa, radio y televisión descuartizaron a la selección nacional de fútbol que fue eliminada en la final de los Juegos Centroamericanos y perdió la medalla de oro ante Honduras.
¡Qué ridículo hicieron los “chineados” del deporte nacional!
La prensa los trituró y aprovechó el evento para destacar el éxito de la delegación nacional en las justas del área, hizo mención del triunfo de atletas en otras disciplinas deportivas, que lograron conquistar, entre varias de ellas, 93 medallas de oro y el segundo lugar de la competencia, solo superados por el campeón, Guatemala, que sumó 100 preseas doradas. Los periodistas se vanagloriaron de los éxitos de decenas de deportistas que trabajan y se sacrifican a la sombra del fútbol, acaparador de intereses, titulares y portadas, pero ninguno prometió un cambio radical en el cauce de la futura información.
¡Qué pena, qué vergüenza, qué ridículo hizo el fútbol!
Dejen que transcurran los tres días de rigor, dejen que se acerquen los dos partidos eliminatorios de la Selección Nacional, el viernes 22 en Denver, Colorado ante Estados Unidos y el martes 26 en el Estadio Nacional, frente a Jamaica, y verán que nadie volverá a mencionar ni por asomo, los nombres de los atletas que se llenaron de honor y gloria en las justas centroamericanas.
Los Juegos Centroamericanos dejaron muchas lecciones positivas, la principal: que cuando el Estado invierte en deporte, recoge los frutos.
Desde 1994, los deportistas costarricenses se tuvieron que conformar con ver pasar al podio de las estrellas a guatemaltecos y salvadoreños. Ese año, Guatemala decidió invertir el 3% de su producto interno bruto en el deporte; solo este año, los atletas chapines recibieron $ 84 millones para prepararse.
El Salvador hizo lo propio, sus gobiernos invierten $ 13 millones anuales en desarrollar disciplinas deportivas.
Fue hasta este año, como consecuencia de ser sede de los Juegos, que Costa Rica hizo una inversión pequeña de $ 4 millones y rápidamente llegó la cosecha de medallas, solo 7 menos que Guatemala en oro y 26 más que los cuscatlecos, un recorrido espectacular de los deportistas y entrenadores del país.
Ahora, la lección negativa vendrá muy pronto, apenas salte la Tricolor a la grama del estadio en Denver. Ahí, los Navas, Oviedo, Ruiz, Campbell, Gamboa, Bolaños y Saborío taparán y sellarán lamentablemente los nombres de las estrellas centroamericanas, a menos que los periodistas deportivos hayan aprendido la lección y cambien radicalmente la hoja de ruta de la información deportiva en el país.
TICOS DESTACADOS
Los reyes individuales de los Centroamericanos llegaron de afuera. La nadadora salvadoreña, Alexia Pamela Benítez conquistó seis medallas de oro en todas las competencias de natación estilo libre en que participó.
El rey vino de Panamá, también en natación e igual con seis preseas doradas; se llama Edgar Crespo e impuso varias marcas centroamericanas.
Fueron soberanos también los costarricenses, Tarik Soto en gimnasia con cinco oros, los mismos que sumó Alejandro Reyna en boliche.
Violeta Mitinian conquistó cuatro preseas doradas en nado sincronizado y Mario Montoya otras cuatro doradas en natación. La esgrimista Dirley Yepes levantó al público de sus asientos cuando se dejó tres medallas de oro y una de plata.
Otra costarricense, Gretchen Luttman, con 63 años de edad, fue la medallista de mayor edad, al dejarse el oro en ecuestre, modalidad de adiestramiento. También obtuvo plata y bronce.
Costa Rica ganó oro en deportes colectivos femeninos como voleibol, baloncesto, fútbol y balonmano y tuvo a la atleta más completa de los Juegos, Ana María Porras, la reina del heptatlón.
La cosecha de medallas fue generosa; se rompió el récord histórico en medallas de oro (76); se compitió con los escenarios repletos de espectadores y el solo pensar que se ganaron 283 preseas y que de ellas, solo una la regaló el fútbol masculino y fue de plata, refleja que centenares de atletas que practican otras disciplinas deportivas, piden a gritos la atención de los medios de comunicación deportivos.
SIGUE NICARAGUA
La edición XI de los Juegos Centroamericanos se celebrará en Managua, Nicaragua, en el 2017.
En San José, compitieron cerca de 3000 deportistas, se disputaron medallas en 26 deportes y se utilizaron 22 sedes.
Guatemala fue monarca y se impuso en disciplinas como atletismo, ecuestre, gimnasia, judo, karate, patinaje, softbol, racquetbol y tenis de mesa.
Su principal figura fue la nadadora Gisela Morales, con cuatro preseas de oro. Fue el quinto título del área para los chapines, campeones en las ediciones de 1986, 1990, 2001 y 2006.
El Salvador, campeón en las ediciones de 1994, 1997 y 2010, también era favorito: fue líder los dos primeros días, pero fue rebasado por Guatemala y antes de terminar la primera semana, también por Costa Rica. Los cuscatlecos ganaron 67 medallas de oro.
Un competidor de primer mundo que vino, fue el panameño, Irvin Saladino, campeón olímpico, 2008, que se llevó el oro en el salto largo, mientras que el atleta de Belice, Kenneth Medwood, le dio el único oro a su país en los 400 metros con vallas.
Las principales autoridades políticas y deportivas costarricenses, como el ministro de Deportes, William Corrales y el presidente del Comité Olímpico, Henry Núñez, sentenciaron que después de saborear este éxito del deporte costarricense, no tiene ningún sentido echar marcha atrás.
Tras este mar de medallas logradas por los deportistas nacionales, con tan poca inversión, la meta es meterle más dinero al deporte y buscar desbancar a Guatemala en la edición pinolera.
País Oro Plata Bronce Total
Guatemala 99 93 292 100
Costa Rica 93 81 109 283
El Salvador 67 69 66 202
Panamá 43 47 57 147
Honduras 33 29 43 105
Nicaragua 15 27 71 113
Belice 1 1 2 4
