El nadador brasileño Felipe Araujo fue uno de los miles de atletas que participaron en Santo Domingo 2003.
El rendimiento y los pobres resultados de la delegación costarricense en los Juegos Deportivos Panamericanos Santo Domingo 2003 dejaron un gran
sinsabor para las autoridades deportivas nacionales y la afición en general. Sólo una medalla de bronce y muchos millones para obtenerla.
Ante tal desempeño el diputado del Movimiento Libertario, Federico Malavassi Calvo, cuestionó la labor de entes rectores del deporte y la administración que hacen de los dineros que otorga el Estado para la participación de atletas en los eventos internacionales.
Para Malavassi la participación costarricense en Santo Domingo fue un «soberano desastre», si se toma en cuenta que la medalla obtenida por Deiber Esquivel es producto del impulso dado por la empresa privada al ciclismo de montaña, muy por encima del aporte estatal.
El diputado libertario cuestiona la política de dar dineros públicos a una actividad que no da ningún resultado, en el caso de los Panamericanos se otorgaron ¢90 millones al Comité Olímpico Nacional (CON), a los que se suman ¢80 millones para la participación en los Juegos Centroamericanos Guatemala 2001 y ¢50 millones para los Centroamericanos y del Caribe El Salvador 2002.
«Si de un presupuesto deficitario estamos tomando casi ¢400 millones en tres años, al ser estos dineros de todos los costarricenses, yo tengo la obligación de constatar resultados,» puntualizó Malavassi, quien además considera que los resultados deberían darse en medallas o en procesos planificados y demostrados.
Respecto del papel del CON, el diputado afirmó: «Objeto que se le dé dinero al Comité Olímpico sin una política pública definida, pero no cuestiono al Comité pues este simplemente extiende la mano, baboso el que da la plata sin estar en un proceso».
Además objetó la administración nacional de los recursos para el deporte sin filosofía ni metas definidas, en la que se gastan millones de colones, pero no se establecen procesos de masificación de las disciplinas, ni el desarrollo de atletas para el alto rendimiento con posibilidades reales de competir y triunfar.
Citó además el caso de los Juegos Nacionales, en los que se gastan millones de colones en infraestructuras que terminan luego abandonadas o cerradas bajo el cuidado de las municipalidades. Para el legislador, los juegos deberían convertirse en el primer paso de los atletas hacia la alta competencia.
RESPUESTA DEL CON
Ante el cuestionamiento de Malavassi, el Comité Olímpico Nacional le envió un documento para responder a las preguntas sobre presupuestos y montos otorgados en anteriores competencias y el proceso de selección de los atletas.
Si bien se trató de consultar la opinión de Jorge Nery Carvajal, presidente del CON, en su oficina se informó que estaba incapacitado hasta el 9 de setiembre.
En el texto, el CON establece que su papel es «fomentar, desarrollar y encauzar el deporte bajo las reglas y principios del Movimiento Olímpico», pero aclara que los dineros que recibe del Estado son únicamente para la participación de los equipos olímpicos en los juegos y se reciben pocos días antes de la competencia.
Los gastos de funcionamiento del CON en lo que corresponde a salarios, cargas sociales, y demás gastos debe solventarlos con otros recursos, pues no existe un presupuesto estatal destinado al CON más que el de participación en los distintos eventos.
De ese presupuesto, el CON manifiesta haber recibido un total ¢230 millones para las últimas tres competencias ( Guatemala 2001, El Salvador 2002 y Santo Domingo 2003), de las cuales ha devuelto al estado un total de ¢ 12.175.348, además de haber aportado más de ¢200 millones para las tres competencias.
Para el CON, los recursos dados por el gobierno no deben verse como un gasto sino como una inversión en la juventud . Más bien consideran que en nuestro país se le da lo que sobra al deporte y se exige rendimiento como si el aporte económico fuera generoso.
Si se revisa la participación de Costa Rica en los Juegos Panamericanos desde 1951, de las 11 ediciones en las que se pudo asistir se obtuvo un total de 17 medallas , de las cuales 11 se lograron en los Juegos de Indianápolis en 1987; en esta ocasión el aporte estatal se dio con un año de anticipación, lo que permitió una adecuada preparación (ver cuadro).
El CON demanda una mejor distribución de los recursos y la reestructuración de la política deportiva nacional; además presentó un proyecto para construir el Centro Olímpico Ecológico de Alto Rendimiento.
¿DE QUIEN ES LA CULPA?
Al buscar responsables por el bajo rendimiento de nuestros atletas en la alta competencia, tanto el diputado Malavassi como el CON señalan al Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (ICODER) por la mala distribución de los dineros.
La Ley 7800 encarga al ICODER la masificación del deporte y la recreación y al CON junto a las federaciones y asociaciones, del alto rendimiento. Sin embargo, sólo el gobierno puede manejar los recursos y de los ¢4.000 millones que se invierten por año para el ICODER y los Juegos Nacionales, únicamente el 0.02% de ese monto llega a las federaciones.
UNIVERSIDAD trató de conocer el criterio de Delia Villalobos, directora del ICODER, pero en la institución indicaron que no se referirían al tema hasta que se convoque una comisión integrada por las autoridades deportivas.
Los otros señalados son los diputados, por la falta de acciones concretas en favor del deporte. Este señalamiento lo hace el CON ante el llamado que realizó el presidente de la República Abel Pacheco durante la juramentación del equipo olímpico el 18 de julio, en la que Pacheco pidió a los legisladores poner más atención a la falta de recursos para el deporte, » pues a ellos es a quienes les corresponde».