Karla Johanning, Ann Tanart, Roldán Valverde y José Antonio Vargas, forman el equipo de investigadores que investiga la contaminación de plaguicidas y plasticidas en la vida silvestre de Costa Rica.
Feminización de los machos, masculinización de las hembras y hermafroditismo son algunos de las anomalías que podría estar causando la contaminación del ambiente, con sustancias químicas que alteran, obstruyen o perturban de alguna forma la respuesta hormonal normal de los organismos de vida silvestre.
Al respecto ya hay suficiente evidencia en diferentes países del mundo, donde se han realizado estudios, especialmente sobre peces. Entre ellos Estados Unidos, Europa y Asia, cuyos resultados revelan un vínculo entre los químicos contaminantes y las anomalías en el aparato reproductivos y sexuales en la vida silvestre.
Sin embargo, en América Latina no hay trabajos al respecto, por lo que es de suma relevancia para el mundo el iniciado en Costa Rica el mes pasado por un equipo de investigadores, integrado por José Antonio Vargas, del Centro de Investigaciones del Mar (CIMAR) de la Universidad de Costa Rica; Karla Johanning, graduada de la UCR e investigadora del Centro de Investigación Bioambiental, de la Universidad de Tulane, Estados Unidos; Roldán Valverde graduado de la UCR del Departamento de Biología de la University Xavier de Lousiana, EEUU, y la estadounidense Ann Tanart.
Este equipo estuvo en el país en agosto para realizar en Bahía Culebra, Punta Morales y Ostional un muestreo preliminar de las especies por estudiar. Johanning se ocupará del pargo de la mancha y el cangrejo azul o jaiba, mientras Valverde trabajará con la tortuga lora y Tanart con los corales marinos.Al respecto, Johanning explicó que usan estos organismos como bioindicadores de la contaminación del mar a través de ensayos bioquímicos y de biología molecular que, durante sus dos semanas de estadía en el país, realizaron en el CIMAR y en el Centro de Investigaciones en Biología Molecular (CIBM) de la UCR.
Agregó que esta investigación, denominada «Disruptores endocrinos en organismos marinos tropicales» es como una segunda etapa de la realizada sobre contaminación costera que acaban de terminar investigadores del CIMAR. Además es la primera vez que se junta tanta gente para hacer este tipo de investigación interdisciplinaria que es muy compleja y tiene un alto costo. Este es de $200.000 para el término de dos años (2003-2005), que serán suministrados por la Fundación USA-Costa Rica.
CAMBIOS EN REPRODUCCIÓN
La Dra. Johanning, durante su estadía en Costa Rica dictó una conferencia en la Escuela de Biología sobre la contaminación ambiental y su impacto en los sistemas endocrinos en la fauna silvestre y seres humanos.
Durante esta afirmó que investigaciones realizadas en otros países han asociado diversas patologías observadas en distintas especies animales con la exposición a «disruptores» endocrinos.
Entre los efectos evidenciados figuran la feminización en ciertos lagartos y caimanes, tortugas marinas, peces y sapos; la masculinización en hembras de gastropodos (caracoles) y peces; así como hermafroditismo en varias especies de sapos por causa de la atrazina (herbicida) usado mundialmente, excepto en algunos países de Europa. Según los estudios los machos tienen en sus gónadas celulares sexuales femeninas y masculinas.
Por ejemplo, el Dr. Lowis Gillette, de la Universidad de Florida, EEUU, determinó que los lagartos nacen con el pene más pequeño de lo normal.
En otro estudio se encontró en peces una reducción en la cavidad ovaria de la hembra, lo cual fue atribuido a la contaminación por la pintura utilizada en las embarcaciones marinas.
En gastropodos se ha determinado la aparición de penes más largos de la normal y el desarrollo de penes en cavidades de las hembras.
En cangrejos, los machos alteran el tiempo de muda y las hembras elevan la producción de lipovitelina por la contaminación, que pasa a las crías.
En los años 70 se descubrió en Estados Unidos una alteración de los sistemas endocrinos de los pájaros que se atribuyó a su exposición a los productos químicos.
En los años 80 y 90, una serie de estudios sobre la fauna detectaron que la reproducción y el desarrollo eran distintos en diferentes especies salvajes, entre ellas los peces, tanto de agua dulce como marinos, las ranas y algunos mamíferos. En estos últimos se realizaron estudios también en Europa, así como en los moluscos marinos con resultados parecidos.
Un reciente trabajo, realizado por el Dr. Charles Tyler, sobre los peces de los ríos británicos ha establecido que la alteración del desarrollo sexual es amplia, como consecuencia a la exposición a descargas de plantas de tratamiento de residuos.
Otras alteraciones determinadas por diferentes estudios, son la disminución de la fecundidad en aves, peces, moluscos y mamíferos, así como en la eficacia en el proceso de incubación en peces, aves y tortugas y en el sistema inmune en mamíferos y aves. Esto incluye la reducción del número y tamaño de sus huevos.
En cuanto a los seres humanos, diversos estudios epidemiológicos sugieren una caída importante en el recuento espermático en países como Dinamarca, Francia, Bélgica, Gran Bretaña, Holanda y Canadá. Esta disminución es casi del 50% en países escandinavos, desde los años 50.
Así mismo, plantean un alza en la incidencia de alteraciones en el desarrollo del aparato genitourinario. Enfermedades como la falta de descenso testicular -criptorquidia- e hipospadias, son cada vez más frecuentes, así como la endometriosis y alteraciones funcionales del desarrollo sexual, como la presentación menstrual en edades tempranas.
La Dra. Johanning agregó el desarrollo precoz de mamas en niñas y niños, de lo cual hay ejemplos en Chile, Italia y Puerto Rico, donde un niño de siete años tiene busto.
CONTAMINANTES
Para Johanning, hay una correlación directa entre compuestos estrógenos en el ambiente (químicos que mimetizan la hormona estrógeno) y los cambios reproductivos y sexuales sufridos por diferentes especies.
Dichas sustancias funcionan como «disruptores» endocrinos y son todos aquellos compuestos sintéticos que bloquean o mimetizan el funcionamiento normal de las hormonas.
Un alterador endocrino es una sustancia exógena, o una combinación de ellas, que alteran las funciones del sistema endocrino (sistema hormonal) y, por tanto, tiene efectos perjudiciales para la salud de organismos intactos, su progenie o partes de su población. La alteración endocrina no es en sí misma un resultado negativo sino un mecanismo que puede tener repercusiones carcinogénicas, reproductivas, de desarrollo o de comportamiento.
Entre esas sustancias, que están presentes en el agua, los alimentos y el ambiente, figuran los plaguicidas (pesticidas, funguicidas) y los plasticidas (componentes de plásticos), cuya contaminación por bifenilos policlorados, será la estudiada en Costa Rica.