El arroz, los frijoles y el maíz nuestro de cada día

Deben producirlos nuestros agricultores con la ayuda del Estado, que somos todos los costarricenses. Así se hizo por casi 50 años, sin que estos

Deben producirlos nuestros agricultores con la ayuda del Estado, que somos todos los costarricenses. Así se hizo por casi 50 años, sin que estos nos faltaran. Pero, se destruyó hace unos 20 años, para servir mezquinos intereses mercantilistas del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Consenso de Washington.

Es lamentable que el decano Diario La Prensa Libre, en su editorial del 03 del 11 del 2011, diga: “Arroceros deben ser actores de sus propias soluciones”. Esta afirmación deja en claro que desconocen por completo la historia de lo que fue por muchas décadas nuestra seguridad y soberanía alimentaria, la cual estaba basada en las Juntas Rurales de Crédito del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), en el Consejo de la Producción (CNP) y sus Estancos. Desconocer esta realidad histórica, de parte del decano La Prensa Libre, resulta ilógico.

La Historia. Hace unos 95 años, don Alfredo González Flores, ese gran presidente, creó el BNCR y las Juntas Rurales de Crédito como dependencia de ese banco. Las Juntas tenían como propósito financiar las siembras a nuestros agricultores que, para entonces, caían en manos de prestamistas usureros que, en más de una ocasión terminaron quedándose con sus finquitas, pues estos, por alguna razón no podían pagar las deudas. Las Juntas Rurales de Crédito, por el contrario, les daba créditos a bajos intereses y garantías fáciles, algo así como aquello de “empeñar un pelo del bigote” (forma simbólica de nuestros ancestros de dar su palabra de honor), la esposa, el hijo, el hermano, cualquiera podía fiarlos. Sin embargo, la cartera de crédito con menos morosidad del BNCR siempre fue la de Juntas Rurales de Crédito: el agricultor siempre cumplía con sus compromisos. El problema que le quedó fue la venta de sus productos, pues seguían cayendo en manos de los intermediarios que le pagaban precios muy bajos, casi de ruina.

Vino, entonces, el gobierno del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, que en alianza con el Partido Vanguardia Popular, de Manuel Mora Valverde, y Monseñor Sanabria, juntos, estos tres patriotas, crearon el CNP y los Estancos.

El CNP tenía la misión de asesorar a los agricultores y de comprarles las cosechas, a precios justos que se fijaban de antemano. De esa forma, los productores tenían mercado seguro para sus productos, y a precios también seguros; como, asimismo, tenían seguro el financiamiento. De igual forma, los costarricenses teníamos asegurados el arroz, los frijoles y el maíz. Esto eliminó a los intermediarios y, de paso, a los prestamistas usureros que explotaban al agricultor. De esta forma, los agricultores se dedicaron tranquilos a producir el arroz, los frijoles que nos comemos cada día.

Por su parte, los Estancos del CNP, como pequeños supermercados del pueblo, que estaban repartidos por todo el territorio nacional, se encargaban de vender a precios muy bajos los granos básicos, otros alimentos y productos como ropas, herramientas, medicinas veterinarias y para humanos, utensilios de cocina y demás, según el lugar en donde estos estuvieran ubicados, para surtir a la población.

Es bueno decir que el CNP tenía cerca de los lugares de producción bodegas para recibir las cosechas, lo cual les facilitaba la entrega de éstas, evitando a los productores gastos en el transporte y pérdida de tiempo.

Por casi 50 años, este formidable sistema de producción y distribución de alimentos nos garantizó comida abundante, buena y barata; no se traía arroz contaminado para darnos de comer como sucede ahora.

Es muy difícil que en el resto de América, y quizás del mundo, existiera un sistema de seguridad alimentaria, como el que teníamos los costarricenses, pero que se empezó a destruir desde el primer gobierno de los hermanos ARIAS, pasando por los demás y se continúa destruyendo en el actual gobierno, sólo para meter nuestra comida en el “Libre Comercio» de los alimentos.

Siendo presidente, Óscar Arias dijo prepotente: “Yo no haré nada que esté en contra del libre comercio”. Así piensa y ha actuado el Premio Nobel de la Paz.

Sería interesante que el decano La Prensa Libre se interesara porque los costarricenses tengamos de nuevo esa soberanía y seguridad alimentaria que nos arrebataron con mentiras, engaños y amenazas, y no culpar de esta situación a nuestros agricultores, que son víctimas, al igual que el pueblo.

“Que nuestros agricultores produzcan el arroz, los frijoles y el maíz nuestro de cada día es de patriotas”.

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