No recuerdo cuándo ni cómo, y tal vez eso sea lo mejor de todo, pero me perdí de la no tan nueva y sónica política lúdica universitaria.
No me considero una persona conservadora y soy relativamente tolerante, pero el ver cómo aumentan los futbolines en nuestras escuelas y facultades me llama a la meditación. ¿Para que los estudiantes, durante la hora de almuerzo, tengan un momento de distracción? Podría ser.
Pero los he observado en actividad “futbolinera”, a las 10 a.m., a la 1:00 p.m., a las 2:00 p.m., a las 3.30 p.m. etc. Es claro que las actividades recreativas, junto a otras, son muy importantes para el desarrollo humano integral. Pero yo me pregunto:
¿Son los vestíbulos de escuelas y facultades el lugar para la actividad a que nos referimos? Hay un lugar para cada cosa y una cosa para cada lugar y estos no son los lugares para estas cosas.
En horas lectivas he sido testigo de la algarabía de algunos estudiantes alrededor de los torneos improvisados de futbolín, en los vestíbulos de las facultades, pero debo ponerlo en mayúscula para que se entienda: EN LOS VESTÍBULOS DE NUESTRAS FACULTADES Y ESCUELAS.
¿Tan poco significan nuestras facultades y escuelas? ¿Qué pensará una persona que viene de visita a las 10 a.m. a la mayor y mejor casa de cultura costarricense, benemérita de la patria, institución orgullo nacional, entra por el lado del pretil donde encuentra, a la par de un edificio recién remodelado, a varios estudiantes obstruyendo el paso en su algarabía “futbolinera”. ¡Ah, dirá, caramba debe ser una universidad “futbolinera”! Luego se preguntará si es la Universidad de Costa Rica, la misma que el pueblo paga y costea la formación de los futuros profesionales como una inversión segura a futuro. Nuestro visitante posiblemente dirá: Se gastan millones para que estudien aquí y están jugando futbolín a vista y paciencia de todas las autoridades universitarias.
Creo que no debemos esperar a que un medio muy influyente de prensa nacional venga, tome unas fotos y las publique bajo el eslogan “Estudiantes de la Universidad de Costa Rica se superan, pero en futbolín” o utilice algún otro rimbombante.
No puedo evitar que Pedro, mi amigo inseparable, colega de muchos años y compañero del alma exponga su posición. Juan, vos no estás considerando el beneficio de dicha actividad y recordá como alguien dijo: “Para qué universidad sin futbolines”, vos ya sos un amargado, lo que explica tu comportamiento, abrí tu mente y valora todo un mundo nuevo de oportunidades.
Podemos impartir ingeniería de futbolines, economía de futbolines, arte del futbolín, microbiología del futbolín, música para futbolín, derecho de futbolín, trabajo social y nutrición futbolinera y esta podríamos pensar en una maestría, claro más adelante cuando acumulemos experiencia. Juan por favor, no puede ser que no veas lo que todos ven, el futuro.
No te preocupes Juan, si lo que te ofusca son los estudiantes de medicina, pues en cuanto un fulano se enferme lo mandamos a terapia de futbolín y asunto arreglado. Vos podrías incluso descansar de tus clases, te podés hacer profesor de futbolín, porque a veces te veo muy cansado y te vendría bien eliminar unas cuantas clases y recibir terapia de futbolín, estás en todo tu derecho. Si los estudiantes los tienen, vos podés plantear a la Vicerrectoría de Docencia la necesidad de un futbolín para uso docente.
Solo imaginate, sería súper chirote, profesores y estudiantes compartiendo juntos. Por cada partido que ganés, de seguro Régimen Académico te daría un punto y así ascenderías más rápido y con menos estrés. Pensá, no lo que podés hacer vos por el futbolín, sino lo que puede hacer el futbolín por vos. Por otro lado, los futbolines de seguro son una donación o regalo de alguna empresa muy bien intencionada y no es dinero de la Universidad, ni de la FEUCR, ni de las asociaciones estudiantiles, pues con tanta necesidad que existe en la Universidad, nunca jamás nadie, ever never, como dicen los del norte, gastaría en futbolines.
Además, la próxima vez que los estudiantes de medicina estén jugando bola a la entrada de la Facultad de Medicina, vos sereno y recordá que es solo un edificio, lo dijo el tocayo mío, Calderón: “Los edificios, edificios son”.
Entonces, como ves Juan, no se justifica tu preocupación.
– Es tu opinión Pedro, pero me parece que hay una muy mala interpretación y valoración de lo que significa una Universidad. Que nuestros estudiantes no sean conscientes de los esfuerzos y trabajos de nuestros abuelos por tener la universidad que tenemos y lo que le cuesta al pueblo de Costa Rica. Si suceden estas cosas es nuestra culpa y debemos retomar el reto de educar y no solo de informar. Algunos creen que son estudiantes de la UCR, solo porque les fue bien en el examen de admisión e incluso en años avanzados de las carreras hay alumnos con carencia de una conciencia histórica social. La responsabilidad y compromiso para con el futuro del pueblo de Costa Rica y los más necesitados, es una deuda perpetua e impagable que poseemos todos los universitarios y así debe ser.
No sé por qué tanto barullo por lo del fubolín. Ay Juan, ya arrancó este Ricardo que es más metiche y debo reconocer que no lo soporto, decile que se calle. No, Pedro, Ricardo tiene todo el derecho de expresarse. Continúo entonces. Creo que Juan es un aguafiestas y solo él se pone a criticar, cuando las autoridades no lo hacen y lo permiten. Apoyo la idea fubolinera en la UCR, es una excelente idea y los fubolines deben estar permanentemente en los vestíbulos de todos los edificios, incuida la rectoría y las bibliotecas, para disfrute de los y las estudiantes, yo si soy de géneo inclusivo, vieron, no como ustedes.
Los pobreciticos estudiantes no pueden estar arrastrando los fubolines para adentro y afuera de la asociación, pues pesan bastante y se pueden lastimar la espalda. Además, deben disponer de equipo de tenis de messa, bolas de futbol de última tecnología y equipo de esquí para que practiquen en las gradas de los edificios, pues uno nunca sabe con lo del cambio climático. Los cuestionamientos de Juan son infundados, negativos y totalmente injustificados, porque queremos una U a la tica o al tico. Este es nuestra realida y lo que todos anhelamos.
“Yo fui un estudiante de futbolín y hoy soy un profesonal excelente y con humildad debo decir un parámetro y guía para la jubentú. He ocupao importantes puestos y cargos públicos y e sido la envidia de muchos y muchas. La universidad fubolinera donde yo estudié ya hoy en día no existe, pero tengo memorables recuerdos de sus ensenanzas. Bien hasta aquí mi disertación, no me queda más que despedirme, como hacemos los políticos, con una memorable frace de mi autoría: Nunca tantos (el pueblo de Costa Rica) le debieron tanto a tan pocos (nojotros los universitarios).”