También, como habitantes tenemos que “redefinir” las actividades “que podrían constituir” una campaña electoral. Es obvio que, así como están definidas hoy por hoy, por lo menos en Costa Rica no funcionan (hasta en eso las cosas han cambiado). En esta última campaña electoral, se “tuvo que echar mano” de otros recursos, dicen los expertos-analistas políticos.
También la democracia tiene que resolver otro dilema que se plantea: cumpliendo con unos cuantos requisitos, cualquier ciudadano-a puede inscribirse como candidato-a presidencial, pero está científicamente demostrado que el cerebro humano solo puede oír a unas cuantas personas (una detrás de otra), por unos cuantos minutos (si oye hablar a más personas de las que su cerebro aguanta -ese número está calculado -, “el cerebro, simplemente las “borra”). ¿Qué vamos a hacer? Hay que delimitar. Pero ¿cómo? Eso es “antidemocrático” por definición. Lo que sí ocurre, es que no podemos oír a muchos candidatos. Esta vez, que solo oímos a los cinco mayoritarios, nos salvamos por “pura chiripa”.
El desempleo, la inseguridad, la “pésima” atención en “algunos” servicios públicos, y algunas otras cosas que funcionan mal, se deben y se pueden mejorar, así como que cada uno de nosotros debe luchar “por llegar a ser un mejor ser humano”. Todo hay que reinventarlo (como dije en mi artículo pasado), y es una obligación individual. Otra vez, mejor me cito en varios artículos que escribí entre el 2.010 y el 2.013: “Para que se dé un verdadero cambio, el ser humano tiene que cambiar primero individualmente. El individuo debe invertir en sí mismo para ser una mejor persona. El cambio viene siempre de adentro hacia afuera, de lo individual-interno a lo general-social. Por la naturaleza que nos caracteriza, todo sujeto está obligado a revisar qué debe cambiar primero individualmente, para que una verdadera reforma a nivel general surta el efecto esperado. Sería muy iluso pensar que una orden de cambio emitida a nivel general, pueda provocar un cambio a nivel individual.
Si bien para que se dé un cambio a nivel individual se pueden inculcar valores y dar instrucciones a nivel general, un cambio no puede ser obligado, provocado por una orden, sino realizado y vivido poco a poco (mis nietos con el reciclaje, y con el no desperdicio de agua, son un muy buen ejemplo de eso. Sus maestros intentan crear una conciencia en ellos poco a poco a nivel general, pero el cambio es y debe ser primero a nivel familiar e individual, en cada chiquita y en cada chiquito).