Es increíble que los llamados Padres de la Patria, tan sólo a pocas horas de iniciada su correspondiente labor, aprobaron recetarse un aumento del cien por ciento, aduciendo que el sueldo no está acorde con su labor, siendo que además las dietas que reciben son de consideración y algunos de ellos además recibirán una jugosa tajada correspondiente a la deuda política y que les servirá para seguir manejando el ajedrez político y en algunos casos seguirán siendo los dueños de sus partidos.
Me molesta más, que entre los promotores de este asunto, se encuentren aquellos que dicen representar a los cristianos.
Por su parte, el señor Ministro de la Presidencia avala el aumento, desde luego que eso indica que en algún modo habrá cierto compromiso y la manipulación de siempre.
Si lo que devengan no les conviene, ¿cuál es la desesperación por figurar dos y más veces en el puesto? Algunos dicen disentir, aunque aseguran los mismos; el aumento será una realidad al terminar el presente mes y terminarán por aceptarlo.
Pensemos lo que le sucedería si se le ocurre a cierto empleado pedirle a su patrono le aumente al doble su salario.
Pero, además, nos informan que la Presidenta inicia su función con un costoso vehículo. ¿Qué esperar de la gestión de los próximos cuatro años?
