Con respecto al artículo de opinión “La nueva ley de premios nacionales”, suscrito por el escritor Adriano Corrales Arias, se hace imprescindible hacer las siguientes aclaraciones y correcciones:
Señala don Adriano que “el proyecto adolece de una serie de criterios artístico/literarios, pues pretende unificar gastos antes que géneros y galardones.” Cita un ejemplo: “En el caso concreto del nuevo premio de literatura, por ejemplo, se mezcla y confunde Información con Literatura, algo así como confundir astronomía con química”.
Don Adriano hace referencia así al proyecto de ley inicial, presentado en octubre de 2010, que tan fuertes críticas suscitó. Me complace informar que desde entonces, mucha agua ha corrido por este río. La separación de la categoría literaria de la de información o comunicación cultural fue el primer cambio realizado al proyecto de ley en el 2011. El texto sustitutivo que actualmente se encuentra en discusión en la Asamblea Legislativa es la tercera versión del proyecto, y cabe resaltar que es el resultado de un detenido estudio de las muy diversas críticas, recomendaciones y opiniones que recibimos y sistematizamos en estos dos años.
Del mismo modo, don Adriano reprocha que en “la conformación de los Jurados se propone una comisión evaluadora desde las Direcciones de Cultura”. Esto obedece nuevamente a la primera versión del proyecto, la cual difiere enormemente de la propuesta que actualmente se encuentra en discusión.
Del mismo modo, el señor Corrales afirma que “fue patente la ausencia de autoridades o representantes del Ministerio de Cultura y Juventud. Eso demuestra (…) que este gobierno no está interesado en dialogar”, lo cual es desacertado, hubo presencia del Ministerio de Cultura y Juventud, porque asistí personalmente a la actividad en mención. No consideré apropiado intentar interponer la opinión de este Ministerio en el foro, porque no se nos invitó a participar de la discusión, a pesar de ser la contraparte involucrada en el tema. Claramente, la actividad no se planteó con el afán de dialogar, sino de comunicar una visión sobre el proyecto.
Del mismo modo, somos conscientes de la existencia de muchos sectores que desvalorizan ad portas cualquier propuesta que provenga del poder ejecutivo, aún cuando no se la conozca en profundidad. Lo sé porque también he estado de ese lado de la cerca, y resulta mucho más fácil criticar que estudiar y proponer. Este es uno de los retos a los que con mayor frecuencia debemos enfrentarnos en la administración pública.
Por su bagaje y conocimiento, sería ideal que don Adriano pudiera formarse una opinión verdaderamente informada del proyecto, pues somos plenamente conscientes de la importante trayectoria con la que cuenta en el ámbito cultural nacional. Sabemos que sus valoraciones pueden llegar a ser muy provechosas, y por ello le invitamos a conocer el texto sustitutivo que constituye la tercera versión de este proyecto de ley, y hacernos llegar sus comentarios. Serán bien recibidos.