Países bananeros esperan ganarle a la UE

Los países latinoamericanos exportadores de banano se unen para evitar que la Unión Europea aumente el arancel de esta fruta y quedar así fuera del mercado.

Un arancel de 75 euros, o menos, es lo único que los países latinoamericanos exportadores de banano podrían soportar sus economías, afirmaron los mandatarios

Los principales países exportadores de banano de Latinoamérica (Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras  y Guatemala) decidieron formar un solo bloque de lucha para evitar que la Unión Europea (UE) aumente el arancel de importación de 75 a 230 euros por tonelada métrica a partir de enero del 2006.

En este esfuerzo se reunieron el pasado 7 de julio en nuestro país los presidentes Abel Pacheco, Álvaro Uribe (Colombia), Alfredo Palacio (Ecuador), Óscar Berger (Guatemala), Martín Torrijos (Panamá) y los representantes de Nicaragua y Honduras, y crearon, por iniciativa costarricense, la Unión Regional de Países Exportadores de Banano (UNREBAN).

El objetivo fundamental del grupo es ganar un arbitraje que ya está en proceso en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para determinar si la tarifa de 230 euros permitirá a los latinoamericanos mantener su participación en el mercado europeo.

Los países latinos consideran que la disposición de la UE los pondrá en desventaja frente a los productores del grupo ACP (África, Caribe y Pacífico), que incluye territorios comunitarios y excolonias europeas, a los que no se les aplica arancel alguno en el viejo continente.

La meta es evitar al menos que el arancel supere la cifra actual, sin embargo, los países no tienen un acuerdo sobre qué pasaría si la UE ofrece aranceles diferenciados a cada nación.

El presidente Palacios, de Ecuador, evitó referirse a esta posibilidad, y dijo que la esperanza es que la OMC dictamine un arancel justo e igualitario para todos.

«Lo que hemos acordado en esta reunión trasciende lo arancelario. Logramos un punto de unión como nunca antes y lo importante es mantenerlo», declaró.

El proceso arbitral se inició en mayo pasado y se prevé que el resultado esté listo el 1de agosto. La OMC nombró tres árbitros, el canadiense John Weekes, el australiano John Lockhart y el japonés Yasuhei Taniguchi.

El ministro de Comercio Exterior, Manuel González, dijo a UNIVERSIDAD que en caso de que el dictamen fuera negativo para la región, se presentaría una apelación, pero los europeos también pueden hacerlo en caso de que los árbitros fallen a favor de los latinoamericanos.

Cuestión de vida o muerte

Pacheco subrayó la importancia de por lo menos mantener el actual arancel de entrada del banano, pues «lo que está en juego es el trabajo y el derecho al bienestar de millones de trabajadores agrícolas latinoamericanos que dependen de la actividad bananera en nuestros países».

«La actividad bananera ha significado en nuestras tierras la oportunidad de romper ingratos círculos de pobreza y llevar trabajo, salud, educación y desarrollo a zonas terriblemente inhóspitas que, hasta hace pocas décadas, eran el reino de la malaria y el desempleo», dijo.

El mandatario calificó de «discriminatoria, contraria al espíritu del libre comercio y de afán neocolonialista», la decisión europea de triplicar el impuesto de entrada a la fruta de las naciones latinoamericanas y mantener en cero el arancel apara los países ACP.

Los mandatarios coincidieron en que el desplazamiento del mercado europeo sería el fin de la actividad bananera, pues ningún otro mercado, ni siquiera el estadounidense estaría en capacidad de absorber la producción latinoamericana.

Pacheco aseguró que si la iniciativa europea prospera el mercado bananero de ese continente quedará cerrado a Latinoamérica y «más temprano que tarde empezaríamos a exportar seres humanos desplazados de sus naciones de origen en busca de comida».

Otra consecuencia de la exclusión de este mercado y por consecuencia, la ruina de la actividad bananera latina, apuntó el mandatario, sería el aumento de la producción de drogas en las tierras dedicadas ahora el banano, pues «los narcotraficantes aprovechan el hambre y la necesidad de los pueblos, y esas drogas irían a envenenar a niños y jóvenes de los países ricos».

Tras justicia

Los gobernantes reunidos en San José fueron enfáticos en que esta es una lucha por justicia y el respeto a las reglas del comercio internacional.

El presidente Palacios explicó que habrá una nueva reunión técnica este 18 de julio en Panamá para definir una estrategia de bloque, según los diferentes escenarios que puedan presentarse después del veredicto de los árbitros.

El gobernante ecuatoriano agregó que en caso de perder este arbitraje se realizaría otra cumbre presidencial antes del 10 de agosto, y descartó que este tema pueda interferir en el desarrollo de la Ronda de Doha que se llevará a cabo en Hon Kong este año.

El ministro González detalló que en la cita técnica de Panamá se conformará, además, el núcleo de la UNREBAN, que será el brazo ejecutor de las políticas adoptadas por los gobiernos en esta materia.

El presidente panameño, Martín Torrijos, destacó que «esta es la primera vez que logramos unificar posiciones a tal nivel que estamos confiados en que los árbitros resolverán con justicia y dentro del marco del libre comercio, reconociendo los derechos de los productores latinoamericanos».

«Queremos gozar de las mismas ventajas que otros países, sin importar las razones de la UE, para beneficiar a unos y perjudicar a otros, menos aún en un rubro donde hemos demostrado ser competitivos», añadió.

El presidente Berger, de Guatemala, criticó la iniciativa europea y la calificó como «contraria a las políticas del libre comercio que impiden proteger a un productor. Queremos competir con las mismas reglas y al final sea el consumidor el que salga ganando, pero eso solo se logra con un trato igual para todos».

El panorama a futuro todavía es incierto, pero la posición de Costa Rica y sus vecinos productores es sólida al menos en un punto, sostuvo el ministro González: «un arancel de 75 euros, o menos, es lo único que podemos aceptar porque es lo único que podemos soportar».

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