Uno de los procesos involucrados en la aparición del cáncer gástrico es la infección con la bacteria Helicobacter pylori.
Por primera vez, un estudio científico desarrollado en una población americana encuentra una asociación positiva de las personas portadoras del alelo T (TT/CT) del polimorfismo genético TNF-A-857 (factor de necrosis tumoral alfa) como un elemento de riesgo incrementado para cáncer gástrico en Costa Rica.
La investigación fue realizada por el Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa) de la Universidad de Costa Rica (UCR), en colaboración con el Instituto de Patología Molecular e Inmunología de la Universidad de Oporto, Portugal.
Como investigadores participaron M.Sc. Wendy Malespín Bendaña, Dra. Vanessa Ramírez Mayorga, Dr. Clas Une, Licda. Silvia Molina Castro y Bach. Marianella Quesada Rodríguez, del Programa Epidemiología del Cáncer, del Inisa, así como Warner Alpízar Alpízar, del Centro de Investigación en Estructuras Microscópicas (Ciemic).
No se conocen con exactitud todos los procesos involucrados en la aparición del cáncer gástrico; sin embargo, se sabe que participan tres factores: la infección con la bacteria Helicobacter pylori, las variantes genéticas individuales que determinan la respuesta inmune a esta infección y los factores ambientales como la dieta y los estilos de vida.
La mayoría de las personas infectadas con H. pylori no presentan ningún síntoma. Sin embargo, de un 10 % a un 20 % de los infectados pueden desarrollar alguna patología gástrica, como gastritis, úlceras o cáncer.
Según lo afirmó Malespín, la presencia de H. pylori en el estómago es un estímulo constante para el sistema inmunitario, que trata sin éxito de eliminar la infección.
La respuesta ante la bacteria es la inflamación del tejido por la alta producción local de proteínas pro inflamatorias (como las analizadas en este estudio), cuyas consecuencias son la liberación de radicales libres y lesiones en el tejido. El factor CagA, presente en alrededor del 50% de las cepas de H. pylori, es inyectado por la bacteria a las células epiteliales del estómago, lo cual provoca alteraciones en la estructura celular y aumento en la respuesta inflamatoria.
De todos los tipos de cáncer, el gástrico es la segunda causa de muerte en el mundo, con cerca de 800 000 fallecidos al año y con una incidencia anual de un millón de personas. Por incidencia de este tipo de cáncer Costa Rica ocupa el lugar número 11 a escala global.
Existe una variación en la cantidad de casos nacionales por regiones, con una mayor incidencia en varios cantones de Cartago, Pérez Zeledón y la zona de Los Santos. Cada año fallecen por esta causa 750 costarricenses y se diagnostican con esa enfermedad unos 950 casos nuevos.
ESCUDRIÑANDO GENES
La investigación se realizó en una población de 250 pacientes del Hospital Max Peralta de Cartago con casos de cáncer gástrico, gastritis crónica, úlceras duodenales y controles sanos, mediante exámenes de rayos X.
Todas las personas fueron analizadas para los polimorfismos IL-8-251, TNF-A-857, TNF-A-308, IL-6-174 e IFNGR1-56, los cuales están relacionados con la inflamación y no se habían estudiado antes en el país. Asimismo, se estudiaron los niveles de pepsinógenos I y II en suero, la presencia de la bacteria H. pylori y del factor de virulencia CagA.
Los pepsinógenos son proenzimas de la enzima digestiva pepsina y aumentan en el cuerpo cuando aparece la gastritis. Por esta razón, los investigadores miden su presencia para conocer el grado de avance de esta enfermedad, la cual puede progresar a gastritis atrófica y posteriormente a cáncer gástrico.
Con el estudio se concluye que la presencia del alelo T del polimorfismo TNF-A-857 aumenta tres veces el riesgo de desarrollar cáncer gástrico cuando se compara con quienes no lo poseen. Esta variante genética está relacionada con una mayor producción de la proteína TNF-α en la mucosa gástrica y genera inhibición en la secreción del ácido gástrico; ambos factores provocan una mayor respuesta inflamatoria ante la infección por H. pylori, y con ello un mayor daño y riesgo de cáncer.
Sin embargo, según Malespín, “no encontramos asociación para ninguno de los otros polimorfismos (estudiados) con ninguna de las enfermedades (gástricas), solo para cáncer gástrico”.
Los resultados revelados en la población costarricense estudiada coinciden con lo encontrado en estudios similares pero en poblaciones japonesas e italianas, en las que el alelo T de TNF-A-857 resultó asociado con atrofia en el antro del estómago, con úlcera péptica y con cáncer. Por el contrario, en China, la presencia de ese alelo es un factor que disminuye, en tres veces, la probabilidad de desarrollar linfoma MALT, un tipo de cáncer relacionado también con la bacteria H.pylori.
De acuerdo con la investigación, todos los grupos analizados mostraron una alta prevalencia de H. pylori, cercana al 90%. La disminución de la concentración pepsinógena I se relacionó con cáncer gástrico. “Las alteraciones en estas sustancias gástricas son una indicación de un problema de atrofia en el estómago, ya que han comenzado a desaparecer las células que son las productoras del pepsinógeno”, explicó Malespín.
Los investigadores también compararon los resultados del estudio de cada gen incluido en este análisis con los reportados en la literatura científica. Por ejemplo, el estudio del gen IL-8-251A arrojó datos muy similares a los hallados en México, Brasil y Taiwán; los del TNF-A-308A fueron muy parecidos a los de México y Honduras; los del TNF-A-857T dio frecuencias más bajas que las obtenidas en Italia y Japón y más altas que las reportadas en China; el del IFNGR1-56 logró frecuencias similares a las obtenidas en la población portuguesa y el IL-6-174G, más bajas que las brasileñas.