De Banana Republics a
Repúblicas Maquileras
La cultura en Centroamérica
en tiempos de globalización
neoliberal (1990-2010)
Rafael Cuevas Molina
Ensayo
EUNED
2012
Lúcido, sesudo, crítico y revelador, este libro de Rafael Cuevas se suma a otros suyos como Traspatio florecido: tendencias de la dinámica de la cultura en Centroamérica (1979-1990) o El punto sobre la i: políticas culturales en Costa Rica (1948-1990), donde ha tratado el tema de las políticas culturales en la región a la luz de los procesos económicos, políticos y sociales.
El periodo que se dedica a estudiar en este caso no solo es particularmente complejo por su proximidad sino por los vertiginosos cambios que conlleva.Este fin y principio de siglo en la región corresponden a una etapa de postguerra y de aplicación de un modelo político económico neoliberal pero además impactado por el proceso de globalización.
En ese contexto, la dinámica cultural parece sumamente volátil, donde los procesos de acomodo social y político provocan una inestabilidad institucional generalizada.
Los gobiernos de la región, iluminados por el Consenso de Washington, apuntaron a la privatización de instituciones y empresas estatales, reducción drástica de presupuestos institucionales e integración comercial regional mediante tratados de libre comercio.
Con economías determinadas por la perspectiva macroeconómica, los estados parecen haber abandonado funciones claves para el desarrollo cultural de la región, dejándoselas a la iniciativa privada, a entes de cooperación y algunas propuestas no gubernamentales.
Mientras, los habitantes de estos países sufren el impacto de una transformación social potenciada por el desarrollo tecnológico en la comunicación que impulsa el consumo y la industria del entretenimiento.
Al referirse a este fenómeno, Cuevas aplica el concepto de “estrés cultural” que define como: “…el estado de inestabilidad emocional y de expectativa que generan, en una sociedad determinada, los cambios en patrones de conducta y comportamiento, hábitos y formas de convivencia previamente establecidos y aceptados.”
¿Cuál es el panorama entonces de la dinámica cultural centroamericana en un inicio de siglo marcado por la incertidumbre, donde el fracaso del Consenso de Washington en su estrepitosa caída puso de rodillas a la economía mundial y heredó a la clase política un discurso bífido de imperativos de competitividad mercantil y vacíos de identidad propia.
En el capítulo introductorio, el autor retoma reflexiones planteadas en algunos de sus trabajos anteriores:
“En el momento histórico que atañe a este trabajo, se puede comprobar que los campos culturales que en la década de los ochenta aparecían como nítidamente perfilados y diferenciados, hoy muestran patrones de unificación. A partir de la década de los noventa, a raíz de la común aplicación de políticas económicas neoliberales, y a la creciente incorporación de toda la región en la globalización, se han desarrollado una serie de tendencias y fenómenos que son comunes a todos los países centroamericanos”.
Más adelante añade:
“El periodo de transformaciones culturales en el que se encuentra inmersa actualmente Centroamérica sería de tal trascendencia que nos autorizaría a hablar de un verdadero cambio de época. Este implicaría un perfil identitario inédito, uno de cuyos rasgos definitorios sería la ruptura con el pasado, que se expresaría en una desvalorización de la historia y una pérdida de tradiciones. El proceso estaría acompañado y reforzado por muchos referentes culturales ubicados en espacios que se encuentran fuera de la égida del Estado-nación. Este sería uno de los efectos importantes de la globalización en las identidades centroamericanas contemporáneas.”
En sus ocho capítulos, el libro ofrece un panorama que contempla un contexto histórico, el preámbulo de la situación actual con los modelos económicos adoptados, la globalización, la cultura de la violencia, las ciudades, migraciones, movimiento étnico y las tendencias en la dinámica cultural expresadas en algunas formas artísticas.
El horizonte no es halagüeño, sociedades frágiles, provenientes de una historia convulsa, padeciendo experimentos económicos dictados por ajustes macroeconómicos, desatadas en el consumo de lo inmediato y desechable para intentar sustentar necesidades esenciales y profundas, son más propensas a diluir sus bases identitarias en tendencias estandarizadas dictadas por sociedades no nacionales, ni siquiera territoriales, sino simples nichos de mercado.
Sentencia Cuevas que: “Otra forma de cultura es posible, pero dentro de una forma de organización social distinta a la dominante en el presente.”