Pese a que varios reconocidos economistas del país han pintado un panorama oscuro para el 2012, el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR) espera que la economía mantenga, este año, un comportamiento similar al del año anterior.
De acuerdo con los investigadores del IICE, si bien hay amenazas externas que podrían poner en aprietos la economía del país y de cada costarricense, de momento los pronósticos permiten tener un relativo optimismo.
El pronóstico del IICE sitúa el crecimiento de la economía costarricense entre un 3.5% y 4.5% para este año. Este es similar al que se registró durante el 2011, que según las estimaciones se situó alrededor de un 4%.
Para los investigadores de la UCR, el pesimismo no sería una actitud correcta para tomar este 2012, aunque sí advierten sobre la necesidad que tiene el país de resolver temas pendientes, como el de la reforma fiscal.
ECONOMÍA SIN SOBRESALTOS
La estimación que realiza el IICE para este año toma en cuenta una posible desaceleración de la economía de Estados Unidos, con un crecimiento del 2.2%, un estancamiento en Europa y una pérdida de dinamismo en las economías emergentes.
“En ese contexto, se considera que el desempeño de la economía costarricense será positivo y, aunque no tuvo el efecto “rebote” de la magnitud de los otros países latinoamericanos al salir de la crisis, durante los dos últimos años ha mantenido un ritmo de crecimiento similar al histórico”, comentó el economista Rudolph Lucke.
Para este primer trimestre del 2012, la estimación del IICE ubica el crecimiento económico entre un 4% y 5%. Esto, de acuerdo con Lucke, podría contribuir a la reducción del desempleo, aunque no de manera importante.
El economista también hizo ver que el déficit comercial del país (diferencia entre exportaciones e importaciones) ha aumentado de manera importante durante los últimos dos años, hasta alcanzar en 2011 los $5.811,1 millones, 40% más que en el 2010.
Sin embargo, Lucke explicó que este déficit no es tan preocupante en el tanto se ha estado financiando por la Inversión Extranjera Directa (IED) y por el crecimiento que vienen mostrando las exportaciones de servicios en el país.
La exportaciones del país crecieron en el 2011 un 11%, dos puntos porcentuales más que en el 2010, donde la industria alimentaria fue la que más creció con un 17%, y América del Norte se mantiene como el principal destino para la producción costarricense, al recibir el 42.6% de los envíos totales.
En lo que respecta a las tasas de interés, el investigador recordó que desde el 2009 estos indicadores se han mantenido estables en un rango de entre un 7% y un 8.5%, pero la necesidad que tiene el Gobierno de recursos podría provocar que la tasa básica pasiva se incremente en un rango de 8% a 9% durante este año.
Dicho tema es particularmente sensible, ya que afecta directamente los pagos que deben realizar los costarricenses que han adquirido alguna deuda con tasas de interés variables, y podría presionar también a un incremento en la inflación.
La inflación en el 2011 tuvo un crecimiento del 4.74%, algo menor al 5% que se registró en el 2010, lo que de acuerdo con el IICE se debió a un cambio en el panorama de los precios del petróleo y de los alimentos. Estos durante la primera mitad del año se mostraron altos y para el segundo semestre, tuvieron un descenso importante.
Durante el 2012, el IICE espera una inflación de entre un 4% y 6%, por cuanto no se vislumbran presiones importantes en los precios, dada la desaceleración de la economía mundial; pero este panorama podría cambiar según marchen las tensiones políticas en el Medio Oriente, o bien la aprobación de la reforma fiscal antes de que termine el primer semestre del año.
El instituto de la UCR calculó que la entrada en vigencia del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de un 14% y el impuesto de 2% a los servicios privados de salud y educación causarían una leve desaceleración de la economía.
El efecto de los nuevos impuestos dependerá del momento del año en que se aprueben y pongan en vigencia; además, el IICE aclara que su estimación no considera la posible evasión, por lo que el efecto máximo en el incremento de los precios de los bienes y servicios sería de hasta un 3.5%.
CONTRATACIÓN ESTABLE
Por otro lado, el IICE también realizó su acostumbrada encuesta trimestral sobre las perspectivas de los empresarios para el primer trimestre de este año, para lo cual se realizan consultas a 510 establecimientos de los distintos sectores de la economía.
La expectativa de los empresarios, respecto a la cantidad de empleados que tendrán en estos primeros meses del año, muestra una gran estabilidad, ya que el 64.7% no espera cambios en sus planillas, mientras que un 23.7% anticipa nuevas contrataciones y solo un 10% prevé despidos.
El sector más optimista es el de la construcción, ya que un 60% de los consultados no espera cambios, y un 40% sí anuncia contrataciones, lo cual se explica por el aumento en la demanda que tiene este sector durante la época seca.
Por el contrario, el sector comercio es el que adelanta más cantidad de despidos (18%), aunque otro 21% afirma que contratará más personal y un 61% dice que su planilla se mantendrá igual.
Estas cifras hacen que la tendencia neta de empleo calculada (al restar las respuestas positivas y negativas) en esta encuesta se ubique en un +13.7%, que es la tercera más alta de los ocho estudios que ha realizado el IICE hasta el momento.
Al consultar sobre la expectativa de ventas o producción para este primer trimestre, el 57% de los empresarios espera incrementos, siendo la más alta la expectativa del sector de “otros servicios” con un 62%.
El sector construcción es el que espera menos aumento de su producción en comparación con los otros sectores (51%), pero es el que se perfila más estable, ya que el 38% no espera cambios y solo un 4% dice que disminuirán sus ventas.
De manera general, todos los sectores esperan que sus utilidades y posición competitiva aumente o al menos se mantenga igual, excepto en el caso del sector comercio, que es el único que muestra una baja en su optimismo con respecto al último trimestre del año anterior.
En lo que respecta a las inversiones, más del 80% de los empresarios dice que no realizará nuevas inversiones de enero a marzo, siendo el grupo de “otros servicios” el de mayor inversión, con un 15.8% de respuestas positivas.
Max Soto, director del IICE:
“El pronóstico pesimista es una estrategia peligrosa”
El director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica, Max Soto, considera que el 2012 trae consigo un panorama de “relativo optimismo” económico, en el que no espera grandes cambios con respecto al 2011.
Aunque Soto ve un panorama difícil para la economía mundial, esta aún no sería tan grave como para pensar que la economía costarricense vaya a padecer de los mismos problemas que sufrió durante la crisis del 2009.
¿Cuál es el panorama económico para este 2012?
-Diría que el mensaje es de relativo optimismo. En el contexto de una economía internacional mucho más incierto y complicado, el pronóstico que se hace resulta relativamente optimista. El que Costa Rica crezca a una tasa cercana a la de su potencial, alrededor de un 4%, es una buena noticia. Tal vez en comparación con otros pronósticos que se han hecho, en los que se afirma que no hay posibilidad de que lleguemos al 3%, este resulta positivo. Esto nos debería alentar en no generar un clima negativo, pues en economía se da mucho aquello de la “profecía autocumplidora”, donde -si se genera un clima de que todo va salir mal- esto afecta las expectativas y la conducta de las personas.
Solo que la situación internacional llegara a repetir la crisis de hace tres años, que afecte el sistema financiero internacional, ahí podríamos hablar de perspectivas negativas. Ese escenario no lo estamos descartando, pero no se ve tampoco como algo cercano.
¿Qué tanto puede afectar la incertidumbre y el eventual derrumbe de las economías europeas?
-A pesar de que Costa Rica es el país de Centroamérica con mayores lazos con Europa, el grueso de la exportación es de productos agropecuarios, y esos no se han visto afectados ante los problemas que Europa viene sufriendo este 2011. Las exportaciones de Costa Rica no cayeron, y aun si se vieran afectadas, el impacto en las exportaciones no era muy significativo. En el turismo, podría ser otra de las formas en las que afecte una desaceleración de Europa, pero seguimos viendo noticias recientes como las de la aerolínea Iberia, que va a aumentar sus vuelos a Costa Rica.
¿Cuál es la intención de pintar un panorama negativo? ¿Dar sentido de urgencia a la reforma fiscal?
-Supongo que sí, pero es ahí donde no entiendo la estrategia. El crear un sentido de urgencia debería circunscribirse a las consecuencias que genera el déficit fiscal: la posibilidad de tener que afectar el funcionamiento de la administración pública, reducir el gasto en programas sociales, en posponer obras; eso son consecuencias fiscales.
La inflación sería mayor con plan fiscal, y la economía crecería menos con plan fiscal. No entiendo cuál es el objetivo de generar un clima de pesimismo. Lo considero una estrategia peligrosa; puede alimentar expectativas negativas.
¿Es todavía urgente la reforma fiscal pese a la reducción en el déficit durante el 2011?
-Sigue siendo urgente, no porque la situación fiscal sea crítica, porque no lo es, sino porque la situación fiscal si no se atiende oportunamente después se hace mucho más difícil resolverla. Ya hemos visto en los análisis del Instituto que el déficit es insostenible en el mediano y largo plazo, y eso significa que la deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) va a ir creciendo. Si esos procesos no se detienen, si no se resuelven a tiempo, se lleva a situaciones como las de Europa, que todavía estamos lejos de eso.
La perspectiva de los empresarios parece que todavía no se contagia de ese pesimismo.
-Eso es interesante; es una opinión totalmente externa, que surge de una encuesta que se hizo y lo que refleja no es una ola de optimismo, pero es un comportamiento parecido al de trimestres anteriores. Si lo vemos en perspectiva, era el índice el tercer más alto en lo que respecta a empleo en la historia de estas encuestas, de manera que no hay razón para hablar de pesimismo.