“Costa Rica como país no ha desarrollado una estrategia de uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)”, afirmó el catedrático e investigador, Juan Manuel Villasuso Stomba, al dejar la jefatura del Programa de la Sociedad de la Investigación y el Conocimiento (PROSIC) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Villasuso, quien también fue ministro de Planificación, se acogió a su jubilación recientemente tras 41 años de servicios en la UCR, donde se dedicó a hacer lo que más lo ha satisfecho en su carrera profesional: investigar y enseñar.
En este sentido, dijo que deja su último proyecto, el PROSIC, al cual considera un “patrimonio universitario”, por su óptica humanista a favor del estudio del aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación, y la promoción de la sociedad de la información.
Villasuso Stomba sostiene que será un “jubilado activo” y que no abandonará los temas que lo han apasionado en su carrera. A continuación se ofrece un resumen de sus opiniones.
¿Usted ve alguna debilidad sobresaliente que tenemos como país en el uso de las TIC?
-La principal limitante que tenemos es que Costa Rica, como país, no ha elaborado una estrategia de desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. No tenemos una visión de país que nos permita establecer metas a corto, mediano y largo plazo, de adónde queremos estar en el uso de las tecnologías y con qué características; una estrategia que nos defina si el país va continuar en la línea de software licensiado o nos vamos a mover hacia software libre, que defina el tema de la interoperabilidad, sobre todo entre las instituciones públicas. Hoy día lo que hay son feudos tecnológicos; cada institución pública tiene su propia plataforma tecnológica, donde el tema de la ciberseguridad sigue siendo un tema preocupante, porque no hay y no se están aplicando estándares en este campo. La Contraloría (General de la República) ha tratado de desarrollar algunos de estos estándares, pero no hay todavía una adopción por parte de las instituciones públicas.
¿Dentro de esta estrategia que menciona, cuál debería ser el papel del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE)?
-Debería ser uno de los que primero promueva la elaboración de la estrategia y, segundo, el componente de telecomunicaciones en manos del ICE es uno de los elementos que debería estar en esa estrategia. Pero, tenemos por ejemplo las estadísticas; no tenemos todavía un cuerpo estadístico que nos permita ir valorando cómo evoluciona el uso y la adopción de las tecnologías y el impacto que están teniendo; eso debería ser una responsabilidad del Instituto Nacional de Estadística y Censo.
El establecer los estándares en cuanto a las propias tecnologías lo está haciendo la Contraloría; pero, ¿es la Contraloría la institución más adecuada para hacer eso? En el campo de la educación, necesitamos formar más personas especialistas en este campo. ¿Qué papel le corresponde a las universidades y a los otros centros de formación? ¿Qué papel les corresponde a las cámaras? Es decir, hay toda una serie de componentes que deberían formar parte de una estrategia y donde diferentes instituciones y organizaciones deberían asumir responsabilidades, y el ICE es una de esas, quizás la más importante.
¿A quién podemos señalar como culpable de esta falta de estrategia y coordinación? ¿Es acaso la ignorancia o la falta de voluntad política?
-Uno de los problemas que hay cuando se está en el Gobierno es que lo urgente aplasta a lo importante; tengo la impresión de que algo de eso sucede en este campo. Todo el mundo habla de las tecnologías, pero se cree que es algo que se puede desarrollar solo, sin necesidad de una orientación; desde luego, el generar esa estrategia y el asumir esa responsabilidad tiene un costo.
En los presupuestos es donde se refleja la voluntad política. Lo cierto es que para estos temas tecnológicos hay presupuestos para comprar equipo, pero la mayoría de veces esa compra de equipo no está dentro de una estrategia de desarrollo tecnológico de las instituciones. La palabra culpable me suena un poco fuerte, pero la responsabilidad de esto creo que la tienen muchos, por no haber impulsado esto adecuadamente.
¿Cómo calificaría el trabajo de la Secretaría del Gobierno Digital hasta ahora?
-Creo que tiene luces y sombras. Tiene luces en el sentido de que ha logrado llevar adelante proyectos que han logrado beneficiar al ciudadano; desde el punto de vista de elaboración de proyectos específicos, creo que hay calificarlo como exitoso. Desde el punto de vista de lo que uno esperaría en términos de visión de futuro, creo que esta tarea no la ha cumplido. No sé si tendrá los recursos necesarios o las condiciones necesarias para cumplirla o si estará entre sus planes a futuro elaborar esa estrategia. Hasta ahora no lo ha hecho.
¿Costa Rice tiene alguna fortaleza para competir en esta incensante transformación de las TIC?
-Creo que Costa Rica como país tiene una gran fortaleza; desde principios de los años 90 y como consecuencia de que habíamos invertido en la formación de personas en el campo de la informática, en el campo de la ingeniería eléctrica, hubo un desarrollo de la industria tica, sobre todo caracterizado por pequeñas empresas de especialistas. Esas microempresas de software –sobre todo- se fueron desarrollando; fueron estableciendo inclusive vínculos con empresas internacionales y hubo un desarrollo autóctono del sector TIC.
Eso, posteriormente, con la venida de Intel y otras empresas sufrió un cambio. Muchas de las personas que crearon estas empresas se fueron a trabajar con las transnacionales; muchos de los muchachos que salían de la universidad o los colegios técnicos se iban a trabajar con estas empresas. Pero, en todo caso, hay un sustrato de empresas tecnológicas en el país -tanto pequeñas como transnacionales- que le dan a Costa Rica una línea de salida mucho más adelante de la que tienen otros países centroamericanos.
41 años de servicio universitario
Juan Manuel Villasuso se graduó en 1971 de la Escuela de Ciencias Económicas, desempeñándose, posteriormente, como catedrático de Política Económica.
Entre 1978 y 1982, fue director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas; ocupó los cargos de ministro de Planificación entre 1983 y 1986, y miembro del Consejo Directivo del Centro de Estudios Democráticos de América Latina de 1981 al 2007.
Ejerció como consultor de organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, la Comisión Económica para América Latina, la Organización Panamericana de la Salud, Banco Mundial, el Instituto Interamericano para la Cooperación Agrícola y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
En los últimos años, ejerció como coordinador del Nodo Centroamericano de la Red Latinoamericana de Comercio y director del Programa de la Sociedad de la Información y el Conocimiento (PROSIC).