Rigoberta Menchú: “Golpe en Honduras despertó a la derecha extrema en Centroamérica”

La Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú Tum, advirtió que el golpe de Estado perpetrado en Honduras el pasado 28 de junio,

La Premio Nobel advierte que los “dueños de las dictaduras” en América Latina están más vivos que nunca.

La Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú Tum, advirtió que el golpe de Estado perpetrado en Honduras el pasado 28 de junio, afecta a todo Centroamérica y ha despertado a los grupos extrema derecha en toda la región.

Menchú estuvo en el país el pasado 6 de octubre para participar del foro “Crisis en Honduras: oportunidades y escenarios para la salida del conflicto”, realizado en la Universidad de Costa Rica.

Junto a la líder guatemalteca, analizaron el conflicto Dora María Téllez, Presidenta del Movimiento Renovador Sandinista (Nicaragua), el presbítero Ismael Moreno, Director de Radio Progreso de Honduras; Marcia Aguiluz, del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), y el Dr. Manuel Rojas investigador de la Universidad de Costa Rica.

REGION EN PELIGRO

Previo a participar del foro, los tres invitados internacionales ofrecieron una conferencia de prensa, en la que comentaron la situación hondureña, y sus efectos sobre las democracias de la región.
Según Rigoberta Menchú, el golpe de Estado representa una grave crisis ideológica, política, económica, social e institucional, que trasciende a los países vecinos, por lo que su resolución debe procurarse con sumo cuidado.
“Esta es una crisis para toda Centroamérica, y los precedentes que se puedan sentar no se deben tomar a la ligera. No se puede construir algo sobre la impunidad, sobre acuerdos políticos que permitan el quebrantamiento del Estado de derecho”, comentó Menchú.
De acuerdo con la activista indígena, el golpe ha despertado a grupos de extrema derecha que se creían desaparecidos desde el fin de la “Guerra fría” y del conflicto armado que vivió Centroamérica durante la década de 1980; lo cual consideró “muy peligroso”.
” Creo que si la gente que dio golpe en Honduras no hubiese tenido una visión tan extremista y tan destructiva, habrían medido las consecuencias de esta salida antes de ejecutarla”, afirmó.
Relató que en Guatemala se ha observado un endurecimiento de las posiciones extremistas tras el golpe en Honduras, y aparecieron voces “anti comunidad internacional”, “anti derechos humanos”; a la vez, se ha dado un fuerte hostigamiento a los dirigentes que luchan por estos principios.
“Las huellas de las dictaduras del pasado no están muertas, los dueños de las dictaduras en América Latina están totalmente vivos, posicionados, con más fuerza económica y con más fuerza política. No hay opositor que podría responderles en este momento, porque ya no estábamos en esa agenda de las dictaduras”, afirmó.
“Nos preocupa el futuro de nuestros hijos y de nuestras instituciones. Un día de estos cualquier loco va a decir “este gobierno no me gusta”, lo derrocan, se legitiman y lo mezclan con Dios; porque esa una de las características de los golpes en esta región”, añadió.
Para Menchú, otro asunto preocupante es la posición en la que quedan la Organización de Naciones Unidas (ONU) y, sobre todo, la Organización de Estados Americanos (OEA), tras las resoluciones que se han emitido sobre esta situación.
“Las resoluciones están en la mira, según el rumbo que tome este conflicto. Pues vamos a ver si éste era el camino que necesitábamos seguir para la convivencia pacífica y el mantenimiento de la democracia”, consideró.
Cuestionó también el papel del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) en este conflicto; pues con el golpe de Estado se han incumplido gran cantidad de acuerdos regionales, sin ninguna consecuencia.
La activista indígena dijo que tampoco es conveniente la “chavización” del conflicto, en referencia a la intervención del mandatario venezolano Hugo Chávez,  pues considera que una intervención de terceros podría agravar el problema.
Dijo apoyar la gestión mediadora del presidente Oscar Arias, e indicó que espera que el restablecimiento del orden constitucional se dé pronto.

CERCO MEDIÁTICO

Dora María Téllez comentó que este golpe de Estado pone en entredicho los procesos democráticos que inició la región tras el fin del conflicto armado de los 80
“¿Son estas democracias surgidas de los procesos de conflicto de los años 70 y 80 democracias fallidas? El fraude de las elecciones municipales del 2008 en Nicaragua, deslegitima y pone en duda la validez de estos procesos, así como los conflictos en Guatemala y el golpe en Honduras”, cuestionó Téllez.
La líder de la Renovación Sandinista aseguró que aún es incierto cuánto se pueda avanzar en El Salvador con el nuevo gobierno, en los procesos de tolerancia. También se cuestionó el papel de los ejércitos en el  istmo.
“ ¿Qué hacemos con los ejércitos de Centroamérica?, los procesos de paz en los 80 les dieron un tiempo, y yo ahora me pregunto si ya se acabó ese tiempo”, manifestó.
Téllez dijo en el foro que el problema en Centroamérica es el ejercicio autoritario del poder contra la vocación y las necesidades democráticas del pueblo centroamericano.
La líder advirtió que las dictaduras y el autoritarismo están de regreso en la región en manifestaciones como este golpe.
El sacerdote y director de Radio Progreso, Ismael Moreno, denunció el cierre de los medios de comunicación que no se manifestaron a favor del golpe, como  Radio Globo y el canal 32, que son de la corriente “liberal zelayista” y brindaron su apoyo a los grupos de resistencia.
“Los medios se han convertido en voceros del golpe, y han construido un cerco informativo que niega la verdad de lo que sucede”, afirmó.
El sacerdote jesuita aseguró que la población ha visto cerrados los espacios para denunciar los abusos de los golpistas, que han llegado a causar terror entre la gente.
“El 14 de agosto, una joven madre fue capturada por cuatro efectivos golpistas, y fue violada por los cuatro; e inclusive le introdujeron la macana en sus genitales. Cuando ella quiso denunciar esto, ninguno de los medios de prensa le dio importancia; hasta que se presentó en la Radio Progreso”, comentó Moreno.
En su criterio, la realización de las elecciones en Honduras está lejos de ser una salida para esta crisis, pues en el estado actual, este proceso no será nunca una expresión válida de la democracia.


 

UCR repudia golpe en Honduras

La realización del foro sobre la crisis hondureña en la UCR, dio ocasión para elaborar un pronunciamiento entre todos los participantes del foro y la Rectora de la UCR, Yamileth González García.
En el documento, los participantes reafirman que lo acontecido en Honduras el 28 de junio fue un golpe de Estado; y que se han producido múltiples violaciones a la institucionalidad del país y a los derechos humanos.
“Reafirmamos nuestro repudio al Golpe de Estado, a la represión y, en general  al irrespeto de las libertades democráticas que se han sucedido en Honduras desde del 28 de junio del año en curso”, dice el primer punto del manifiesto.
Estas personalidades centroamericanas manifestaron su solidaridad hacia los líderes y organizaciones que demandan la restitución del derrocado mandatario, José Manuel Zelaya y respaldaron las diferentes resoluciones que se han emitido en este sentido.
“Ratificamos nuestro apoyo irrestricto a la autonomía universitaria y al respeto de los derechos humanos de los y las universitarias (estudiantes, docentes,  autoridades y personal administrativo) miembros de las universidades públicas hondureñas, así como quienes integran todos los niveles educativos, fundamento necesario para cualquier proceso de retorno democrático”, dice el punto tercero.
En el punto cuarto se insta al Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA) para crear una instancia de apoyo para el retorno de la democracia en Honduras, así como que vigile las acciones de reconciliación, procesos de diálogo y den seguimiento al cumplimiento de los acuerdos logrados.


 

Ismael Moreno:

“Empresarios, criminales y el Pentágono sostienen el golpe”

JAVIER CÓRDOBA MORALES  ([email protected])

El sacerdote jesuita Ismael Moreno Coto fue parte del foro “Crisis en Honduras: oportunidades y escenarios para la salida del conflicto”, realizado el pasado 6 de octubre en la UCR.
Moreno, director de Radio Progreso de Honduras y del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, conversó con UNIVERSIDAD sobre la situación en su país y los factores que han facilitado que este golpe de Estado se prolongue por más de 100 días.

¿Qué le parece la mediación del Presidente Arias en este conflicto?

– Tiene varios bemoles. Es un factor muy importante porque ha contribuido a que la problemática hondureña esté en la mesa internacional, y por otra parte ha contribuido a que el conflicto no se estanque. Creo que hay un factor positivo: que se sienten las partes en conflicto para buscar una salida negociada.
Por otra,  la mediación no ha sabido empujar con fuerza el diálogo para poder avanzar. Esto ha contribuido a dilatar innecesariamente la búsqueda de una salida al conflicto, porque de algún modo ha estado reconociendo a los sectores golpistas como pares con el gobierno constitucional, y esto ha llevado a que los primeros se sientan reconocidos y como legítima parte.
Independientemente de la voluntad con que está actuando, está contribuyendo para que los golpistas mantengan un nivel de inmunidad.

¿Cómo se sostiene un régimen de facto, a contrapelo de lo que manifiesta la comunidad internacional? ¿Está recibiendo apoyo externo de algún lado?

– Es impensable que el régimen de facto se haya mantenido a lo largo de 100 días sin tres actores fundamentales. El primero es el empresariado, formado por los “árabes” y los “criollos”, que a su vez son los que sostienen el modelo bipartidista tradicional que legitima el golpe de Estado. El segundo actor es el sector militarista, tanto de la vieja guardia de los oficiales en retiro, como el sector vinculado con el Pentágono.
Es impensable que el golpe se sostenga por más de 100 días sin la presencia de una persona tan poderosa como John Dimitri Negroponte (exembajador de EE.UU); quien tiene puesto todo el capital acumulado a lo largo de tres décadas al servicio del sostenimiento de un golpe, que para él es defender la reedición de la “guerra fría”. Y un tercer actor es el crimen organizado, que cruza a los sectores anteriores, los sostiene, y está interesado en la inestabilidad de la sociedad hondureña para fortalecerse y de esta manera legitimarse en las estructuras del Estado, y avanzar así a un “narco-Estado”.

¿Hay doble discurso de los Estados Unidos en este tema?

– No solo un doble discurso, sino una doble institucionalidad: una oficial que se expresa en el Departamento de Estado, en el propio presidente Barack Obama, y en el embajador en Honduras; ellos deben sostener que no se puede permitir un golpe de Estado y que tienen que avalar las decisiones de la OEA y la ONU.
Pero, por otra parte, Estados Unidos tiene que reconocer otra realidad, que es la de los poderes fácticos que estuvieron presentes en la administración de Estados Unidos en el tiempo de Reagan, Bush padre y Bush hijo. Estas estructuras tienen tanto poder, que son las que tienen capacidad para mantener una vigencia por encima de la propia realidad legítima del Gobierno de EE.UU.

Lo que reclama la comunidad internacional es el retorno de Zelaya al poder. ¿Es esto viable realmente con el ambiente impertante en Honduras?

– El retorno a la constitucionalidad es impensable sin el retorno del presidente Zelaya Rosales, independientemente de las afinidades o desafinidades que se tengan. El régimen de facto y estos actores de los que hemos hablado, han estado interesados en hablar de una negociación sin el retorno de Zelaya.
Sin embargo ahora, tras la presión tan grande que ha habido, se podría estar hablando de un retorno de Zelaya, pero totalmente maniatado, con el fin de garantizar las elecciones del 29 de noviembre, y que pudiéramos decir “se reestablece la constitucionalidad”. Pero se amarra de tal manera que le sería imposible avanzar a una propuesta a una Asamblea Nacional Constituyente, lo cual llevaría postergar la verdadera solución del conflicto, porque tendríamos unos acuerdos con el conflicto político-institucional instalado en el propio régimen constitucional.

¿Cómo ve el asunto de las elecciones?

– De hecho las elecciones eran parte de un conflicto desde antes del golpe. Fíjese que en las elecciones primarias de noviembre pasado, por cada 100 ciudadanos convocados, 66 personas no fueron a votar y esto desacredita el proceso. Los comicios, en lugar de ser parte de la solución del conflicto, son parte del problema, y al final van a acrecentar la presión de los sectores de resistencia.

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