Max Esquivel presenta su descarga de jazz

El Max Esquivel Quartet se presentará el 8 y 9 de agosto en el Jazz Café Escazú y el 10 en Jazz Café San

El Max Esquivel Quartet se presentará el 8 y 9 de agosto en el Jazz Café Escazú y el 10 en Jazz Café San Pedro. Los conciertos serán a las 9 p.m. y la entrada cuesta ¢ 6.000. (Foto: Katya Alvarado)

“Lo que me seduce del jazz es que representa un reto para tocar; por eso mismo me gustaba el rock progresivo, pero el jazz presenta el desafío adicional de la improvisación”.

Con esas palabras resumió su pasión el bajista costarricense Max Esquivel, quien prepara una muestra de sus más recientes composiciones, para presentarlas junto a su nuevo proyecto ante el público costarricense, el Max Esquivel Quartet.

El grupo está conformado por Lucas Pino en el saxofón tenor, Zach Parra en la batería —quienes actuarán de manera especial para estas fechas— y Jean Lou Treboux en el vibráfono. Todos ellos son músicos de Nueva York, ciudad en la que vive y estudia el músico nacional.

 

Esquivel ha estudiado música en escuelas de Los Ángeles, Florida y Nueva York, donde el aprendizaje de la improvisación fue “refrescante”, pues ese proceso implica aprender cómo hacerlo a partir de un acorde o cómo desarrollar un motivo; es decir, una pieza que se inicia con una idea pequeña y se le hace crecer −quizás un comienzo simple, con notas largas−, para luego ofrecerlas más cortas e introducir nuevos elementos armónicos o rítmicos. “Se puede ser muy creativo”, acotó.

 

Será los días 8, 9 y 10 de agosto que el Max Esquivel Quartet presente los conciertos que serán de música original, aunque el bajista informó que tal vez se escuche algún cover (versión de una canción ajena), que podría ser “Army of me” de Björk.

El músico utiliza un bajo de seis cuerdas Michael Tobias Dessign (MTD), construido a mano.

PASO A PASO

Esquivel recordó que desde niño se interesó por el arte, ya que su madre −Ana Lorena Vargas− es acuarelista y bailaba flamenco. Él acudía a los ensayos y desde los once o doce años le llamó la atención el bajo.

A los 13 años de edad tuvo que “molestar a mi padre durante seis meses”, para que le comprara su primer bajo. Tres años más tarde viajó a Los Ángeles, Estados Unidos, a un campamento de verano de la Academia de Música de Los Ángeles (LAMA, por sus siglas en inglés).

Más tarde ingresó a esta academia a estudiar jazz más seriamente y se dejó influenciar por el trabajo de músicos como Miles Davis, John Coltrane, Jaco Pastorius o Chick Corea.

Luego regresó a Costa Rica y tocó junto a artistas como Humberto Vargas, Sasha Campbell o Tupac Amarulloa, con quien integró su primer cuarteto de jazz.

En el 2008 logró ingresar a la Universidad Internacional de Florida. Allí fue escuchado por el trompetista cubano Arturo Sandoval, quien lo integró para reemplazar a su bajista en un concierto, que resultó ser el Festival Cultural de Zacatecas, en México, frente a 5.000 personas. Luego de esa presentación, Sandoval decidió llevárselo de gira a Europa. “Tocar con Arturo ha sido uno de los mayores logros de mi carrera”, aseveró.

De acuerdo con Esquivel, para ese momento estaba enfocado en escribir su propia música, ya que  “entre más se escriba, más música nueva hay y más se puede aprender”.

Luego el bajista ingresó a la New School for Jazz and Contemporary Music, de Nueva York, donde está próximo a terminar sus estudios.

Por otro lado, el percusionista del grupo, Felipe Fournier, detalló que participa en otro proyecto del bajista: el Max Esquivel Quintet, que ya editó un disco.

En su opinión, en el último par de años ha percibido la evolución y madurez de Esquivel “como músico, compositor y persona”.

Fournier dijo que conoce a Esquivel desde hace diez años, cuando ambos compartieron el escenario en los jam sessions que organizaba el pianista Wálter Flores en el Jazz Café. “Ese espacio constituyó una escuela muy importante para todos los músicos jóvenes de la escena de jazz, pues en el país no existe una academia formal del género”, indicó.

El percusionista destacó la presentación del cuarteto de Esquivel, pues el jazz le gusta a mucha gente, mas en la actualidad no hay una escuela seria que lo desarrolle, por lo que este tipo de eventos “ayudan muchísimo a la difusión de esa música; son nuestro referente de lo que sucede en otros sitios”.

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