Los juegos ante Japón (izquierda) e Irlanda (derecha) dejaron grandes interrogantes entre la afición costarricense por el desempeño en el Mundial.
La Selección Nacional de Fútbol de Costa Rica cerró su participación de cara al Mundial de Brasil con dos partidos de preparación ante Japón e Irlanda del Norte, en los cuales dejó una impresión variopinta entre la afición.
Estos dos fogueos, realizados en Estados Unidos, se saldaron con una caída 1-3 frente a los nipones en Tampa Bay y un empate a 1 ante los irlandeses en Filadelfia. Los dos rivales fueron escogidos como simulacro para el Mundial, en aras de encontrar oponentes con características parecidas a Inglaterra, Italia y Uruguay, los oponentes que tendrá la “Sele” en el campeonato que empieza esta semana en Brasil.En ambos partidos, la característica común fue ver a un equipo intermitente: es capaz de mostrar cosas buenas, pero logra mantener el tren de juego sólo 45 minutos, como ocurrió con los asiáticos; para el segundo tiempo, la Sele se desplomó y en ese lapso los nipones pudieron hacer sus goles.
Mientras tanto, el viernes 6 contra los europeos, más bien los últimos 45 fueron los buenos. Si se desea una buena participación en el Mundial, el buen rendimiento debe ser constante los 90 minutos de cada partido, ya que el menor error puede implicar un mal resultado.
Lo verdaderamente importante empieza el sábado 14, cuando Costa Rica juegue ante la selección de Uruguay, luego el 19 contra Italia, el 24 cierre esa primera fase frente a Inglaterra.
Es de esperar que tras llegar a Brasil, las prácticas se orienten a mejorar aspectos tácticos y defensivos, pues cuando los oponentes presionaron por los costados y con velocidad, la Sele −cuya defensa había mostrado cosas positivas durante la eliminatoria− en estos fogueos se vio muy floja e insegura, factor que castigaron los japoneses con suma facilidad mediante orden táctico, buena posesión de la pelota y ataques rápidos, características parecidas a las que se espera que muestren los uruguayos e italianos.
Además, con base en lo que arrojó el partido ante los irlandeses, la Sele deberá ir mentalizada a mantener la calma en todo momento durante el partido, aun cuando el arbitraje no guste, para que no se den expulsiones como la del defensa Giancarlo “Pipo” González frente a los irlandeses o, bien, penales como el que provocó Heiner Mora en el mismo juego.
La línea ofensiva también debe afinar su puntería para aprovechar cualquier concesión de uruguayos, italianos e ingleses, dado que las oportunidades para anotarles posiblemente serán escasas. A falta de Álvaro Saborío, el aporte que pueda dar Marco Ureña, Joel Campbell o Bryan Ruiz son trascendentales para no irse en blanco en los cotejos. Igualmente, las subidas de Junior Díaz, Roy Miller o Heiner Mora deben ser constantes y rápidas para evitar el juego físico que pueden utilizar los ingleses, principalmente. La defensa, liderada por Michael Umaña, debe mostrarse más segura de lo que se le vio en tierras estadounidenses, porque la más mínima falla puede salir muy cara, ante cualquiera de sus oponentes.
Asimismo, mediocampistas como Yeltsin Tejeda, Celso Borges, José Miguel Cubero o Cristian Bolaños tendrán que saber crear y contener los distintos tipos de juego.
El debut está encima y todavía se siguen viendo las mismas falencias ofensivas y defensivas existentes en anteriores fogueos.
Dentro de lo bueno, hay que abonar el coraje ante los irlandeses que hizo que la Sele empatara y buscara más opciones, además de las grandes intervenciones de sus porteros, Navas y Pemberton. Pero puntería, concentración defensiva y fortaleza física son los grandes pendientes que todavía se tienen para evitar la intermitencia.
