Jorge Arturo deja un hermoso libro para niños que salió recientemente a la venta.
El poeta y escritor Jorge Arturo Venegas, quien falleció en abril pasado, dejó un libro póstumo que es un homenaje a sus hijos y por extensión a todos los niños, en el que se intercala su ternura de padre con ese afán de lograr una escritura sencilla y profunda.
El pájaro del sol recoge una serie de historias breves en las que se intercalan dibujos hechos por sus entonces pequeños hijos Pablo y Daniela, quienes van ilustrando uno a uno los relatos.
El volumen fue publicado en mayo por la editorial de la UNED y había sido presentado desde el 2008 por el poeta para que fuera sometido al análisis de la editorial. Una vez aprobado el proyecto, Jorge Arturo trabajó en el cuidado de cada detalle. Sin embargo, no tuvo la dicha de ver el texto en circulación, dado que salió unos días después de su muerte.
“El pájaro del sol”, “Canción de cuna”, “La niña y la vida”, “El tiburón cetáceo” y la sonrisa de siete colores”, “Mariluna”, “Para cuando uno sea grand”, “El pez transparente”, “De-tin-marín”, “La mañana siguiente” y “Ronda”, son las historias que Jorge Arturo fue hilando para sorprender a sus hijos.
Un libro mediante el que Jorge Arturo se dio a la tentación a la que casi todo escritor sucumbe: el desafío de escribir para niños, lo que implica un esfuerzo enorme, dada la complejidad de traducción previa a que exige el lenguaje.
A este desafío cayeron rendidos escritores de la talla de José Martí con su inigualable Edad de Oro, Antoine de Saint-Exupéry con El Principito y el mismo William Faulkner tiene entre su prosa oscura y ruda, un libro para niños.
Aparte de las historias que trae el libro, el texto es también muy interactivo, pues los niños y sus padres pueden disfrutar de los ingeniosos juegos a que los invita el poeta.
A recortar figuras geométricas, a pintar, a concluir un dibujo. El libro realmente le debió de llevar mucho trabajo al escritor y a los diseñadores, puesto que contiene un material difícil de ordenar para presentar de manera sencilla.
“Quienes lean este libro deberán jugar con cada página propuesta: recorten, inventen, diviértanse, y coloreen todo aquel dibujo que aparezca en blanco y negro. Pero, sobre todo, ¡rían! Mucho. Mucho. Que es gratis y es bueno para la salud”.
EN CASA
El libro cuenta con la particularidad de que las ilustraciones de las historias las hicieron Pablo y Daniela, cuando tenían cuatro y ocho años. De ahí que resulta muy significativo, sobre todo ahora que Jorge Arturo se fue y se llevó consigo sus metáforas, su contracultura, sus sueños y dejó una obra en la que destacan títulos como Se alquila esta ventana, Un paraguas llamado Adrián, El blues del aprendiz, La casa del Tejedor y De un solo lado.
Nacido en Alajuela en 1961, Jorge Arturo frecuentó el ensayo, pero fue sobre todo en la poesía donde se sintió más a gusto. En abril pasado, tras una larga batalla contra el cáncer, el poeta finalmente cedió en esa lucha desigual y se marchó en silencio. Antes había dejado El pájaro de sol para sus hijos y todos los niños de Costa Rica.
“La noche pasa de puntillas con su guadaña de flores.
La vida y sus hijos, el mundo y mis ojos: espigas movidas por el mismo viento” , es uno de los poemas que aparece en el libro.
Mediante una constelación de relatos brevísimos, el autor va creando un panorama para sus hijos y va dejando una estela de su pensamiento de padre-niño y se va retratando, solo que sin saber que su palabra pronto sentiría el peso frío del largo silencio.
El pájaro del sol es un lindo libro, que se debería de disfrutar entre padres, madres e infantes, y así sería una manera diferente y especial de recordar a un poeta que lo fue de tiempo completo, porque entre sus labores cotidianas para Jorge Arturo siempre estuvo primero el verbo, la palabra, y esos múltiples pájaros del sol que frecuentaron su poesía y su cosmovisión de escritor.
