El próximo 22 y 23 de febrero, Manuel Obregón y varios músicos centroamericanos unirán ritmos, instrumentos y tradiciones en un concierto que rompe fronteras.
Centroamérica es una fusión de etnias, paisajes y melodías. Sus volcanes y lagos encierran mágicos sonidos ancestrales, pero también esconden creativas propuestas musicales.
Por eso, el pianista costarricense Manuel Obregón decidió eliminar las fronteras artísticas, creando así una mezcla de ritmos, que dará a conocer el próximo 22 y 23 de febrero, a las 8 p.m. en el Auditorio Nacional.
Bajo el nombre de «Manuel Obregón y la Orquesta Centroamericana de Arte», el grupo cuenta con la intervención del percusionista guatemalteco Lenín Fernández, las marimbas de Nicaragua, los percusionistas garífunas de Honduras, además del acordeonista panameño Ormelis Cortés y su conjunto.
En dos únicas presentaciones, los ritmos del calipso, el tambito y el palo de mayo se mezclarán con los cantos chamánicos guatemaltecos, los ritmos garífunas, los de los indios panameños y el sonido clásico del piano de Obregón. De esta conjunción de culturas hermanas nacerá entonces un ritmo centroamericano.
Según Obregón, esta propuesta nació luego de trabajar con un sinnúmero de músicos y artistas de la región en un intercambio enriquecedor, que finalmente originó esta orquesta, integrada por personas de diversas etnias y estilos musicales.
El pianista espera que la unión de sonidos pueda traducir al lenguaje musical la base de una identidad cultural y la lógica del pensamiento tropical, el sentido de lo mágico.
CULTURAS HERMANAS
El percusionista Lenín Fernández vendrá desde Guatemala con algunos instrumentos tradicionales hechos por él mismo, además de cantos chamánicos y dos temas propios que serán interpretados durante los conciertos.
Durante quince años, Fernández fue el baterista del grupo Alux Náhual. Además, participó con Inconsciente Colectivo en la celebración de su X aniversario.
Por su lado Ormelis Cortés y su acordeón, presentarán música folclórica, como los cantos de los indios guaymíes y cunan.
«El sonido del concierto será como una «bomba», y es que en la música todo se puede dar. Cuando un grupo demuestra su habilidad y aporta con eso su granito de arena, la conclusión es una sonoridad tremenda», expresó Cortés, quien formó parte de la orquesta de Rubén Blades.
Para esta ocasión, el acordeonista vendrá acompañado por Raúl Vital, Antonio de la Cruz y Miguel Ángel Leguisamo, quienes emplean instrumentos clásicos de la región para interpretar sus propias creaciones.
Por su parte, de Honduras vendrá Eduardo Cedeño, quien trae los sonidos garífunas de origen afrocaribeño, como «la punta», «la parranda» y «el jjacunu».
Cedeño utiliza instrumentos típicos, como la caramba, que es un palo grande de dos metros con una cuerda y una jícara en la parte inferior que al golpearse produce vibraciones sónicas.
Por su lado en la Rondalla de Marimbas Nicaragua Mía, la tradición de dos familias se funde a través del folclor popular, cada vez que Marcos, Yader y Domingo Martínez ejecutan alguna pieza.
Con una agenda apretada, la rondalla visitará Costa Rica en febrero, regresará a Nicaragua y luego irá al Festival de Marimbas, en México, el próximo 2 de marzo.
«Este encuentro va a unir en un escenario a muchos grandes artistas, por lo que se compartirá en grande, tanto en música como en experiencia, porque estos intercambios se adaptan y suenan muy bien», comentó su director Marcos Martínez.
Sonidos latinos
Lugar: Auditorio Nacional.
Fecha: 22 y 23 de febrero.
Hora: 8 p.m.
Entrada: ¢1.000
