El sociólogo y economista holandés, Wim Dierckxsens, del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), con sede en Costa Rica, asistió al Foro Social en Porto Alegre, Brasil. A su regreso con «UNIVERSIDAD» sobre la reunión.
Una verdadera Babel de lenguas y participantes -cerca de 68 mil- se reunió por segunda vez en la ciudad brasileña de Porto Alegre, del 31 de enero al 5 de febrero, para discutir sobre nuevas formas de globalización de la economía.
Uno de los hechos más importantes de este encuentro fue el enorme número de participantes, tres veces superior al de la reunión anterior, con una impresionante presencia juvenil. «Creo que un 80 % de los participantes tenía entre 18 y 29 años. Hubo un foro de jóvenes, igualmente numeroso que el de las organizaciones sociales. Esto me impresionó realmente», afirmó Dierckxsens.
Es un hecho que la actividad ha logrado atraer a la gente, añadió. En septiembre pasado, después de los atentados de Washington y Nueva York, no se sabía siquiera si iba a realizarse, pero al final se logró una participación extraordinaria. Las delegaciones más grandes, después de la de los anfitriones brasileños, eran las de Italia, Francia, Argentina, Uruguay y Estos Unidos, con unos 800 a mil delegados cada una.
OBJETIVOS
El Foro Social no pretende ser una nueva «Internacional», como ha ocurrido en el pasado, sino un lugar donde representantes del tejido social puedan encontrarse y reflexionar sobre su papel. Pero la verdad es que no hay una meta política clara. Por eso es que no se quiere emitir declaraciones. Nadie puede hablar en nombre del foro. Esto ha llevado a que algunos lo llamen un «Woodstock social», en referencia al famoso encuentro de música joven realizado en Woodstock, explicó Dierckxsens.
Las interrogantes van desde cómo dejar de ser un movimiento social para convertirse en algo más estructurado, sin que sea algo monopolizado por intereses determinados.
No se vislumbra muy claramente la estructuración desde abajo, pero una tercera reunión debe lograr algo más definido, en términos organizativos, señalaron diversos participantes.
«Ahora nos preguntamos cómo se va a estructurar esto. Hay demasiado espontaneísmo y un protagonismo del Partido de los Trabajadores (PT), de Brasil, lo que genera el temor de que, en un tercer foro en Porto Alegre, el PT pueda terminar por «cooptarlo» para sus intereses electorales», dijo Dierckxsens.
ORGANIZACIÓN
Pese a esta indefinición, había mucho más estructuración este año que el año pasado y una organización excelente, en opinión de los delegados.
El foro se desarrolló por medio de conferencia plenarias, en la mañana; mientras que, por la tarde, había seminarios y talleres, estos últimos dedicados a temas muy específicos.
La discusión se dividió en torno a cuatro ejes. Los dos primeros sobre el diagnóstico de la situación actual; mientras los otros dos se centraban en la movilización y proyección futura.
Durante el primer día se discutió sobre la producción de la riqueza y la reproducción social. Durante el segundo, el eje fue el acceso a la riqueza y a la sostenibilidad, o sea, la desigualdad, el uso de los recursos naturales, todo esto realizado con la misma lógica de plenarios, seminarios y talleres.
El tercer día se enfocó en la afirmación de la sociedad civil y los espacios públicos y, el cuarto en el poder ético y político de la nueva sociedad.
Todo esto se llevó a cabo en diferentes debates de organizaciones sociales y jóvenes, con 15 mil participantes cada uno, de parlamentarios, de jueces y de alcaldes. Hubo siete plenarias por día, 25 seminarios y 175 talleres.
«En materia económica escogí participar en la discusión sobre propiedad intelectual y patentes. La meta final, para la sociedad futura, es que el conocimiento sea patrimonio de la humanidad. Pero es una meta a largo plazo. En todo caso existe la convicción de que si se mantienen barreras para el conocimiento, se acentuará el desarrollo desigual. ¿Cómo atacarlo?
«Hay que comenzar por lo pequeño, como ya se hizo con los medicamentos contra el sida; y luego seguir con los transgénicos. A partir de luchas específicas habremos de caminar hacia el objetivo general», añadió.
«Estuve también en un taller sobre monedas alternativas, como sistemas de trueque, dinero de barrio, crédito especiales, algo muy específico, focalizado; y en varios plenarios, uno sobre cómo controlar los flujos financieros, desde el llamado ‘Impuesto Tobin’ sobre el movimiento de capitales especulativos. Toda la gama de capitales especulativos fue mencionada; se habló de los paraísos fiscales; de cómo aplicar un impuesto global a las transnacionales, estén donde estén; del levantamiento del secreto bancario; de cómo regular el capital especulativo. Pero todo eso hay que ligarlo con la esfera productiva. Se habló además de la deuda externa: la propuesta es no pagar, pues esa deuda ya se pagó siete veces. Pero eso es también un objetivo a largo plazo», dijo Dierckxsens.
MOVIMIENTO O PARTIDO
El Foro Social Mundial se enfrenta a un gran desafío, que tiene que ver con su propia identidad, su función, su forma de operar, destacaron los participantes.
«Debemos reconocer que a pesar de las grandes figuras participantes, no hay todavía claridad hacia dónde vamos; ni en términos económicos, ni en términos políticos», afirmó Dierckxsens.
Un gran debate es sobre la conveniencia de transformar el movimiento en partido. Hay voces que dicen que no, otras que sí. El problema es cófmo darle a la red una estructura, cómo hacer de la red algo que amarre, que le dé una expresión más estructurada.
Pero, aun así, ¿cuál sería su expresión política? «El miedo es que eso sea «cooptado» por los partidos. Se quiere evitar que el movimiento esté en función de los partidos. Yo siento que no se llegó a definiciones concretas sobre eso, pero estamos en un momento en que se hace necesario estructurar esa red de redes», enfatizó.
El asunto es que la discusión sigue siendo globalizada, pero la acción política es nacional; el foro se ha transformado en una cabeza gigantesca, pero con el cuerpo aún frágil. Se comprobó en Porto Alegre que el primer foro tuvo gran eco en América Latina, y menos en otros continentes. Por eso se propone la realización de encuentros continentales antes de celebrar un nuevo foro global.
