El disco Latinoamérica recoge interpretaciones del guitarrista Andrés Saborío de temas bien conocidos del repertorio continental.
Un recorrido entre ritmos como el joropo venezolano, el tango argentino, el porro colombiano o el son cubano es lo que ofrece Latinoamérica, una producción discográfica independiente del Andrés Saborío Trío.
El disco vio la luz el año pasado y se compone de once temas que el guitarrista Saborío escogió porque “el repertorio latinoamericano es muy conocido y en este caso se trata de canciones que me llegaron desde que las escuché por primera vez, que me transmiten una magia especial”.
El intérprete detalló que su formación se enfocó en la guitarra clásica, pero con el paso del tiempo se percató de que “me costaba decidir qué grabar y entonces recordé la fiebre que uno tiene al inicio de su formación, creo que los sistemas de educación musical ejercen una influencia sobre los músicos que nos lleva a perder la libertad de tocar simplemente lo que nos guste y es a partir de ese razonamiento que seleccioné el material del disco, piezas que simplemente me gusta tocar”.
JUGAR CON LA MÚSICA
La formación profesional de Saborío como guitarrista inició en 1996 en la Escuela de Artes Musicales de la UCR. Luego logró estudiar en la Universidad de Indiana, Estados Unidos, donde obtuvo una maestría en el 2005.
Además de ofrecer recitales como solista, ha sido miembro de la Orquesta de Guitarras de la UCR y de la Orquesta de Guitarras de Costa Rica y se ha presentado como músico de cámara en países como Estados Unidos, México, Holanda, España, Alemania, Cuba, Nicaragua o Panamá.
Ha ganado reconocimientos como el segundo lugar en el VII Competencia Anual en Ejecución de Música de España y América Latina, de la Universidad de Indiana, y el primer lugar en el V Festival y Concurso Internacional de Guitarra de Cochabamba, Bolivia, en el 2008”. Actualmente es docente en la UCR y en la Universidad Nacional (UNA).
“Mi manera de pensar la música ha cambiado, antes tenía una actitud de saco y corbata, una aproximación muy formal, pero hoy en día considero que mi función como músico es llegarle al corazón de las personas, que la gente simplemente pueda disfrutar de la música y ayudarle a ser feliz”, manifestó.
En ese sentido, Saborío destacó que “es necesario recuperar la idea de jugar con la música, tenemos que volver a esa actitud lúdica, si uno lo pasa bien en el escenario, el público también. Los músicos dedicados a géneros no tan formales y más populares, mantienen esa actitud de pasarla bien, aunque les pueda faltar preparación”.
El guitarrista puntualizó la necesidad de buscar la inocencia de la música, “cuando uno estaba empezando a aprender se emocionaba mucho con sólo aprender un par de acordes, se trata de una actitud que en alguna medida se opone a las imposiciones de la rigurosidad técnica”.
“Este es un tema en el cual pienso mucho como profesor de la UCR y de la UNA, quiero que mis alumnos tengan una filosofía diferente y los motivo a que disfruten la música y encuentren la alegría de tocar”, añadió.
Desde hace tres años, este guitarrista tenía la idea de formar un trío que integrara bajo y percusión, pero fue hasta el año pasado que lo logró armar junto a Luis Álvaro Zamora, en el bajo, e Iván Barquero en la percusión y batería. Además, en el disco Tomás Díaz aportó su trabajo en la grabación y masterización, es decir, la optimización del sonido final.
Toda la producción del disco fue un esfuerzo independiente, lo cual implica que Saborío asumió el trabajo de producción artística de la grabación. “Enfrenté el riesgo, pues nunca había grabado ni producido así, lo único que tenía claro era la idea musical: tocar piezas muy conocidas en el mundo de la guitarra, pero devolverlas a sus raíces populares, pues han pasado por un proceso en que la música es llevada hacia géneros más formales o académicos, como la guitarra clásica. He tratado de devolverles un poco de frescura y carácter popular”.
Guitarra latinoamericana
Latinoamérica incluye temas como Alfonsina y el Mar, de Ariel Ramírez; Felicidade, de A.C. Jobim y Vinicius de Moraes, o la Danza Paraguaya, de Agustín Barrios Mangoré. El disco se puede conseguir en tiendas como la del Teatro Nacional o la cadena Vértigo, o bien a través del sitio web www.andressaborio.com, el precio es de ¢8.500. Para mayor información se puede escribir a [email protected]