La leyenda de La Segura le sirvió de pretexto a Mariano González y su elenco para adentrarse en los senderos de la obsesión de una mujer muy bella, que por las noches se transforma en un ser extraño que ahuyenta a sus amantes.
Con un grupo de actores consolidados, y otros más jóvenes, La Segua estará en cartelera hasta el 14 de junio. La puesta en escena parte de una historia costarricense que reúne, en esta ocasión, varias historias de amor entrelazadas en el Cartago de mitad del siglo XVIII.
En el país, la historia de La Segua fue recopilada por Elías Zeledón y luego hay una obra escrita por Alberto Cañas, la cual se estrenó por primera vez en 1971, con Haydee de Lev como actriz principal. En esta oportunidad, la Compañía Nacional de Teatro (CNT) busca hacerle un homenaje a Cañas.
“Se ha trabajado muy armoniosamente, y creo que en lo actoral se ha hecho un trabajo muy profesional. De igual manera, el montaje de Mariano González ha sido muy bueno”, dijo Luis Fernando Gómez, quien al preguntársele cuántos años lleva vinculado al teatro respondió: “Precisamente estaba en eso: escribiendo un artículo pensaba cuántos años llevo en esto, como actor y director”.
En la obra, el personaje principal, Encarnación Sancho, es interpretado por Rebeca Alemán, quien asumió el papel como un importante reto en su carrera.
Hasta ahora las funciones −en el Teatro de La Aduana de jueves a sábado a las 8 p.m. y los domingos a las 5 p.m.− han estado prácticamente a teatro lleno, relató Gómez.
“La obra en realidad es un pretexto para hablar de una mujer muy bella de Cartago que, por sus creencias y defectos personales sobre su belleza, empieza a sufrir una terrible obsesión, de que en las noches se transforma en La Segua. Entonces, la obra es la historia de esa obsesión con varias historias de amor entrelazadas”, detalló Gómez.
El elenco lo conforman Silvia Campos, Diego Ureña, Juan Porras, Miryam Calderón, Andrés de la Ossa, Eduardo Carrillo, Alex Molina, Tatiana Zamora, María Orozco, Bernardo Barquero, Rosita Zúñiga, Luis Fernando Gómez, Anabelle Ulloa, Leonardo Perucci y la actriz principal Rebeca Alemán.
AYER Y HOY
A pesar de que la obra parte de una cultura enraizada en el siglo XVIII y en una ciudad conservadora como la del Cartago de entonces, la pieza tiene aires de actualidad por la forma en que se aborda la temática, de acuerdo con el director.
“El público puede esperar una obra muy costarricense, que los transporta al Cartago de 1750, pero si se le quita el vestuario y la ambientación nos encontramos ante circunstancias de doble moral: problemas religiosos y poder económico que enfrenta la sociedad actual”, expresó González.
La combinación de actores consolidados como Gómez y Perucci con otros más jóvenes le permitió a González lograr un reparto cuyo eje de trabajo ha estado marcado por la armonía, el profesionalismo y el entusiasmo.
“El mayor reto era que todos los actores dieran el máximo resultado. Hubo un gran sentido de equipo, de armonía en el montaje, de hacer las cosas con cariño, sobre todo, por ser un homenaje a don Alberto Cañas, a quien desde el sector cultura le debemos tanto”, resaltó.
Respecto al tema central de la obra, para González lo relevante es lo que pueda evocar y provocar en relación con el pensamiento en la sociedad actual; es decir, para el director lo más importante es que La Segura traspase su barrera de época y se convierta en un motivo para disfrutar de un teatro entretenido y que, a la vez, invite a alguna reflexión contemporánea.
“La gente –comentó− llega a ver cómo se transforma la mujer en La Segua. Para mí, lo importante es que el público se pueda relacionar con la problemática social en la que esta mujer se desarrolla. Por eso, hay que fomentar que, cada vez más, nuestros dramaturgos escriban sobre una temática nacional. Que el tico se vea reflejado en el teatro”.
González destacó, como lo hizo también Gómez, el profesionalismo con que los actores asumieron el reto del montaje de La Segua, que por primera vez fue puesta en escena en 1971.
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