El fútbol ofrece al deportista profesional una carrera donde la relación con los aficionados y los medios le pueden dar una fama difícil de superar cuando llega el retiro.
Al final la persona concluye un ciclo y su edad le impide sostener las aptitudes físicas mínimas, aunque requiere mantener su situación económica.
Por eso los jugadores tienen la opción de continuar ligados al fútbol en los mismos equipos donde desarrollaron su carrera, en funciones de directivos o entrenadores. De esta manera se da una relación simbiótica de provecho para ambas partes por la experiencia acumulada de los jugadores. Así lo aseguró Erick Lonnis Bolaños, Director Comercial del Deportivo Saprissa y comentarista deportivo.
Para Lonnis en el ámbito costarricense no se le prepara al jugador para el retiro debido a una estructura que poco ayuda al crecimiento personal.
En los clubes se piensa solo en el corto plazo y a los jugadores se les ve como un producto al que se le explotan sus condiciones extraordinarias, sin incentivar el desarrollo personal.
Para el exportero de la selección nacional y del Saprissa, el retiro constituye una situación depresiva y quizá una encrucijada debido a que no se manejan otras opciones.
«Los jugadores se deben preocupar por su futuro y desarrollar otros talentos personales», aconsejó Lonnis.
En la mayoría de los clubes de fútbol de primera división se ofrecen opciones de becas para educación superior mediante convenios con universidades, así como estudios parauniversitarios.Hay equipos que tienen convenios con estas universidades, sobre todo los del Valle Central; los que se encuentran en provincias alejadas ofrecen menos posibilidades.
De igual manera, se impulsa la iniciativa de ofrecer a los jóvenes de ligas menores la opción de terminar los estudios secundarios en instituciones que adecuen sus horarios de acuerdo con entrenamientos y juegos.
Estas ventajas son una necesidad ante los requerimientos de los futbolistas y marcan el cambio de pensamiento en los clubes hacia una formación integral.
Lonnis considera que aunque resulta ventajoso un título universitario, éste no es indispensable para alcanzar un nivel de vida aceptable después del retiro.
SEGUIR EN EL FUTBOL
Continuar trabajando en profesiones relacionadas al deporte es casi siempre la opción más atractiva para el jugador después del retiro, porque es seguir en un medio ya conocido y donde pueden aportar la experiencia acumulada.
Los ejemplos son muchos e incluyen entrenadores, dirigentes, supervisores de ligas menores, comentaristas o periodistas deportivos.
Por ejemplo, el caso de Juan Carlos Arguedas, quien se retiró cuando jugaba en la Asociación Deportiva Carmelita y ahora funge como Gerente Deportivo de la misma institución.
Para Arguedas, el retiro no presentó problema, la decisión la tomó con el apoyo de su familia. Considera que haber pensado de antemano en su futuro y haberse prepararse académicamente fueron una ventaja.
Adujo que no es necesario haber sido futbolista para ingresar como directivo o entrenador a un equipo, pero es una ventaja significativa.
El goleador nacional de los campeonatos 1994-1995 y 1999-2000 afirmó que al retirarse el futbolista pierde cierto estatus y por eso seguir ligado es la opción más viable.
Es el caso de Alexandre Borges Guimaraes, director técnico del Irapuato mexicano, quien recuerda que poco tiempo después de retirarse como jugador, en 1992, pasó a entrenar equipos.
que Su retiro fue calculado y no representó mucho drama; sin embargo, reconoce que a compañeros de su generación se les dificultó más tomar la decisión. Así mismo, el interés por cursar estudios universitarios es propio de generaciones más recientes, dijo.
