*Recapitulando mi artículo anterior publicado en este periódico (Algunas reflexiones 2), la realidad demuestra con hechos, que entre más “analfabeta” es un pueblo, más lo “pueden llegar a coger de bruto” o burlarse de él sus “estructuras de gobierno”. También hay que fortalecer “valores”, y tratar de ser “mejores personas”. Digo adicionalmente, que “para competir con lo privado”, el Estado está obligado a ofrecer “servicios de calidad”, y que “urge” hacer una “calificación de lo cuantitativo”.
*Propongo que para acabar definitivamente con el nefasto negocio de la “droga”, ésta “se legalice”, como hicieron en los años de 1920, que legalizando el wiskey, se acabó con el ilegal negocio que tenía Al Capone y sus secuaces. Esta experiencia demuestra que “hay que arriesgarse”. Como la “droga” de hoy en día es mucho más peligrosa que el wiskey, propondría que simultáneamente, todos los medios (públicos o privados, radio, prensa y televisión), se comprometan con la audiencia públicamente, y también firmen un documento legal, que los obligue a sacar, a hacer un número mínimo de campañas publicitarias o propaganda, durante un período de tiempo a definir, una propaganda mundial, que advierta sobre los peligros de usar cualquier tipo de droga. Todos debemos cooperar en esta “titánica” tarea. Cada uno de nosotros debemos hacer algo desde nuestra “trinchera diaria”. Se afirma también por parte de la OEA, que las campañas mundiales contra el tabaco han surtido efecto. En el mundo, ha ido en descenso el número de fumadores.*Algunas publicaciones periodísticas, y diversos artículos y ensayos, coinciden en que “nada bueno” les pasa a países grandes como Argentina, dolarizando su economía, pero nadie se refiere a países chicos como el nuestro, aunque no seamos económicamente significativo. Muchos pensadores opinan que no se debe “dolarizar la economía”, yo quisiera contribuir con la discusión sobre este tema, y la gente que piense ¿cómo se formó su criterio, en este polémico acontecer? Yo, que no soy economista, quisiera agregar: ¿Cuál soberanía tiene el colón? ¿Cuál identidad podemos tener con él, aparte de la “bucólica”? La insolente realidad nos demuestra, que (el colón) es tan variable, como el carácter del tico, retratado en la frase: «hasta que se aclaren los nublados del día”. Yo viendo a las empleadas nicas, que tienen que andar cambiando mes con mes en dólares lo que ganan en una moneda tan cambiante (como el colón) al dólar, creo que es mejor buscar una moneda más fuerte y conocida que el dólar, (porque se sabe que con el dólar, no se pueden hacer otras reglas), hay que “atenerse”, a lo que diga Wall Street (Nueva York) o Washington, e “imponer condiciones”, para que todos los países participen, en las decisiones económicas. Todavía aparte de razones sentimentales que se puedan tener, no creo que la gente sencilla tenga argumentos económicos de peso para oponerse. Yo por “principio”, siempre me opondré en disminuir el papel del Estado (aunque creo que éste se debe modernizar, guardar las mismas funciones, pero con menos gente mejor pagada y que hagan más, para que sean sueldos competitivos, y con menos burocracia), pero dolarizar la economía significaría automáticamente eso, un menor papel estatal. Creo que aparte de la complejidad del tema que es muy delicado, a la larga lo que está en juego son los principios. ¿Uno está o no está de acuerdo con la participación del Estado, en las decisiones económicas?
*En momentos en que se discute la fortaleza de la moneda china y del euro frente al dólar, tal vez nos convenga esperarnos, y como es inevitable, que se me salga “el tico”, digo: “habría que esperar, a que se aclaren los nublados del día”, para ver qué moneda nos conviene más. Pero eso sí, para no disminuir el papel del Estado, los presidentes de los Bancos Centrales de todos los países participantes, tendrían que intervenir colegiadamente en las decisiones económicas, para poder participar en la “toma” de decisiones mundiales. Sino yo opino que no nos conviene, cambiar la moneda.
*Para contribuir a eliminar la corrupción administrativa, propongo que se “juzgue” también a los presidentes de turno, por las promesas de campaña, que no se realizan durante su gobierno, que al fin y al cabo, son las que terminan inclinando la balanza a su favor. No es justo, que solo los funcionarios de menor rango “caigan”.
*Como en este mundo de hoy, los países están “polarizados” alrededor de un tema, propondría trabajar en temas aglutinadores o de consenso como la “lucha contra las drogas”, “alto a la corrupción”, “seguridad frente a los delincuentes”, entre otros. Así todo el pueblo participaría, en su ejecución.