Desafíos del nuevo Rector

La mayoría  de las 2072 personas con derecho a voto (UCR) decidieron designar al Dr. Henning Jensen Pennington como rector de la Universidad de

La mayoría  de las 2072 personas con derecho a voto (UCR) decidieron designar al Dr. Henning Jensen Pennington como rector de la Universidad de Costa Rica para el período 2012-2016.

Independientemente de nuestra posición política durante el proceso electoral, lo que nos corresponde como universitarios (as) es respaldar al nuevo Rector y colaborar con la nueva Administración.

Al mismo tiempo, debemos mantenernos vigilantes y exigirle el cumplimiento de los compromisos que le hizo a la comunidad universitaria y al país.

Son muchos los retos que esperan al Dr. Jensen en su nueva gestión. Si bien es cierto la UCR ha cosechado importantes logros durante más de siete décadas, es claro también que hay muchas cosas por corregir y mejorar. Seguramente, cada quien tendrá su propia visión sobre lo que debe hacerse y cómo debe hacerlo. Estas son solo algunas consideraciones en mi condición de funcionario administrativo de la UCR.

Creo que el primer gran desafío del nuevo Rector es conformar un equipo de trabajo con experiencia, capacidad y conocimiento de la realidad universitaria y nacional. El Dr.Jensen tiene a su disposición dentro de la misma Institución a personas capaces y preparadas para dirigir nuestra benemérita Institución.

Si verdaderamente quiere trascender como Rector, el Dr. Jensen deberá ir más allá de los amiguismos y las bellas palabras y buscar a quienes considere mejores, independientemente del color político, pero eso sí, que tengan una trayectoria honesta y un claro compromiso con la Institución.

El segundo desafío es sanear la institución de prácticas que le hacen mucho daño y que amenazan con llevarla al despeñadero. Con prudencia, pero con firmeza, el nuevo Rector  deberá erradicar los focos de corrupción, favoritismos y prácticas clientelistas que se han enquistado en la UCR, así como promover la transparencia en su gestión.

El tercer desafío es unir el “archipiélago universitario”. La UCR es una institución compleja, pero el Rector y los vicerrectores (as), si se lo proponen, pueden hacer que esta trabaje de manera coordinada y planificada.

El cuarto es realizar un análisis profundo del quehacer institucional y lograr una mayor eficiencia en el uso de los recursos, evitar la duplicidad de actividades, evaluar el desempeño del personal docente y administrativo, promover la rendición de cuentas y evitar el uso abusivo del tiempo en actividades que no tienen que ver con el quehacer institucional.

El quinto es lograr una mayor democratización de nuestra Institución. Como lo dice el artículo 1° del Estatuto Orgánico “La Universidad de Costa Rica es una institución de educación superior y cultura, autónoma constitucionalmente y democrática, constituida por una comunidad de profesores y profesoras, estudiantes, funcionarias y funcionarios administrativos”.

Es inaceptable que en pleno siglo XXI con los grandes avances alcanzados por nuestro país en derechos humanos, nuestra Institución se haya quedado rezagada en cuanto a representatividad democrática de los sectores que la conforman.

Este es un tema complejo y sé que una buena parte de la comunidad académica discrepa de la idea de una representación del sector administrativo, pero yo creo que ha llegado el momento de discutir el tema abiertamente y como bien dice el Dr. Jensen, que sea la fuerza de los argumentos y no el argumento de la fuerza el que impere.

El sexto desafío tiene que ver con el interinazgo, tanto administrativo como docente. La condición de interino convierte a quien la ostenta en un funcionario (a) de segunda categoría; esto le causa un gran daño a la persona pues no tiene estabilidad laboral, pero a la vez afecta a la Institución porque el trabajador (a) termina por perder la mística y el compromiso con la Institución.

El sétimo desafío es la renegociación del FEES con el Gobierno de la República debido al fracaso del llamado Plan Fiscal y lo referente al préstamo de $50 millones del Banco Mundial.

El octavo es apoyar el próximo Congreso Universitario. Este foro es una oportunidad para que los (as) universitarios (as) redefinan de manera autónoma el quehacer institucional en función de las condiciones y necesidades de la sociedad actual.

El noveno desafío, y no menos importante, es lograr que la UCR tenga una mayor presencia en la vida nacional. Esto exige un replanteamiento de la forma en que se hacen las cosas en todos los ámbitos y una estrategia de comunicación que acompañe esta presencia.

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