El pueblo de Acosta está indignado con el ICE

El anterior 28 de mayo, el Concejo Municipal del cantón de Acosta recibió la visita de varios funcionarios del ICE, que llegaron a exponer

El anterior 28 de mayo, el Concejo Municipal del cantón de Acosta recibió la visita de varios funcionarios del ICE, que llegaron a exponer la índole de los trabajos que dicha institución ha emprendido en la cuenca del río Candelaria, con vistas a explorar las condiciones para la construcción de una represa y casa de máquinas para producir electricidad. Desde semanas atrás, vecinos de varios poblados cercanos al río habían empezado a organizarse para oponerse a los propósitos del ICE, y el día de la comparecencia hubo una impresionante movilización por las calles de San Ignacio, que culminó en la propia sede de la Municipalidad.

En Acosta ya conocemos de primera mano lo que conlleva la construcción de una hidroeléctrica, en cuanto al daño ambiental, pues somos testigos de cómo la represa del Proyecto Hidroeléctrico Pirrís convirtió al río Parritón en un cadáver de río, en donde ya la gente no puede bañarse ni pescar, pues las cantidades de agua que arrastra son mínimas. A más de que los inesperados desfogues de la represa constituyen un grave peligro para quien se encuentre dentro o a orillas del río. Y esto para no hablar del peligro latente en que se encuentran poblados como Las Vegas y Bijagual, en caso de una falla grave en la represa que pueda provocar una avalancha.

Es por eso que nos oponemos a que el ICE continúe con esos estudios básicos, pues sabemos que estos no se realizan tan solo para obtener datos en abstracto, sino que ya hay una decisión política de construir la hidroeléctrica. Y es que esta institución se mueve para el desarrollo de sus planes estratégicos dentro de la lógica de seguir produciendo mayoritariamente energía hidroeléctrica, sin considerar seriamente otras fuentes menos agresivas con el medio ambiente y los habitantes, como son la energía eólica y la solar.

Algunos vecinos y un munícipe instaron claramente a los funcionarios del ICE para que eleven a los altos mandos estas inquietudes, de que el ICE debe incrementar la investigación y aprovechamiento de nuevas fuentes energéticas, las cuales hasta se convierten en atractivos turísticos, en una zona como Acosta, donde cada vez hay menos fuentes de trabajo.

Vale la pena traer a la discusión aspectos poco conocidos del territorio del cantón de Acosta que sería impactado negativamente por una obra civil como la mencionada. Nos referimos, en primer lugar, a la historia geológica. El actual territorio de Costa Rica se originó por el levantamiento paulatino del fondo marino que separaba las masas continentales de lo que hoy son América del Sur y América del Norte. En determinado momento, existió un inmenso canal que comunicaba lo que serían luego el Océano Pacífico y el Mar Caribe. Al continuar el levantamiento del fondo marino, el final de tal proceso, las últimas aguas se dirigieron, unas hacia la vertiente Atlántica y otras hacia la costa Pacífica. Estas últimas lo hicieron a lo largo de la actual vertiente del río Candelaria. Nos parece que esta zona puede guardar interesantes vestigios geológicos que quizás no se conocen a cabalidad, y que una represa como la planeada puede destruir esa fuente de conocimiento.

Pero la cuenca del río Candelaria tiene también un interesante valor histórico, pues ha servido desde antes de la llegada de los españoles como ruta de comunicación de los pobladores del Valle Central con la costa pacífica. El trazado de la actual carretera que une a San Ignacio con Parrita obedece, en lo fundamental, al trazado del camino que comunicaba, ya antes del descubrimiento, la zona de Pacuacua (actual Tabarcia de Mora) con la región del actual Quepos. Ya en tiempos de la colonia, esta ruta era uno de los ramales del llamado ‘camino de las mulas’, por el cual se realizaba comercio desde el norte de Centroamérica con Panamá. Y en la actualidad, esta ruta es una importante vía de comunicación entre San Ignacio y Parrita, que discurre a lo largo de pueblos como San Luis, Cangrejal, Naranjal, Sabanillas, Sabanas, Caspirola, Bijagual, Surubres y Sardinal. A finales del siglo XIX, el Gobierno le encargó a don Pedro Pérez Zeledón una exploración de esta ruta, con la intención de hacerle mejoras y ponerla al servicio de la población. Su informe constituye un valioso documento histórico, que además su sola lectura es un deleite.

Uno de los vecinos que asistió a la sesión municipal llamó la atención sobre el peligro de construir la represa aguas arriba de los puentes sobre el Candelaria, pues tal obra obstruiría esta vía de comunicación. También informó de que algún técnico del ICE comentó que la represa se haría cerca de Gravilias, donde en el 2007 se produjo un derrumbe tan grande y posterior avalancha, que causó destrozos considerables a su paso. Es decir, se ha considerado construir una represa en un sector de conocida inestabilidad geológica (recordar los problemas que se han presentado con la represa del Proyecto Pirrís en Llano Bonito de León Cortés).

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