Ya en el pasado se determinó la eliminación del mismo examen de Bachillerato, y hasta del que igualmente existía para sexto grado, en razón de su innecesaria utilización e improbada efectividad respecto de la búsqueda de la calidad de la educación, hasta que cíclicamente algún «iluminado» de turno cree que reviviéndolo se vuelve a encontrar la pomada canaria en esta materia.
En mi criterio, los exámenes de Bachillerato deben no solo no aplicarse este año en razón de la onda expansiva provocada por la huelga de los educadores, sino también deben erradicarse definitivamente en Costa Rica, por constituir lo que en materia Penal constituiría una Violación Flagrante al Principio del Non Bis In Ídem, es decir, el no juzgar más de un vez la misma cosa, conforme lo dispone el artículo 42 de la Constitución Política («…Nadie podrá ser juzgado más de una vez por el mismo hecho…»), porque implican un desgaste innecesario de doble sometimiento a la valoración de los mismos temas a los estudiantes, que están siendo ya evaluados durante todo el año en los colegios de secundaria, y un gasto económico de papel, tiempo, etc., en momentos en que la austeridad debería ser la regla y no la excepción.
Tienen la palabra las actuales autoridades del Ministerio de Educación Pública.