La discusión y análisis del presupuesto del Gobierno Central se ha centrado básicamente en aspectos macroeconómicos de recortar gastos para disminuir el déficit fiscal. Estamos entendidos que el déficit fiscal se debe reducir, dado que actualmente está en un 5 % del PIB y se espera que en el 2015 cierre en un 6 % del PIB, los cuales algunos economistas han considerado inmanejable, sino se toman las medidas pertinentes.
No obstante, el procedimiento de recortar los gastos no cumple con el principio de participación que establece: “En las diferentes fases del proceso presupuestario se debe propiciar la aplicación de mecanismos idóneos, para que se consideren las opiniones de las personas que conforman la organización y de la ciudadanía”. No se han dados adecuados espacios de participación en la Asamblea Legislativa, a los ministerios que se le van a recortar los gastos y las entidades públicas y privadas que se les va recortar los aportes o transferencias del Gobierno Central.No se tiene presente que presupuesto es la expresión financiera de la acción programada, es decir de los planes anuales operativos y planes operativos institucionales, ni que los ingresos y los gastos son los medios para los lograr cumplir con los fines de las entidades y la misión y visión, a través de los objetivos y metas que se proponen en el plan anual operativo; es decir: los presupuestos deben responder a los planes anuales operativos. Asimismo, en el plan anual operativo y en los presupuestos se asignan recursos para lograr objetivos y metas estratégicas del PND y los planes estratégicos institucionales. Por lo que el análisis debería considerar aspectos del proceso de planificación, como los planes anuales operativos, programas, actividades y prioridades, para que no vaya a entorpecer el accionar del sector público.
Es pertinente señalar que si no se hacen cambios estructurales al Presupuesto Nacional, se van a volver a presentar en el futuro las mismas problemáticas, como lo del déficit fiscal, gastos corrientes financiados con recursos del crédito; es necesario indicar que actualmente un 45 % del Presupuesto Nacional es financiado con recursos del crédito y que actualmente más del 90% del presupuesto nacional se destina a atención de la deuda pública, salarios, y transferencias, por lo que se asigna un porcentaje muy bajo para inversiones, materiales y servicios.
En el caso del pago de remuneraciones o salarios, se han venido incrementando los gastos, entre otros factores, por la creación de plazas y por los aumentos generales de salarios. En las transferencias, al incrementarse las necesidades de gastos de las entidades financiadas con recursos del Presupuesto Nacional, como los aportes a la educación superior. Se debe tener presente que en los dos últimos presupuestos se ha financiado gasto corriente con financiamiento, lo cual no es adecuado. Se da además la problemática de establecer recursos con finalidad específica o dar un destino específico −aparte de los recursos del presupuesto nacional− en algunos casos con base en disposiciones constitucionales. La situación de tener un déficit fiscal manejable, no se va a lograr si no se hace un análisis integral de la situación, que involucre una reestructuración del sector público con más de 300 entidades, disminuir la evasión fiscal, lograr un accionar más eficiente y eficaz del sector público. Se debe realizar un estudio integral de los ingresos y gastos del sector público, no solo del Presupuesto Nacional y una reestructuración del sector público, que lo haga más eficiente y eficaz. Se debe tener claro que el déficit fiscal se puede enfrentar aumentando ingresos o reduciendo gastos.