Algunas de las características más positivas que la literatura nos ofrece son la capacidad de conocer nuevos e interesantes mundos, además de perfeccionar considerablemente nuestro vocabulario, fomentar las habilidades de pensamiento y avivar el mejoramiento de nuestro crecimiento personal.
En algunas ocasiones, hemos escuchado sobre la negativa de algunos niños y jóvenes de enfocar un mayor interés en la lectura. Varios de sus muy conocidos argumentos son: es muy aburrida, no me enseña ni me muestra nada, las lecturas son muy largas, no tengo tiempo para leer esas cosas, ¿para qué me sirve eso?, entre muchas otras razones…
Partiendo del hecho que no siempre se ha dirigido la lectura de manera adecuada y atractiva, es posible observar que algunos jóvenes olvidan o no comprenden la esencia de la literatura; se dedican a solventar sus problemas y requerimientos literarios y académicos más rápidamente, utilizando otras fuentes, por ejemplo, la Internet; con sus populares guías de estudio preparadas y resúmenes; elementos que aparentemente les van a hacer la vida más sencilla, pero que les dejarán con enormes vacíos y pérdida de la esencia literaria. Quizás en donde más se ha fallado ha sido en no proyectarles a los niños y jóvenes la idea que la literatura es un instrumento útil que puede estar muy relacionada a nuestras propias vidas; situaciones cotidianas, experiencias personales y vivencias en general.
Hace algún tiempo tuve la oportunidad de trabajar con algunos de mis estudiantes en tres lecturas muy interesantes las cuales ilustran algunos eventos del diario vivir. La primera es un poema titulado “La Esposa de Lot” de la escritora rusa Anna Akhmatova. El mismo está basado en el extracto bíblico del Génesis, capítulo 19. La segunda lectura es una historia corta que lleva por título “El Invitado” del escritor francés-argelino Albert Camus y el tercer ejemplo está basado en la obra de teatro titulada “La Visita” del escritor suizo Friedrich Dürrenmatt.
En la primera, los estudiantes mostraban problemas en la comprensión del porqué o el cómo alguien puede cambiar su fisonomía tan radicalmente. Muchos de ellos, pensantes e ingeniosos como son, desafiaban y cuestionaban la posibilidad material de que una persona pudiera tomar la forma de una “estatua de sal”. Se interesaban primordialmente en una comprensión literal. En términos generales, el poema parecía no tener un sentido interesante ni cercano a ellos. Al iniciar un análisis más cuidadoso, pudimos llegar a conclusiones más interesantes las cuales se ajustaban más a la realidad de una población joven:
a- Los actos de obediencia y/o desobediencia nos pueden conducir por diversos caminos y nos puede exponer a consecuencias variadas.
b- El acto de ver hacia atrás nos podría hacer razonar sobre la acción de algunas personas de insistir en echar un “vistazo” a su pasado, en algunos casos quizás con situaciones no muy positivas o productivas, y aun así mostrar el deseo de aferrarse fervientemente al mismo sin pretender ver hacia adelante, e iniciar un nuevo cambio que provoque mejorías en su proyecto de vida.
c- La acción de convertirse en una estatua de sal puede ser concebida metafóricamente como el resultado final derivado de la continuación de una determinada conducta negativa. Nuestras “estatuas de sal” más contemporáneas pueden ser por ejemplo: una vida privada de libertad, un hábito destructor, un accidente o una enfermedad que quizás se pudieron haber evitado o algo más radical y lamentable como la muerte.
En el segundo trabajo, los estudiantes, que cursan el último año de secundaria, leen sobre dos personajes. Estos se encuentran en una encrucijada la cual consiste en tomar una decisión frente a dos caminos posibles. El primero parece ser el que la conciencia dicta como el correcto aunque el resultado final es fatal – ser encarcelado por un aparente delito. El segundo es sin lugar a dudas más atractivo, pero va enfocado en contra de la ley y el buen juicio. Los estudiantes se encuentran ante un problema existencial y razonan sobre su situación cercana y futura, a la cual muy pronto estarán expuestos ante una sociedad que les exigirá tomar decisiones; las cuales pueden marcarles para toda su vida.
La tercera opción muestra el cuidado y sensibilidad que se debe tener al momento de lidiar con un elemento tan delicado y engañoso como lo puede ser el dinero. Esta entretenida pero macabra parábola nos enseña una realidad, algunas veces cotidiana, en la cual las personas pueden ser destruidas física y emocionalmente por la ambición y la utilización inapropiada del dinero, el que puede ser utilizado para comprar no solo cuestiones materiales, sino también la voluntad y la conciencia de los seres humanos.
Estas sencillas interpretaciones mencionadas anteriormente no son las únicas posibles para ese tipo de lecturas. Lo maravilloso del mundo literario es que nos permite alcanzar otras conclusiones que pueden llegar también a ser muy útiles e instructivas para determinados casos. La opción de utilizar la literatura, conectándola con algunos problemas y/o situaciones relacionadas a nuestra vida contemporánea, permite que le demos un sentido más real, más crítico y humano a lo que leemos. Al final, es indudable que un gran número de las piezas literarias creadas han sido el producto de las experiencias y vivencias de sus autores las cuales han sido plasmadas para siempre en un mundo de palabras para nuestro deleite y aprendizaje.
Lo invito muy respetuosamente a utilizar las obras literarias que sus hijos e hijas están leyendo en sus áreas académicas para que junto con ellos, usted pueda no sólo disfrutar del placer de la lectura, sino también encontrar posibles elementos que se relacionen con sus vivencias personales. Quizás algunos de ellos le puedan ayudar inclusive a contestar o solventar más satisfactoriamente las dudas, cuestionamientos e inquietudes que los niños y jóvenes tienen en su vida cotidiana, en procura siempre de tratar de proveerles con nuevas herramientas y perspectivas más reales para desarrollar un futuro más estimulante y enriquecedor.