El Ministerio de Salud (MS) nunca pondrá en tela de juicio la excelencia académica, científica y docente del Instituto Clodomiro Picado (ICP), institución que sin duda alguna es un orgullo nacional y ha contribuido con creces en el desarrollo de la salud de Costa Rica y las Américas.
Considero que el Dr. Jensen en su artículo de La Nación no dice toda la verdad en relación con el tema. Hace ya casi 3 años, fue la intención manifiesta de la Universidad de Costa Rica (UCR) comprar los terrenos (propiedad del MS) en los que opera el ICP.
La UCR incluiría en sus presupuestos el casi millón de dólares que cuesta el terreno, y el MS con ese dinero construiría un centro de capacitación en salud pública para uso de todo el sector salud. Esto último implicaría un ahorro importante de dinero para el sector y por ende de todos los costarricenses.
El 28 de octubre del 2009, mediante oficio R-7835-2009, la señora Rectora me comunica que “…no es posible en este momento extender la certificación presupuestaria para la adquisición de los terrenos donde se encuentra ubicado el ICP”, sin manifestar en qué momento si se podría completar.
Como jerarca del MS, uno de mis principales deberes es proteger los bienes del Estado y darles el uso más adecuado, donde la institución que represento no se vea perjudicada en sus intereses. Ese deber está consignado en múltiples artículos de muchas de las leyes que jure cumplir y defender. El incumplimiento de deberes y obligaciones es motivo de sanciones.
Siempre he tenido el mayor interés de que las dos instituciones salgan ganando de un eventual convenio, mantengo mi original intención, comunicada hace tres años a doña Yamileth González, de vender el inmueble a la UCR, de cambiarlo por servicios y asesorías que el MS requiera, o bien dado que la CCSS paga al ICP anualmente cerca de $500.000 por la compra de los sueros antiofídicos que se aplican en el país, que se le dé este servicio sin costo para la Caja.
Extraña la actitud del Dr. Jensen. Con la señora Rectora siempre he tenido la mejor de las comunicaciones y estoy segura que entre ella y yo seguiremos coordinando para buscarle una solución satisfactoria a esta situación. Él en uno de esos desafortunados momentos que amenazan con cerrar las puertas del futuro, distorsiona la verdad real de los hechos. Parece olvidar que la verdad incompleta, es una mentira completa y peligrosa.
