C Wright Mills, sociólogo estadounidense, escribió un libro clásico sobre como se organizan las minorías y alcanzan el poder, cuyo título es “La élite el poder”.
Fue editado por vez primera en 1956 en inglés y desde ese año forma parte del estante de los pensadores del mundo, con sucesivas ediciones.
En esencia, dice el escritor, a través de los poderes institucionales, o sea del acceso a los mecanismos de poder públicos (Gobierno, poderes como el Ejecutivo, el Congreso y el Senado) sin olvidar el ejército, un grupo de personas, que son minorías, con intereses privados, deciden por la sociedad en su conjunto, siempre a partir del acceso al poder político. Ellas actúan siempre con los mecanismos de poder institucionales, ya que desde los poderes del Gobierno estimulan, protegen el dominio, la preponderancia de las empresas , sin importarles temas relacionados con la justicia, la soberanía, la autodeterminación y el destino de las “otras naciones”.
Las otras naciones son observadas por la élite del poder como posibles competidoras, esta es la visión de las empresas para superarse entre sí; John D. Rockefeller, el creador de la dinastía, describía a la competencia como “pecado ante los ojos de Dios”, al impulsar y monopolizar el negocio de la refinería del petróleo, u oro negro.
Teniendo estos elementos como referente, no es de extrañar que en nuestro país haya grupos minoritarios reunidos alrededor del dinero, como son los partidos políticos (PLN, PUSC), el grupo empresarial SAMA, las reuniones de los patrones, unidos bajo las cámaras de comercio, de industrias, de exportadores, el turismo, de bienes raíces.
Lo que sí debemos tener claro los costarricenses es que las nuevas generaciones de políticos trascienden lo meramente formal. Por ejemplo, esas frases simples y el estribillo de acceso a los mecanismos del poder para “servir a los costarricenses desde la cosa pública”, al haber demostrado tener al servicio del mundo de los negocios privados a las instituciones públicas. ¿Cómo?, desnaturalizándolas, inaplicando normas legales, desregulando las actividades industriales, comerciales, protegiendo la inversión en zonas protegidas, cerca del litoral, intentando privatizar acueductos y playas. Todo ello a pesar de que esas actividades están reguladas por legislación específica, por tanto, desde la esfera de poder público (MINAET, Ministerio de Salud, Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, SETENA) han estado inaplicando normas de ley vigentes, violando las disposiciones legales.
Es público y notorio que oportunidad se escribe con d, de dinero. Entonces hagamos nuestras las palabras de Gaetano Mosca: “Si damos a estos hombres genio y oportunidad histórica, tendremos a Napoleón. Si le damos un gran ideal tendremos a Garibaldi, si le damos la oportunidad y solo oportunidad, tendremos a Mussolini, o podemos añadir, en una civilización de negocios, a un gánster”.
