Cinco datos elementales para cualquier análisis electoral: 1) Los estudios de opinión, aunque dañados, indicaban a) el estancamiento y decrecimiento del PLN y el PAC; y b) el crecimiento de FA (y esta tendencia fue verificada por toda la prensa y el Rector de la UCR, quienes organizaron sus comentarios, debates y entrevistas desde esta premisa).
2) La presencia de banderas y calcomanías de FA era, me parece, mayor que la del PAC y el PLN tampoco se notaba.3) El acto de cierre de campaña de FA tuvo una masa mayor que el del PLN, y el PAC canceló el suyo.
4) FA es un partido formado en la organización de marchas, que son las principales demostraciones de fuerza política en Costa Rica. Y en éstas su presencia no es menor y, en cambio, ni el PAC ni el PLN convocan ni participan nunca en tales movilizaciones.
5) Existe el registro de muchísimas irregularidades (cf. Vigilia contra la campaña del miedo y contra el fraude, en: https://www.facebook.com/events/644525945589552/?source=1). Además nadie, ninguna organización ni ninguna institución fiscaliza el software del TSE: ¿cómo es que durante los «cortes» del conteo digital FA se estanca en un 17 % mientras las cifras del PAC y PLN sí varían?
El PAC o la recomposición postbipartidista de la hegemonía: Frente al desgaste del PLN, el Estado ha decidido relegitimarse con un gobierno del PAC (que es una síntesis tanto del PLN como del PUSC). Y al FA, que no es izquierda sino burocracia legislativa, se le han reconocido, eso sí, unas 9 curules: pero para ello deben obviar que la Presidencia ha sido secuestrada por el PAC −contra la voluntad popular−, es decir, contra el único soberano (insisto en un dato mayor: la abstención aumentó un 8 % respecto del 2010, hoy alcanza el 38 %).
El (falso) milagro, bancarrota de la teoría electoral costarricense: Según dos autores, en cambio, la supuesta victoria del PAC debería ser comprendida como un «milagro», como un hecho verdadero, pero del todo inconsistente con las tendencias registradas en la escena hasta el momento en que el TSE comunica el «primer corte» del conteo digital: se trata de análisis que hacen abstracción de los datos, que no pueden asumir nuestra historicidad, nuestra objetividad, porque tienen como premisa no la racionalidad sino el discurso, la demagogia del Estado colonial (es decir, que, contra toda la evidencia histórica, parten de la infalibilidad del Tribunal Supremo de Elecciones). Veamos:
Según el Dr. Luis Paulino Vargas Solís, «los resultados electorales del día de ayer me hacen pensar que LG Solís es un político inteligente, astuto, sagaz y calculador. Es más que notable la forma como él y su partido sacaron provecho de la feroz ofensiva lanzada contra Villalta. Mientras sobre Villalta se descargaba toda la hostilidad, el PAC y Solís, escondiditos e inadvertidos, fueron dando forma a una estrategia que les permitió venderse como una opción de cambio exenta de toda amenaza. Un cambio inocente y aséptico, un cambiar sin cambiar nada, lo cual cobró mucha mayor significación en el contexto de enconada satanización que se emprendió contra Villalta y contra la propuesta de cambio que éste representaba. […] Así el PAC estableció, y luego alargó y alargó, la distancia con respecto al FA. Que nada de la porquería que sobre este se lanzaba pudiera pringarles a ellos. De esa manera, jalaron muchísimos votos que, en principio, pudieron haber ido al FA. Y todavía más, porque en la repartición de palos, patadas y escupitajos que se le lanzaban a Villalta, LG Solís y su partido pusieron lo suyo: una patadita a la espinilla por aquí; un pellizco por allá; le sacaban la lengua, le hacían muecas y, en cuanto había un descuido, le soltaban un cachiporrazo bien colocado en la mera testa. […] El éxito logrado por Solís y PAC es indiscutiblemente notable. De hecho, sus posibilidades de llegar a la presidencia son muy grandes”.
Según el Dr. Manuel Rojas Bolaños, literalmente, «saltó la liebre»: «Decíamos hace unos pocos días que cualquier cosa podría ocurrir el 2 de febrero, y que no podía descartarse, hablando metafóricamente, el salto de una liebre en el último momento. Eso fue lo que ocurrió con esta victoria en primera ronda de Luis Guillermo Solís, que ha alterado sustantivamente el mapa electoral y ha hecho visible una nueva realidad política en el país. Calladamente, sin que las encuestas lograran detectarlo, miles y miles de costarricenses se decidieron por Solís, tumbando el escenario derecha-izquierda que pretendieron construir los estrategas de Liberación y del Movimiento Libertario, con el apoyo del sector más testarudo del empresariado».
Parece que para los partidos de la pseudoizquierda costarricense ni la «incertidumbre» (W. Heisemberg, I. Prigogine), ni la «hegemonía» (A. Gramsci, E. Laclau) ni la «legitimidad» (M. Weber, E. Dussel) resultan problemas epistémicos, ni políticos.
Es más, quizás tales partidos políticos carezcan de cualquier pulsión epistémico (bloqueo espistémico que, sin embargo, no contamina al pueblo que incluso votó por ellos, suponiéndoles honestos). Pero no, como la derecha, el FA y el PAC participan en la misma idolatría. Son lo mismo: bautizados en la (falsa) fe del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
