Albino Vargas: ANEP tendrá que hacer enorme esfuerzo de convergencia para superar heridas

La Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP) vivió, guardando las dimensiones, una “guerra civil” durante el reciente proceso electoral, el primero de estas características

La Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP) vivió, guardando las dimensiones, una “guerra civil” durante el reciente proceso electoral, el primero de estas características en los últimos 20 años en la organización, con graves divisiones, acusaciones de los bandos en contienda y las secuelas de profundas heridas, difíciles de sanar.

Así de claro fue Albino Vargas, el candidato de la tendencia Trabajo, quien resultó vencedor de los comicios del 10 de octubre, en entrevista con UNIVERSIDAD, luego de conocerse el resultado.

“De cara al futuro, la ANEP deberá hacer  un ‘gigantesco esfuerzo de convivencia dentro de su diversidad’, para mirar hacia el futuro”, dijo el Secretario General de la Organización.

Al cierre de esta edición, apelaciones e impugnaciones de la tendencia Rescate, durante el conteo manual de votos de las elecciones del 10 de octubre, impedían que la Comisión Electoral hiciera una declaratoria oficial del ganador de las votaciones en ANEP. El grupo Trabajo proclamó el triunfo virtual poco después de finalizada la elección.

A continuación ofrecemos un resumen de la conversación sostenida con el dirigente:

¿Fue una elección muy disputada, qué análisis hace del proceso?

-Estamos hablando de una experiencia nueva en los 53 años de la historia de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y creo que de todo el movimiento sindical costarricense.  Hubo un esfuerzo de organización impresionante, un esfuerzo financiero muy alto, y de recursos humanos también enorme.

El abstencionismo es altísimo, casi 75%.

¿Cómo explica este comportamiento de los electores en ANEP?

-Se explica por lo novedoso del proceso, las debilidades de comunicación, la tormenta política en que se da, hubo campaña sucia, la novatez e inexperiencia de la comisión electoral, y la intromisión de grupos extremistas de izquierda que irrumpieron en la vida de la organización sin conocerla en su interior y haciendo todos los esfuerzos posibles por dañar su trayectoria.

¿Qué pasará en el futuro?

-Luego del pronunciamiento oficial de la comisión electoral es muy probable que se produzcan apelaciones del grupo perdedor. Por problemas de logística y de técnicas de organización hubo ocho mesas electorales que no abrieron. No sabemos qué se va a resolver con eso.

¿Ustedes proclaman, pese a las denuncias de sus adversarios, que el proceso fue limpio?

-El proceso fue limpio. Hemos sido injuriados y difamados hasta lo indecible de que el proceso fue fraudulento. Esto lo rechazamos tajantemente porque para la otra tendencia el único proceso transparente es el que ellos ganen. Entonces es perderse hablar de fraude.

Apenas pasadas las elecciones ustedes se proclamaron ganadores. ¿Que será del futuro? ¿Usted tuvo bastante resistencia del grupo Rescate, cómo manejará esta situación?

-El grueso de Rescate fue la Municipalidad de San José y ahí era ostensible el poder económico que exhibía esta tendencia, la procedencia de sus fondos es una incógnita, porque mostraron camisetas de lujo, a los trabajadores se les transportaba directamente.

¿Qué sector de la ANEP considera que le dio la victoria? ¿Dónde estuvo el corazón de su fuerza electoral?

-En el sector municipal que no es la municipalidad de San José, algo interesante, y diversos sectores institucionales. El corazón es ese.

¿Después del desangramiento provocado por la lucha electoral, cuál es el camino de la ANEP de cara hacia el futuro y como se curarán las heridas que dejó la contienda?

-La verdad es que la ANEP vivió, guardando las dimensiones, una “guerra civil”.  Aquí hubo una batalla político ideológica que seguirá presente. Este sindicato tiene un nuevo escenario político donde cada parte buscará hacer prevalecer sus tesis y la organización tiene que hacer un gigantesco esfuerzo de convivencia en la diversidad. En todo caso yo soy el que ha pregonado la diversidad, y bienvenida sea ahora organizada, porque estamos seguros de que este sindicato tiene cabida para las más diversas corrientes filosóficas, pero tomando en cuenta que la ANEP es el fin primordial de cualquier pugna política.

Tras esta lucha entre las dos tendencias, ¿Cómo quedará la ANEP, debilitada o será más fuerte?

-Es innegable que hay un impacto en la institucionalidad de la organización. Tiene que haber un gigantesco esfuerzo de tolerancia de ambas partes para aceptar que tienen que convivir en un mismo terreno, si es que de verdad estamos por sobre todas las cosas en pro de los intereses de la clase trabajadora.

¿Ustedes, ganadores, harán algún llamado al diálogo a la contraparte?

-En las plataformas programáticas que se vendieron en campaña hay muchas convergencias que posibilitan impulsar procesos que fortalezcan a  la organización. Somos los impulsores de este proceso de diferenciación política porque lo planteamos en un documento de circulación interna el 8 de mayo del 2010.

Fui yo quien planteó la necesidad de diferenciarnos y de convivir a partir de hacer evidente las diferencias.

¿En términos ideológico- programáticos,  que rescataría Albino Vargas de Rescate?

-Lo que creo es que hay una parte de este grupo que podemos inscribirlo dentro de lo que llamamos “anepismo” de corazón. Pero la parte hegemónica de este grupo tiene propósitos ocultos, que no se pusieron en evidencia ante el electorado. Ellos esconden su ideología, sus objetivos estratégicos, como que les da miedo confesar cuál es su pensamiento político.

A mí no me da vergüenza decir que soy un socialdemócrata cristiano de izquierda, así nos definimos.

¿Sin embargo,  es una realidad que tiene que haber una suerte de acercamiento, pese a las diferencias?

-Si queremos a la organización tiene  que haber desprendimientos.

¿Cuáles serán los proyectos de la ANEP, sin la campaña electoral de por medio?

-Eso depende de las tesis que triunfen. Nosotros llevamos la del  sindicalismo ciudadano.

¿Pero cómo darle un mayor protagonismo a la ANEP en un país donde hay un proceso de avance neoliberal, donde muchas organizaciones sindicales son atomizadas por el mismo fenómeno?

-La ANEP tiene que cumplir su misión histórica de enfrentar la ofensiva del capital neoliberal, sobre todo, su parte más reaccionaria, que es su capital financiero, que tiene a los pueblos de Europa al borde de la miseria.

¿Cuál será la táctica y estrategia de ANEP ante esto?

-Depende de quién convenza mejor a las bases de la organización, pero deberíamos avanzar todos juntos contra el enemigo común.

¿Pero eso no se logra con simple retórica?

-No se resuelve con simple retórica ni haciendo sindicalismo virtual. Hay que llegarle al corazón de la gente, al trabajador que sufre, que está endeudado, que siente el futuro incierto, que ahora se da cuenta que el sistema de pensiones podría quebrar en pocos años.

Sólo con grandes movilizaciones ciudadanas, respetando muchas diversidades, lograremos algún equilibrio en la correlación de fuerzas.

 


 

Candidato opositor reitera denuncias

El adversario de Albino Vargas en el proceso, Héctor Cerdas, del grupo Rescate, reiteró a UNIVERSIDAD las denuncias que a juicio de su tendencia ocurrieron durante la contienda, y que según afirmó, estuvo marcada por “irregularidades”, algunas de las cuales, “incluso rayan en el delito”.

A continuación un resumen de la conversación:

¿Cuál es el análisis del proceso electoral y su resultado?

-Hubo muchas anomalías durante el proceso y el mismo día de las elecciones. Mucha gente fue excluida del padrón, no se abrieron algunas mesas, cambiaron otras de lugar, y otro montón de cosas que se dieron.

¿Ustedes reconocerán  el triunfo proclamado por Albino Vargas?

– Creemos que hay que esperar. Si los datos arrojan la elección como Albino lo plantea creemos que en principio hay que valorar la situación. Nos cuestionamos las graves irregularidades que se presentaron.

Estamos recogiendo pruebas de hechos que se presentaron muy graves, mesas que no abrieron que sintomáticamente eran nuestras.

¿Pero reconocería una victoria del grupo Trabajo?

– No hubiera tenido ningún problema en reconocer una derrota, no por haber perdido, siempre y cuando el proceso hubiera sido serio y correcto. Lo que se dio el día de elecciones es una muestra de que teníamos razón, una serie de situaciones indebidas que podrían rayar incluso en delitos.


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