El gráfico muestra cómo las personas de menos edad tienden a mantener menos “fidelidad” al partido político por el cual votaron la primera vez. (Fuente: Estudio Cultura Política de la Democracia en Costa Rica 2012)
El apoyo de los costarricenses al sistema político y la “tolerancia política” de su población tienen una clara tendencia a la baja en los últimos años, según los resultados del estudio “Cultura Política de la Democracia en Costa Rica 2012”.
Este trabajo fue elaborado por el investigador del programa Estado de la Nación, Ronald Alfaro, en conjunto con el director del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Vanderbilt en Estados Unidos, a cargo de Mitchell Seligson.
El estudio, que aplicó encuestas en 26 países del continente, muestra que en Costa Rica hay una creciente desconfianza hacia las instituciones y el sistema político, que podría crear “episodios de inestabilidad” en un futuro próximo.Dicho documento además muestra que cada vez son más las personas “triplemente insatisfechas” con el sistema, y coloca al país entre los últimos lugares del continente en cuanto a participación y satisfacción por los servicios que brindan las municipalidades.
El investigador Ronald Alfaro comentó que este estudio se realiza en Costa Rica desde mediados de la década de 1970, por lo que ha sido notoria la baja en el apoyo de los costarricenses al sistema político.
Dentro de una escala de 0 a 100, Costa Rica muestra un apoyo al sistema político de 55.9 puntos, lo que lo coloca en el décimo lugar del continente, por detrás de países como Belice, Nicaragua, Canadá, Uruguay, Venezuela y México.
Este puntaje ha venido disminuyendo en la última década, pues en el 2004 el apoyo al sistema político alcanzaba los 67.6, y el país nunca había tenido un puntaje menor a los 60 puntos, en un índice que tradicionalmente encabezaba junto a Uruguay y Chile.
Al detallar en los componentes del apoyo al sistema político, llama la atención cómo el puntaje más bajo se lo lleva la afirmación “Las Cortes garantizan un juicio justo”, que en Costa Rica tiene un puntaje de 44.7.
Según Alfaro, la confianza en el Poder Judicial se ha venido deteriorando notablemente, aunque eso no significa que los otros poderes del Estado o los partidos políticos estén corriendo mejor suerte.
El respeto por las instituciones es el rubro de este índice donde Costa Rica tiene el puntaje más alto con 64.5, mientras que el “Orgullo de vivir bajo el sistema político” obtuvo una calificación intermedia con 59.4.
BAJA TOLERANCIA
La Iglesia Católica es la institución que aparece con la mayor calificación de confianza entre los costarricenses, mientras que los partidos políticos ocupan el último lugar. (Fuente: Estudio Cultura Política de la Democracia en Costa Rica 2012)
En cuanto a la “tolerancia política”, Alfaro indicó que esta se refiere a cuánto toleran los ciudadanos las opiniones políticas y expresiones de diversos sectores de la sociedad, las manifestaciones y la participación de personas con criterio distinto en la política.
Aquí Costa Rica aparece aún más abajo entre los 26 países analizados, y ocupa el lugar 15 con un puntaje de 53.0. La nación con mayor tolerancia política es Estados Unidos, con 72.6 puntos, seguida por Trinidad y Tobago, Guyana y Canadá.
El índice muestra poca tolerancia de los costarricenses a que “personas que hablen mal del gobierno” se postulen a cargos públicos (47.8 puntos), mientras que el puntaje más alto fue la tolerancia a las manifestaciones con (58.5).
“En una situación ideal, cuando se tiene alta legitimidad y alta tolerancia, son condiciones favorables para la democracia. Pero, cuando hay disminuciones significativas en estos rubros, la democracia puede estar en un proceso de inestabilidad. Es una situación de turbulencia”, declaró el investigador.
En cuanto a la confianza en las instituciones, la Iglesia Católica es la que recibió mejor calificación en Costa Rica con 64.7 puntos, seguido por los medios de comunicación (60.1), el Tribunal Supremo de Elecciones (57.0), mientras que los peor calificados son los partidos políticos con 31.5.
Salvo el caso de la Iglesia Católica, que mantiene una calificación relativamente estable, desde el 2004 todas las instituciones han sufrido un deterioro en la confianza que les tiene la población; entre los más notables se encuentran la baja de 13 puntos que sufrió el Tribunal Supremo de Elecciones, y los casi 14 puntos que bajó la Corte Suprema de Justicia.
El estudio también analiza la situación de las personas “triplemente satisfechas” (que son los que apoyan al sistema, los valores democráticos y están satisfechos con la labor del gobierno).
Al comparar la situación con los “triplemente insatisfechos” (que presentan condiciones contrarias a las antes mencionadas), se construye un índice que al dividir la cantidad de “satisfechos” entre la cantidad de “insatisfechos”, da un resultado de 0.70.
“Cuando esta división da un número bajo, cercano a cero, significa que hay más satisfechos. Pero en este caso la cifra pasó de menos de 0.10 en 2004 a 0.70 en 2012, lo que muestra un aumento considerable en los insatisfechos”, explicó Alfaro.
Pese a estos resultados, el apoyo a la democracia en el país mantiene un puntaje relativamente alto de 75.1, lo que en su opinión muestra que −pese a la desconfianza− la mayoría de la población no optaría por otra forma de gobierno que no sea la democrática.
Entre los componentes que miden el apoyo al sistema político, la peor puntuación es para la afirmación de si las cortes garantizan un juicio justo. (Fuente: Estudio Cultura Política de la Democracia en Costa Rica 2012)
Costa Rica tiene baja satisfacción y participación en gobiernos locales
Al analizar la satisfacción de los costarricenses en los servicios que reciben de las municipalidades, el estudio “Cultura Política de la Democracia en Costa Rica 2012”, muestra que este rubro recibió un puntaje de 49.6, ubicándose en el lugar 15 del continente.
Para el 26.2 % de los encuestados, los servicios municipales en Costa Rica son “malos o muy malos”, el 31 % dice que son “buenos o muy buenos”, y el 42.9 % dice que no son “ni buenos, ni malos”.
En cuanto a la confianza que tienen los costarricenses a los gobiernos locales, la calificación fue de 47.9 % (en escala de 0 a 100), y solo un 9.6 % afirmó haber acudido a un municipio para solucionar un problema.
Entre los que acudieron a las municipalidades en busca de ayuda para algún asunto, solo 1 de cada 4 sostiene haber recibido una respuesta positiva o solución para su gestión.
Además de tener una de las tasas de demanda de servicios a los municipios más baja del continente, Costa Rica es el tercero más bajo en cuanto a participación de sus habitantes en las sesiones municipales, con solo un 5.1 %, y por encima de Argentina (4.3 %) y Chile (4.1 %).
“Costa Rica es un país con un Estado muy centralista, y la gente no solo acude poco a los municipios, sino que cuando acude, pocos encuentran una solución. Son instituciones muy débiles y de competencias muy limitadas”, comentó Alfaro.
En contraste con el desencanto municipal, este estudio muestra que el país tiene los niveles más altos de satisfacción en América, cuando se refiere a la calidad de la educación pública (64.1 puntos) y a los servicios públicos de salud (56.8 puntos), aunque su complacencia con la infraestructura vial es de un nivel intermedio (50.5 puntos)
Partidos políticos pierden respaldo de jóvenes
El evidente debilitamiento de los partidos políticos también fue uno de los puntos que tocó el estudio “Cultura Política de la Democracia en Costa Rica 2012”, al analizar el comportamiento de los votantes en la pasada elección del 2010.
Menos de un 30 % de los costarricenses dicen hoy simpatizar con algún partido político, con el consiguiente aumento (70 %) en la cantidad de los que afirman no simpatizar con ninguna agrupación política.
Dos tercios de los encuestados dicen haber votado en las elecciones presidenciales del 2010, y a este grupo se le consultó si en la última elección había dado el respaldo al mismo partido por el que votó por primera vez.
El 64 % de las personas mayores de 66 años respondió afirmativamente, porcentaje que se reduce progresivamente según disminuye la edad, hasta llegar a un 37.3 % entre las personas de entre 18 y 25 años, que al menos han participado de dos votaciones.
Al comparar la elección del 2006 con la del 2010, de igual forma que las personas de mayor edad votaron mayoritariamente por el mismo partido en las dos ocasiones, los más jóvenes solo repitieron el voto en el 29.9 % de los casos.
“Conforme pase el tiempo iremos viendo cómo estas generaciones más jóvenes avanzan, y serán cada vez menos las personas que voten dos veces por el mismo partido, o que tenga una fidelidad a un solo partido a lo largo de su vida”, advirtió Alfaro.