Federico Malavassi: Don Abel Pacheco tiene un problema serio de inconsistencia o incoherencia, y estoy seguro de que no conoce el paquete de impuestos, porque no estaría diciendo que es para los pobres.
«Somos hábiles negociadores, tenemos propuestas, somos un partido proactivo y propositivo. Lo que sucede es que la gente en este país no entiende que hay derecho a pensar diferente, a no dejarse, y a pedir razones. En nada hemos sido intransigentes», afirmó con vehemencia el jefe de fracción del Movimiento Libertario, Federico Malavassi Calvo.
El diputado libertario respondió así a los cargos de obstruccionismo y «filibusterismo» que algunos sectores -incluido el mandatario Abel Pacheco- le han endilgado a la labor legislativa de esta agrupación, considerada por muchos como el verdadero partido de oposición al Gobierno.
En un almuerzo-entrevista, el polémico diputado contestó el viernes 3 de setiembre una larga lista de preguntas sobre distintos temas que plantearon periodistas de este Semanario. Malavassi Calvo visitó las oficinas de UNIVERSIDAD en compañía de su periodista Jéssica Alpízar.
Esta cita se debió realizar ocho días antes, pero cuando el legislador se disponía a ingresar a la Universidad de Costa Rica por el acceso contiguo a la Facultad de Derecho, este se encontraba bloqueado por participantes en las protestas sociales de esos días, quienes al identificarlo se fueron contra él y su vehículo. Insultos, golpes a su carro y amenazas de una agresión mayor, lo obligaron a retirarse cuanto antes de las inmediaciones.
En la entrevista, que duró cerca de dos horas, participaron Laura Martínez, Johan Umaña, Lisbeth Huertas, Javier Córdoba, y Eduardo Ramírez, quien procesó la información. A continuación se ofrece un resumen de lo expuesto por Malavassi Calvo.
¿Qué opina sobre el rechazo de la Sala Constitucional a la acción de inconstitucionalidad que había presentado Rodrigo Arias Sánchez contra el reglamento legislativo?
-Tengo dos opiniones. Una es de felicidad inmediata, ante el rechazo de plano a este desatino, porque en realidad es uno de los atentados más grandes que se ha hecho en nuestro sistema de división de poderes. También pienso si esto no sería una maniobra, una acción un tanto exagerada para intentar crear un empate técnico con las acciones que han presentado algunos diputados, como José Miguel Corrales, Gerardo Vargas, Humberto Arce, y el Movimiento Libertario. La pretensión de empate técnico vendría a consolidar las resoluciones que se han dado dentro de la Asamblea Legislativa y que también violentan el Reglamento, como las tomadas por el presidente de la comisión de impuestos y el presidente legislativo en torno a la reforma fiscal.
Se menciona al Movimiento Libertario como el verdadero partido de oposición en la Asamblea Legislativa. ¿Comparte usted esta opinión?
-Sí. En este periodo constitucional ha sido el único partido de oposición. Pareciera que es el único que tiene claro que la Asamblea forma parte de un sistema de frenos y contrapesos, porque nuestra obligación es no ser sumisos con el Ejecutivo; al revés, el Ejecutivo es un poder que debe estar subordinado a lo que nosotros hagamos en control político y legislación. Hemos sido víctima de que los demás partidos han sido colaboracionistas, con algunas excepciones personales: José Miguel Corrales, Gloria Valerín, Aida Faingezicht, Humberto Arce. Los demás tienen un deseo de colaborar con el Ejecutivo que asusta, porque se someten a él y no entienden sus características. Por eso es que algunos ciudadanos nos perciben como el único partido de oposición.
Entre otros, el mandatario Abel Pacheco ha criticado a su agrupación por obstrucción y «filibusterismo» parlamentario. ¿Se ha ganado su partido estos calificativos?
-No. Lo que sucede es que en el caso de don Abel ya viene un poco el insulto. Entre él y yo, él es más filibustero, porque invadió este país ilegalmente en 1955, pretendiendo matar costarricenses y según un libro que él escribió, sí los mató. Yo en cambio no he hecho ningún acto violento; soy un hombre de leyes, que utilizo apropiadamente mis derechos y tampoco soy un obstruccionista per se. Somos hábiles negociadores, tenemos propuestas, somos un partido proactivo y propositivo. Lo que sucede es que la gente en este país no entiende que hay derecho a pensar diferente, a no dejarse, y a pedir razones. En nada hemos sido intransigentes. En muchos casos hemos propuesto alguna negociación. Lo que pasa es que nuestros términos de negociación no son los tradicionales: no vamos tras una partida específica, por el nombramiento de un tío en el Ministerio de Educación, ni pretendemos una plaza de policía, ni queremos una cuota de alguna tontería.
-¿Recibe el Movimiento Libertario algún tipo de financiamiento de origen estadounidense o de otro país u organismo externo?
-El partido no, salvo tal vez algún dólar que se le haya colado por allí a alguien. Hemos tenido algunos cientos de dólares que están declarados ante el Tribunal Supremo de Elecciones, y que solo pueden usarse para formación, de conformidad con las leyes electorales. De manera indirecta sí hemos recibido ayuda, como becas o capacitación.
¿Y de empresas costarricenses?
-En teoría no podemos recibir financiamiento de empresas, porque tributariamente no tienen cómo justificarlo. Hemos recibido dinero de empresarios costarricenses -no sé cómo lo justifican en sus finanzas-. Recogimos en la campaña pasada entre ¢60 y ¢70 millones. Nosotros gastamos cerca de ¢100 millones y el Tribunal estaba dispuesto a darnos ¢280 millones como financiamiento. Quiere decir que nosotros hicimos una campaña muy barata y que los demás partidos la inflaron.
¿Se parece el Movimiento Libertario al Partido Acción Ciudadana (PAC), en el sentido de que en lo electoral giran en torno a una sola figura: Otto Guevara y Ottón Solís, respectivamente? Es esto una debilidad política?
-No siento que sea tan exacta la afirmación. Ciertamente don Otto es el líder político más reconocido del partido, pero nosotros tenemos una ideología y nos hemos esmerado -incluso en este periodo- en que la marca «libertario» aparezca. La gente ya habla de los libertarios; hay otras figuras del partido que también por allí se ven. En cambio, el PAC no tiene una ideología y es eminentemente personalista: nació alrededor de Ottón Solís. Nosotros tenemos una capacitación de jóvenes y ya hay cuadros ideológicos que están produciéndose.
¿Cuánta afinidad habría entre el Movimiento Libertario y un eventual gobierno del exmandatario Óscar Arias Sánchez?
-Hemos hecho el ejercicio desde hace muchos años, de compararnos con los otros partidos y figuras, precisamente para tener como un manual de trabajo político. Con don Óscar Arias nos unen algunas cosas , pues no hay que ser mezquinos y no reconocerle que ha tratado de modernizar algunas cosas en el país y tiene sentido de apertura. Nos podríamos distanciar de él -primero-, por su estilo autocrático -casi pretende ser un monarca-, por su pretendida infalibilidad, por su deseo casi morboso de estar poniendo impuestos, y por la privatización; nosotros no estamos por la privatización, sino por la apertura, que es un tanto distinto. Le reconocemos la habilidad que tuvo para ser Premio Nobel y lo que eso significó para Costa Rica. Pareciera que él encabeza un movimiento que quiere lograr consensos y ser un común denominador en algunas áreas de voluntad política; eso es interesante.
Su partido se opone al proyecto de reforma tributaria, pero le interesa que se aprueba el TLC con Estados Unidos. ¿Cómo piensan resolver la disyuntiva en que los puso el presidente Abel Pacheco, al condicionar la aprobación de estos proyectos?
-Nosotros no aceptamos condicionamientos. Si es tan obtuso el Presidente para no poner el TLC porque está encaprichado con hacerle daño al país con impuestos, lo más que hacemos es ir a visitarlo -como hizo don Otto Guevara-, o denunciarlo en la Asamblea Legislativa e incluso hablar con los medios de comunicación, para decir mire…aquí hay una inconsistencia en su pensamiento. Creo que don Abel no entiende la cosa, y discúlpenme la disgresión; don Abel ha dicho: si los ricos quieren su TLC, primero que aprueben el paquete tributario para los pobres. ¿Quién negoció este TLC? Fue su administración. ¿Cómo va ahora el Presidente a decir que el TLC es de los ricos. Creo que aquí Abel Pacheco tiene un problema serio de inconsistencia o incoherencia, y estoy seguro de que no conoce el paquete de impuestos, porque tampoco estaría diciendo que es para los pobres. El daño que el paquete de impuestos puede hacerle a la economía -en torno a la creación de fuentes de trabajo, de ingresos, de crecimiento y de oportunidades- va a afectar más a los pobres que a otros.
Ustedes son defensores a ultranza del modelo total de liberalización y de cero intervención del Estado. ¿Cree usted que este modelo esté agotado, al observarse el aumento de la pobreza en América Latina y las muestras de malestar social?
-A ultranza significa sin razones. Nosotros damos razones de por qué queremos las manos del Estado fuera de muchas cosas. Pero América Latina es un caso de mercantilismo en todo el continente; desde la presencia de los españoles aquí ha habido un sistema mercantilista en el que se han revuelto los negocios de la Corona con los negocios particulares. Ningún Estado latinoamericano ha sido hasta este momento aperturista; se han dado algunas situaciones de mercantilismo serio en Brasil, México, Argentina, Perú, y Panamá, que más bien muestran una peligrosa confusión de los intereses privados con los públicos. En Argentina, más recientemente se dio una privatización que no es lo que nosotros queremos, ya que no proponemos tomar el monopolio del INS o del ICE y venderlo, dado que eso produce un daño al sistema económico, y puede provocar daños a la balanza de pagos y de cuenta corriente; eso nos parece estrafalario. Proponemos hacer competencia, permitir otros sectores; luego se verá si ese monopolio se deshace o si conviene venderlo. Propugnamos una presencia menor del Estado; este no debe meterse en la economía y debe prevalecer la economía de mercado, así como tutelar que se haga competencia leal como en otras partes, y no ha fracasado.
¿Cree usted que la situación de efervescencia social que ha vivido el país es una muestra del agotamiento de ese modelo económico de apertura?
-El modelo económico de apertura aquí nunca ha funcionado; recién están aplicándose algunas cosas de los TLC con Chile y México. El modelo cepalino nos arruinó y lo que pasa es que al principio llegó alguna ayuda y surgieron algunas fábricas, pero era un modelo complicado, de sustitución de importaciones, para luego convertirnos en exportadores, con una cochinada que fueron los certificados de abono tributario. De manera que no han sido modelos aperturistas, y ninguno ha sido promotor de la economía de mercado.
¿Qué opinión le merece el movimiento que ha liderado las recientes protestas sociales en el país?
-Es un movimiento mixto, que originalmente comenzó como un grupo muy caracterizado contra Riteve; luego vino un sector muy oportunista que se montó en el «tráiler» y le metió un montón de cosas más al pliego, y ante la inhabilidad para negociar del Ejecutivo prácticamente se robaron el mandado, porque aunque con Riteve no se ha avanzado, lo único seguro es el 0.5% de aumento a los servidores públicos -que no era el tema principal-. Eso es lo que estimo de este movimiento social; era una gente que tenía unas reivindicaciones muy interesantes, porque Riteve ha lesionado a todo el mundo y pareciera que lo más contundente no fue todo el movimiento de protestas, sino que le rechazaron la revisión a don Óscar Arias con su carro nuevo y que se diera cuenta don Abel que al carro de un amigo le quitaron la calcomanía de Abel; es entonces que se dan cuenta de que Riteve es abusivo. Estimo que fue una inhabilidad de negociación parecida a la que se dio con el Combo del ICE, pues si ustedes recuerdan el movimiento empezó antes de que se aprobara el proyecto, con un bloqueo de agricultores en Ochomogo y los ministros de la Presidencia y de Agricultura no quisieron ir a negociar. No estamos de acuerdo con que se bloqueen las calles, pero sí con algunas de las reivindicaciones.
¿Es este solo el comienzo de una lucha social que se estima que será más fuerte contra el TLC?
-Como había una agenda muy revuelta no lo puedo determinar. El grupo más influyente en los bloqueos fue el de los transportistas, taxistas y camioneros. Los otros grupos tuvieron algunas emanaciones incluso de violencia, pero no los vi que sacrificaran nada. Si hay una inhabilidad del Ejecutivo como la que hay sí puede ser el inicio; si siguen viendo que no hay gente que sepa negociar en el otro lado o que tienen habilidad para que las cosas se compliquen, pues sí puede ser el inicio de un descalabro. Si usted apedrea la casa del vecino y este sale y le da plata, idiay todos los vecinos van a salir a apedrearla; estas son señales y nos manejamos por señales. Si usted dice: la única manera de conseguir algo es ir y cerrar las calles, en este país se va a terminar cerrando calles por cualquier cosa. Habría que ver cuál es la estrategia del Ejecutivo para poner el TLC en la corriente legislativa, si es que tiene la valentía de hacerlo.
El Movimiento Libertario considera que pagar impuestos o limitar algunos derechos o potestades, cuando es necesario por razones de interés público o social, atenta contra la libertad individual. ¿Cómo convivir entonces en sociedad y participar en negociaciones -en este caso en el parlamento- para buscar el bien común?
-La pregunta tiene un prejuicio, una equivocación, pues pareciera que el bien individual es contrario al bien común, y no necesariamente. El bien individual no persigue el mal común. En el plano de la economía -desde Adam Smith en adelante- se mostró que cada uno buscando lo suyo hacía el bien a los demás, porque nosotros buscamos nuestro bien en sociedad y buscamos nuestros derechos asociados. Entonces, uno no puede destruir el contexto para absolutizar su bien. Algunas corrientes políticas han querido decir que buscar el bien individual es antisocial y esto no puede ser reconocido de ninguna manera. La suma de bienes individuales es el éxito de una sociedad. Nosotros aspiramos que una sociedad viva bien con todos los derechos individuales enteros.
Ustedes se opusieron férreamente a que la banca «off shore» pagara impuestos. Según el VI Informe del Estado de la Nación, alrededor de la mitad de los activos de los bancos costarricenses se encuentra en sus oficinas «off shore», lo cual les permite pagar menos impuestos y también impide que la SUGEF pueda tener una idea real de su situación financiera; está la quiebra del Banco Federado precisamente porque disimuló un mal manejo financiero mediante su «off shore». ¿Qué lógica tiene para el Movimiento Libertario defender esta situación?
-Se descontextualiza todo lo que nosotros hemos venido haciendo. Nos oponemos a ponerle más impuestos a los ciudadanos. Una de las razones que hemos aducido es que cargar de impuestos a los bancos nacionales, hace surgir la banca «off shore» como una oportunidad para hacer intermediación financiera, e ir a cargar de impuestos a aquellos lo que va a hacer es encarecer el crédito. La intermediación bancaria es un sistema en evolución en el mundo entero. Aquí el tema no es ponerle impuestos a la banca «off shore» -que para algunos efectos en cualquier momento podría desaparecer-, porque inmediatamente surgen otras opciones, como prestamistas privados.
El Movimiento Libertario ha obstaculizado la aprobación de la ley de penalización de la violencia doméstica. Las cifras en lo que va del año indican que cada semana dos mujeres fueron asesinadas por sus parejas. Si se tiene conciencia de que es necesario promover un cambio cultural, ¿por qué obstruir la ley?
-Yo soy técnico en derecho. Esa es una ley de género. Hemos tratado en muchas oportunidades de hacer una ley que proteja contra la violencia. ¿Cómo se atreve alguien a decir que nosotros queremos que maten a las mujeres? El tema de la violencia no está sencillamente en poner penas a los que se jalan una torta; está en ver cómo se legisla para que se eviten las tortas, y eso dicha ley no lo hace adecuadamente. Si hay alguien comprometido en la lucha contra la violencia somos nosotros. Si uno quiere ser libertario tiene que ser tolerante. Nosotros no hemos obstaculizado este proyecto. La última vez que fue llevado a la Sala Constitucional, esta le encontró 18 inconstitucionalidades; nosotros lo que estamos defendiendo es que se legisle de manera apropiada desde el punto de vista constitucional.