Proponer alternativas al capitalismo y al patriarcado es una manera de revertir la globalización.
La manera más eficaz que tiene la potencia dominante de expandir sus fronteras y colonizar progresivamente otras naciones es utilizar un sistema de dominación aceptado y normalizado universalmente: el patriarcado.
Esta fue una de las principales conclusiones que efectuó la abogada Alda Facio, durante una exposición efectuada en el taller «Equidad social y los derechos humanos de las mujeres».
La actividad fue organizada por el Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Crimen y el Tratamiento de los Ofensores (ILANUD) y el Instituto Raoul Wallenberg, y se llevó a cabo en Costa Rica del 11 al 15 de abril.
Al encuentro asistieron representantes de organizaciones que defienden los derechos de las mujeres en Nigeria, Colombia, Bangladesh, Canada e Indonesia.
Alda Facio, Directora del Programa Mujer, Justicia y Género del ILANUD, expuso acerca de los derechos humanos y la globalización.
DOMINACIÓN
Para abordar tal tema, Facio leyó una historia escrita por ella misma, titulada: «El imperio contraataca, pero encontró al feminismo invencible», la cual narra la manera en que el patriarcado ha dominado el sistema social; las luchas femeninas y los retos para alcanzar la equidad de género.
«En los inicios del llamado siglo XXI, en uno de los pocos planetas civilizados del universo, el poder económico, político, social, simbólico y militar estaba en las manos de unos cuantos hombres enfermos y misóginos, que despreciaban la vida misma…», con estas palabras inició su relato.
La especialista hizo un recuento histórico de las formas más atroces de discriminación contra de las mujeres y explicó cómo la expansión del capitalismo de los países poderosos – implica un fortalecimiento del patriarcado.
«El Imperio utiliza un sistema que ya era internacional, el patriarcado, para globalizar la fe en el dios del libre mercado y declarar la guerra a aquellos que no obedecieran sus órdenes», afirmó.
DESIGUALDAD
«La globalización no es solo el ambicioso avance de las formas más feroces del capitalismo, sino la mentira del supuesto intercambio de ideas, culturas, estrategias», expuso Facio, quien agregó que la primera muchas veces se presenta como la solución a los problemas sociales y económicos, cuando en realidad es la expansión de las injusticias y desigualdades.
Según la abogada este sistema traerá una mayor pobreza para las mujeres, pues desconoce el trabajo de aquellas que se dedican al cuidado de las casa, a la atención de enfermos, de quienes producen los alimentos. La globalización solo reconoce a aquel que «hace» dinero, dijo.
Otra consecuencia fue el aumento de violencia, delincuencia y desigualdad social, producto del empobrecimiento de millones de personas a costa de unos pocos adinerados.
Así mismo, criticó la manera en que el capitalismo – sistema económico de la globalización- incluso en los países del «Imperio» ha generado terribles desigualdades sociales. Por ejemplo en Estados Unidos, un cuarto de la población de niños y niñas vive en la pobreza, mientras que en Europa 15 millones de personas están desempleadas.
CONTRACULTURA
Para revertir el avance de la globalización, Facio opinó que se debe construir una contracultura, en la cual a través del arte, la danza, la música y otras formas de expresión se propongan maneras alternativas de vivir en sociedad, diferentes a las impuestas por el capitalismo patriarcal.
También dijo que las feministas deben unirse en un movimiento crítico y analítico contra la globalización, en el que todas estén conscientes de que el feminismo no consiste en obtener un pedazo más grande del pastel, sino en cambiar la receta.
Alda Facio:
Equidad de género a medio camino
A pesar de los avances en materia de género, aún quedan muchos obstáculos por vencer en Costa Rica, como el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Centroamérica o el caso del calendario del Instituto Nacional de la Mujer (INAMU). Estos y otros temas fueron analizados por Alda Facio.
¿Cuál es la situación de Costa Rica en cuanto a la equidad de género?
– En unas cosas se avanza y en otras se retrocede. Por ejemplo, en el tema de derechos sexuales y reproductivos parece que más bien se va para atrás. Por otro lado, ha aumentado el número de mujeres con participación política; sin embargo, no hay más mujeres con sensibilidad de género que están en el poder para cambiar la situación de ellas, como lo demuestra el caso de la Ministra de la Condición de la Mujer.
¿Qué opina sobre el despido de una funcionaria del INAMU por la publicación de un calendario en donde se conmemora el día de la despenalización del aborto?
– Es muy grave, no solo para la lucha de género, sino para la democracia, pues se violenta el derecho de expresión. Solo porque dijeron que están a favor de la despenalización del aborto, lo cual no es lo mismo que decir que se está a favor del aborto.
Una funcionaria del INAMU tiene todo el derecho de decir lo que piensa. Parece que existe la idea de que si uno trabaja en el Estado entonces no puede estar en contra de posiciones del gobierno; después van a prohibir a otras personas hablar contra el TLC, o contra la privatización del Instituto Costarricense de Electricidad, por ejemplo.
Usted mencionaba que existía una gran resistencia contra la lucha por la equidad de género. ¿Cómo se puede superar esto?
– Que usted escriba acerca de género por ejemplo, que los medios alternativos no caigan en la trampa del capitalismo patriarcal e ignorar la importancia de que en una nueva sociedad se requieren cambios en los roles de hombres y mujeres.
¿La ratificación del TLC consolidaría el triunfo de la globalización?
– Siempre peco de optimista y tengo esperanza de que este TLC no pase, y que mientras se conforma otro tratado, pueda haber más solidaridad, agrupación, claridad en la población, para luchar contra el modelo de sociedad que tenemos y que están tratando de imponer a través de este acuerdo.
¿En qué grado afecta este TLC a las mujeres?
– Hay estudios sobre este tema, que demuestran que va a empobrecer más a las mujeres. Pero esa no es mi mayor preocupación, sino el tipo de sociedad que se consolida con el TLC, donde lo que se valora es el mercado y la especulación, más que el bienestar de los seres humanos
