Henry Mora. (Foto: Katya Alvarado)
A dos semanas del 1 de mayo y del inicio de un nuevo año legislativo, el economista y académico Henry Mora asegura que cuenta con los votos para reelegirse en la Presidencia de la Asamblea Legislativa, a pesar del deterioro de imagen que le atribuyen distintos grupos de oposición e interesados en desplazar al oficialismo de la conducción del Legislativo.
Entre sus fortalezas para aspirar a la reelección, Mora menciona que es el candidato que cuenta con el apoyo de Casa Presidencial, el respaldo de diez de sus 13 compañeros del gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC) así como otras bancadas, lo que le permitiría sumar el mínimo de 29 votos que necesita para asegurarse la elección.
Ya pasó la curva de aprendizaje en el manejo administrativo, reglamentario y de diplomacia parlamentaria, en el que era novato cuando hace un año llegó a la Presidencia por un acuerdo entre el PAC, el Frente Amplio (FA) y la Unidad Social Cristiana (PUSC). Eso le permitirá en un nuevo periodo dedicarse más a la mediación, coordinación y diálogo con el Ejecutivo y las diversas bancadas, y a proyectos importantes iniciados desde el directorio y que hay que mejorar, lo cual incluye reformas al Reglamento Legislativo, algunas ya acordadas en la comisión presidida por él y que están en primeros lugares de la agenda del plenario.
Niega que, más allá de Ottón Solís, existan otros nombres que el PAC esté barajando como alternativa a su candidatura para la presidencia del directorio legislativo.
“Ciertamente se ha hablado en otras ocasiones de un plan B, hasta yo mismo lo he mencionado, porque si yo no paso los 25 votos, en ese caso pongo en peligro la presidencia de la Asamblea en manos del PAC. Yo dije que si no logro obtener suficientes votos en primera ronda y otro compañero o compañera del partido si los puede obtener, que lo valoremos, pero no hemos llegado a ese escenario. Sigo siendo el candidato del PAC que más votación puede obtener. Entonces creo que hay que dejar claro que tengo la confianza e incluso la lealtad de compañeros que han sido mencionados como Javier Cambronero y Marcela Guerrero, que están conmigo”.
Solo no estarían Ottón Solís y Epsy Campbell, que votaría por Solís, comentó Mora.
Sobre los reclamos de la oposición y las decisiones “arbitrarias” relacionadas principalmente con la aprobación del proyecto de presupuesto de la República del 2015 y los nombramientos de personal sin cumplir requisitos técnicos, el legislador sostiene que ha actuado a derecho.
“Si bien es cierto hay un parteaguas a partir del presupuesto, porque eso ciertamente causó escozor con los aliados del PUSC y dudas que se han ido replicando con respecto a si se actuó o no se actuó mal, es un parteaguas que creo que ya estamos logrando recomponer de cara al 1 de mayo”, consideró.
Mora señala que hasta noviembre logró construir una relación bastante armónica con la mayoría de las bancadas, tratando siempre de cumplir la función del presidente, que le exige ser imparcial, objetivo, ecuánime y centrado.
«Eso permitió aprobar una cantidad muy importante de proyectos, incluso por unanimidad, lo que ha sido una característica de este año legislativo, se logró construir consensos importantes», rescata Mora al contradecir afirmaciones de que la Asamblea ha sido improductiva en el primer año del PAC.
El economista enumeró proyectos “de gran calado” como el de infraestructura con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el de Banca de Desarrollo, Ruta 32, Geotermia. “De manera que ahí se ha hecho un buen trabajo. Todavía quedan proyectos importantes que habríamos querido sacar en esta legislatura, como el tren eléctrico y el fortalecimiento de Incofer (Instituto Costarricense de Ferrocarriles), y creo que esta semana sacaremos adelante uno importante del área social: el segundo bono familiar”, menciona Mora entresacando sus «hits» de una lista de 47 proyectos aprobados en este primer período legislativo.
Sin embargo, la mayoría de esos proyectos vienen del gobierno anterior…
−Ciertamente muchos vienen de legislaturas anteriores, pero eso también da muestra de que no hay un sesgo; sería tonto desconocer avances en proyectos importantes que se maduraron durante la administración de Laura Chinchilla, a nosotros nos correspondió darles el toque final. De manera que el balance es positivo, incluso en sesiones extraordinarias.
¿Con el panorama actual ve ambiente para su reelección?
−Lo veo positivo. Si las cosas se terminan de armar como pareciera, creo que volvemos a repetir los diputados que logramos reunir hace un año, que fueron 30 y creo que andaríamos por ahí de 30 o 31.
¿Cuáles cree que son sus fortalezas para aspirar a un segundo período y para qué quiere seguir en la Presidencia?
−La fortaleza sería el papel de árbitro e impulsor de acuerdos y de diálogo que he tratado de cumplir, y que por distintos elementos propios de la gestión tal vez no ha sido con el suficiente ímpetu como quisiera hacerlo en un segundo período, ya con la curva de aprendizaje que uno tiene aquí en un año.
Espero poder concentrarme en trabajar más los diálogos, los acuerdos, los enlaces políticos con la Presidencia, las fracciones, los diputados, en materia de proyectos en temas nacionales de gran interés, y donde desde la Presidencia se puede hacer yunta con otras entidades.
Me interesa mucho poder generar un debate nacional sobre los cambios que hay que hacer en el sistema nacional de financiamiento de la vivienda. La idea es hacer yunta con los diputados que están trabajando ese tema con especial interés.
Unas de las decisiones que más le han cuestionado son algunos nombramientos de personal aprobados por el Directorio, incluido el de la presidenta del PAC en una plaza de chofer que fue recalificada para nombrarla…
−Esos son asuntos puramente administrativos que no tienen que ver con el manejo reglamentario y que estamos seguros que están a derecho. Además fueron consultados al Servicio Civil. Es que si no tenés posibilidad de crear plazas y vas a nombrar a una persona, o la vas a pasar de un departamento a otro para que haga funciones de más calificación, es lo que se ha hecho normalmente y está totalmente en el marco de lo legal, así lo hizo ver Servicio Civil.
En materia reglamentaria lo más polémico ha sido su resolución que dio por aprobado el presupuesto presentado por el Gobierno, el cual era deficitario y no fue aprobado por el plenario.
−Ahí yo me atengo a lo que el artículo 178 constitucional dice, que el gobierno no puede quedarse sin presupuesto. No dice que en tal fecha tiene que votarse el presupuesto, dice que debe aprobarse. Esa fue la redacción que le dieron los constituyentes, y es un debate que en esta Asamblea está pendiente. En su voto sobre la consulta facultativa que presentaron (varios diputados), la Sala Constitucional encontró que hay – dicen ellos – vicios sustanciales de procedimiento.
El meollo de ese supuesto vicio sustancial de procedimiento es el no haber discutido, según la Sala, los dictámenes afirmativos de minoría del presupuesto. Según la Sala, hay una violación al principio democrático de los diputados, porque se sometió a discusión el presupuesto que salió de la Comisión de Hacendarios, pero no el de los dictámenes de minoría.
En la respuesta que nosotros le damos a la Sala (ya en la acción de inconstitucionalidad que posteriormente se presentó y que aún no ha sido resuelta) le damos argumentos de por qué es incorrecto decir que no se discutieron los dictámenes. Le demostramos cómo efectivamente los distintos diputados durante los distintos días se referían a todos los dictámenes, y es obvio que se referían a los de ellos. Entonces es claro que si se discutieron.
Lo que pasa es que yo apliqué una resolución de Presidencia del 2010, del diputado Villanueva cuando era presidente, la cual dice que cuando hay varios dictámenes que salen de la Comisión, se discuten en conjunto y se votan separadamente. Esa resolución ni siquiera fue apelada cuando la generó Villanueva, ni nadie la ha declarado inconstitucional.
El otro punto es que yo doy por aprobado el proyecto que mandó el Gobierno a pesar de que no sacó los votos suficientes, pero inmediatamente después que yo emito esa resolución, esta es apelada, y la Presidencia gana la apelación. Entonces no se trata de un acto dictatorial, en que yo diga: el presupuesto se aprueba y se acabó.
