Las submuniciones que libera una bomba en racimo pueden esparcirse en un espacio de hasta dos campos de fútbol. (Foto: Wikimedia)
Un avión sobrevuela una zona de combate, abre la compuerta de armamento y deja caer una gordísima bomba con 1000 kilogramos de explosivos. Lo que está abajo queda destruido, sea civil o militar, y cuando llegue la paz (si llega) tendrán que volver los hombres y las mujeres a alzar las paredes, arar las tierras y criar a los niños.Ahora, otro escenario. El mismo avión sobrevuela la misma zona y por la misma compuerta deja caer una bomba, gorda también, pero que al caer se divide en 1000 minibombas de 1 kilogramo cada una. Algunas no estallan al llegar al suelo. Años después, cuando llegue la paz y los hombres estén arando y las mujeres alzando paredes, un niño encontrará un objeto metálico extraño.
BOOM
Este segundo es un escenario posible tras los conflictos que utilizaron bombas en racimo, una especie de munición particular: tras ser soltada en el aire, una bomba “madre” libera centenares o hasta miles de bombas más pequeñas, que luego se esparcen en un terreno del tamaño de dos campos de fútbol.
En algunos casos, hasta el 30% de ellas no explota, según la Coalición contra la Municiones en Racimo, una organización internacional que aboga por la abolición de estas armas. Luego de caer, las bombas pueden afectar a la población civil que las manipula y desconoce lo letales que son.
El próximo 1 de setiembre y durante cinco días, el país será sede de la quinta reunión de la Convención sobre Municiones en Racimo, un acuerdo internacional que busca eliminar este tipo de armamento.
“Estamos trabajando desde ya en la promoción de la universalización de la Convención; es decir, buscando que el mayor número de Estados se sumen a este instrumento para garantizar el logro de uno de los elementos clave del desarme humanitario: la estigmatización del arma en cuestión y, desde luego, de su uso”, apuntó el canciller Manuel González durante un taller explicativo sobre el tema.
Centroamérica tiene la posibilidad de ser la primera región del mundo en declararse libre de las municiones en racimo, si Belice, el único país de la región que falta de ratificar el convenio, lo firma. Como el país presidirá la comisión durante el próximo año, el canciller González espera poder lograr este objetivo.
Costa Rica ratificó la Convención sobre Municiones en Racimo el 28 de abril del 2011 y actualmente es uno de los 83 países que ha firmado el acuerdo.
¿Y LAS POTENCIAS?
A pesar de la voluntad de Costa Rica y otros países que ya firmaron el acuerdo, la universalización de la prohibición de las bombas en racimo se encuentra con un obstáculo formidable: varias de las potencias militares mundiales, como Estados Unidos, China y Rusia, no han firmado el acuerdo.
Estados Unidos tiene la mayor reserva conocida de municiones en racimo, con alrededor de 700 millones de submuniciones (las bombas más pequeñas), de acuerdo con la Coalición contra las Municiones en Racimo. No existen datos disponibles de las reservas de Rusia y China.
A pesar de la prohibición que sostienen los 83 países y de la destrucción que han hecho 19 de ellos de sus municiones (entre ellos el Reino Unido, Bélgica y Holanda), todavía hay usos recientes en el mundo.
En febrero de 2014, la Agencia de Naciones Unidas para Minas determinó rastros de bombas en racimo en Sudán del Sur y evidencias similares han sido halladas en Ucrania. También hay señales del uso de municiones en racimo durante la guerra civil de Siria, de acuerdo con Human Rights Watch.
Durante su presidencia, Costa Rica buscará incluir al mayor número posible de países dentro de la Convención, con el agravante de que tres países con poder de veto dentro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se encuentran fuera del acuerdo.
“Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad son también los mayores exportadores de armas en el mundo; entonces ese es un problema que se arrastra desde hace mucho tiempo”, señaló Carlos Cordero, funcionario del Área de Desarme, Paz, Seguridad y Terrorismo de la Cancillería y uno de los encargados del encuentro.
Cordero señaló que tanto Rusia como Estados Unidos confirmaron que vendrán a la reunión que iniciará en setiembre, aunque en calidad de observadores.