Usted se ha manifestado a favor de que el puesto que desempeña, la presidencia ejecutiva, desaparezca y que en su lugar se instale una gerencia general. ¿Mantiene ese criterio?
–Sí, es un proceso. Estamos trabajando para crear la gerencia general, este será el primer paso, darle forma a esa gerencia. Después se verá lo de eliminar la presidencia ejecutiva en la Caja, esto tiene implicaciones legales en las que hay que trabajar. Pero esta es la idea.
Usted tendrá que realizar su gestión sin poder nombrar ni un solo gerente, porque a todos la administración anterior los nombró por seis años y no han llegado ni a la mitad del período.
–El nombramiento de gerentes por períodos que sobrepasan a un gobierno es un tema ético; una persona que sabe que está nombrada en un puesto de confianza debería poner su renuncia a disposición del nuevo jerarca. No está pasando eso en este momento.
En el 2011, en medio de la crisis institucional, se pidió la renuncia en pleno de los gerentes y se dijo que se iban a sacar a concurso. El resultado fue que los nuevos nombramientos no se hicieron por concurso, tampoco nombraron a los gerentes que estaban, y a los nombrados todavía les quedan varios años. A otros los nombraron el año pasado y a una más, en enero de este año.
No se entiende por qué se nombran por períodos que sobrepasan a un gobierno si se supone que son puestos de confianza. ¿Usted piensa que puede llevar adelante su proyecto con un equipo contrario?
–Hay un acuerdo que define que los gerentes son nombramientos de confianza, por seis años y que son inamovibles. Estas disposiciones me sorprenden pero más me sorprenden las personas que estando en esta situación piensan que pueden pasar de un gobierno a otro en un puesto en el que se requiere afinidad, coincidencias y confianza con las nuevas autoridades de la institución y del gobierno. Este es un asunto de ética, de honorabilidad de las personas en esa situación.
En 2011 Ileana Balmacera pidió la renuncia en pleno a los gerentes y renunciaron y no reinstaló a ninguno. ¿Por qué no se puede hacer ahora?
La situación es distinta, los gerentes actuales no fueron nombrados por nosotros, los heredamos y no esperamos que reaccionen como si fueran de nuestro propio equipo. Lo que es visible es que ninguno ha puesto su renuncia a disposición de la presidencia ejecutiva ni de la Junta Directiva. Este es un tema que va a requerir la intervención de la Directiva.
¿Qué piensan hacer?
Hay varios anuncios que prefiero que los haga el presidente Luis Guillermo Solís en su Informe de los cien días.
Nosotros ya pasamos el documento y no sé qué enfoque le va a dar él al tema de la Caja. Pero estamos decididos a retornar a los principios fundamentales de la seguridad social costarricense. Retornar a la estructura administrativa de aquellos años, más austera, más eficiente, más transparente. Pero no hablamos de centralización. Por el contrario, vamos a hacer una gestión de cara a los ciudadanos, más participativa, que sume sectores y comunidades, que sepan lo que estamos haciendo.
En 2009 y 2010 hubo una movilización muy grande para rescatar a la Caja. Se integraron los comités de defensa de la Caja, los comités patrióticos, el grupo de las diez medidas, la investigación de la Asamblea Legislativa, los Notables, los sindicatos, los estudiantes, comunidades de todo el país. Esta movilización fue para rescatar la seguridad social cuando trascendió la grave crisis financiera en que estaba la CCSS. Doryan dijo que no era rescatable y había que liquidar. La gente salió a las calles a defenderla.
Nuestra misión es recuperar a la Caja Costarricense del Seguro Social con todos los servicios que le brinda a la población, con calidad y con buena salud.