«El mayor daño que se ha hecho a la economía es olvidar la idea de economía política y refugiarse en lo técnico», advirtió el presidente ecuatoriano. (Foto: David Bolaños)

Presidente del Ecuador ofreció charla magistral durante dos horas en la UCR.

¿Qué es una revolución ciudadana? La respuesta depende de a quién le pregunte usted semejante cuestión política, pero Rafael Correa −presidente del Ecuador− tiene su propia respuesta sobre el tema. Una respuesta larga, que tarda en explicarse más de dos horas en una conferencia, o siete años para desarrollar una nación ubicada geográficamente en el ombligo del mundo.

Al frente de un auditorio lleno de estudiantes, profesores, ciudadanos de Ecuador y público en general, Correa enlistó uno a uno los logros y retos de una revolución económica y social que, afirma, han marcado sus siete años consecutivos de gobierno.

Desfiló entre sus datos que Ecuador es uno de los cuatro países que más ha escalado en el Índice de Desarrollo Humano, que invierten cuatro veces más en salud y educación que en el 2006 o que su país se encuentra entre los tres más equitativos de la región. Todos estos logros forman los pedestales del que, afirma, ha sido su principal objetivo: erradicar la pobreza y disminuir las brechas económicas.

“Vencer la pobreza es el imperativo moral de la humanidad. No solo porque es el mayor atentado contra los derechos y las libertades humanas sino porque, por primera vez en la historia, esta pobreza no es fruto de la escasez de recursos sino de sistemas excluyentes”, dijo el economista.

Sin embargo, como parte de este proceso, también hay fracturas, y las reconoce:

“Todo proceso de cambio genera resistencias y toda revolución genera contrarrevolución, algunos por intereses ilegítimos afectados y otras veces por temor al cambio. (…) Por eso es la importancia de tener un proyecto político con tanto apoyo popular”.

EL SIERVO MERCADO

Para Correa, el destino de los recursos sociales demuestra las relaciones de poder al interior de una sociedad: el presidente de Ecuador afirma que −si bien antes mandaban los acreedores y los banqueros− ahora lo hace el pueblo ecuatoriano.

Parte de esa transformación pasa por abandonar el modelo neoclásico de la economía que etiquetó de “teoclásico” y dejar de observar la economía desde la perspectiva  técnica.

“El problema no es técnico, sino político. El problema es la relación de poderes: la solución de la crisis pasa por recuperar el control de los ciudadanos sobre el capital y de la sociedad sobre el mercado”.

Correa señaló que su clave para este proceso radica en trabajar conjuntamente con los mercados, sin negarlos, pero sin abandonar la intervención estatal.

“Uno de los grandes errores de la izquierda tradicional fue negar los mercados. Los mercados son una realidad económica, pero una cosa es tener sociedades con mercado y otra cosa es tener sociedades de mercado, donde vida y personas se convierten en una mercancía. El mercado es un gran siervo, queridos jóvenes, pero un pésimo amo”.

Pese a ello, el proceso no es tan sencillo. Hay decenas de factores que determinan el desarrollo de un país, pero ninguno es autosuficiente. Entre ellos, se encabezan −para él− la salud y la educación que considera elementales.

«Los países que no generan conocimiento van a ser más ignorantes, y por tanto más dependientes», declaró.

Correa también se refirió a algunos de los temas polémicos que le han generado las críticas de ambientalistas y grupos sexualmente diversos. Criticó la postura de “todo o nada” que  −según él−  caracteriza a estos grupos en sus reclamos.

“Hoy muchos exigen sin solvencia moral  que no se explote el petróleo de la Amazonia,  pero eso implica un costo inmenso por los recursos no recibidos (…) Lo inteligente es aprovechar nuestros recursos naturales para la ciencia, tecnología y el talento humano. No podemos ser mendigos sentados en costales de oro”.

Resaltó también que su gobierno “ha sido uno de los principales defensores de los grupos LGTBI”, pese a que insiste en que se encuentra en contra del matrimonio homosexual.

La actividad se desarrolló en el Auditorio de Derecho el jueves 8 de mayo y tuvo una duración de dos horas.

Consignas y reclamos rodearon auditorio durante conferencia de Correa

Estudiante denuncia agresión de parte de guardas del presidente ecuatoriano.

Carlos Andrés Pérez sostenía de pie una pancarta blanca. En ella, escrito a mano, rezaba la frase “¡Correa! Exigimos la búsqueda inmediata de Carolina Garzón”, estampada a la derecha con el dibujo de una joven de piel blanca, cabello negro y fondo rojo.

Se encontraba entre las últimas filas del Auditorio de Derecho de la Universidad de Costa Rica, mientras el presidente de Ecuador dictaba una conferencia sobre la revolución ciudadana.

“Se filtró un chico, que es lo que sacan los medios de comunicación” declararía el presidente  Correa horas después durante la transmisión de su Encuentro Ciudadano número 373. “Respetuoso el chico, no interrumpió, sólo mostró un póster (…) No habló. Eso fue respetuoso”, reconoció el mandatario.

“Yo solo pretendía que se hablara al respecto”, afirma el estudiante de la pancarta, refiriéndose al caso de la joven colombiana Carolina Garzón, extraviada en Quito desde hace dos años.

“Quería que hablara sobre cómo se comprometió con su familia. Alcé el cartel y se me acercaron dos guardas de la seguridad de Correa y me dijeron que me iban a sacar. Me tomaron del brazo y me sacaron”, relató el estudiante.

“Y entonces yo grité ´Ella es Carolina Garzón, y ustedes se comprometieron´, grité porque no todo el mundo se había dado cuenta del cartel. Y mientras me iban sacando, a empujones me golpearon”, relata el estudiante.

Alejandro Madrigal, presidente de la Federación de Estudiantes (Feucr) y uno de los organizadores del evento, sostiene que al joven  se le indicó que hiciera silencio en repetidas ocasiones y que la presencia del personal de seguridad de Correa había sido coordinada previamente.

“Al inicio el muchacho sacó una pancarta y simplemente estaba ahí. Pero al rato empezó a pegar gritos y a interrumpir la actividad. La gente, molesta, lo empezó a callar, le pidieron que saliera, que hiciera silencio y él se rehusó a hacerlo. A la tercera vez lo tuvieron que sacar”, dijo.

Jean Pierre Moreno, miembro de la directiva del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) al que pertenece el joven, denuncia el hecho como una violación a la autonomía universitaria.

«Me parece que la seguridad de Correa fue más allá  de sus funciones: la seguridad de ninguna persona estaba en peligro”, señaló el dirigente del PRT.

Moreno sostiene que en ningún momento se intentó culpar al gobierno ecuatoriano por la desaparición de Garzón, como lo declaró Correa, sino que consideran que el gobierno ha sido negligente en su búsqueda

El reclamo de este estudiante formó parte de una protesta aun mayor que reunió a manifestantes en contra de posturas machistas, antiabortistas, transfóbicas y homofóbicas  que −aseguran los grupos en un comunicado−  han marcado el discurso de Correa durante su mandado.

Fuera del auditorio, reclamaron también por la exploración petrolera, entre otros temas.

Para estos grupos, “en lugar de plantear que con orgullo y alegría anunciaban su conferencia magistral (la del presidente Correa), pudieron haber convocado a un debate de ideas de un personaje que ha logrado grandes avances en unas áreas sociales y enfrenta profundos cuestionamientos en otras”, explica Margarita Salas, asistente al evento.

“Espacios de discusión podrá haber más adelante”, defiende el presidente de la Feucr,  “Correa solo tenía hora y media: hubo espacio de preguntas, incluso algunas incómodas”, explicó Madrigal.