Todas las bodegas de la CNE llevan inventarios

Una institución proactiva, que controla con inventarios las donaciones que recibe y que atiende debidamente a las personas damnificadas por el terremoto de Cinchona

Daniel Gallardo, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias, afirma que las obras de reconstrucción por desastres deben hacerlas otras instituciones.

Una institución proactiva, que controla con inventarios las donaciones que recibe y que atiende debidamente a las personas damnificadas por el terremoto de Cinchona y las inundaciones, es la que percibe Daniel Gallardo al defender su labor como presidente ejecutivo de la Comisión Nacional de Emergencias de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE).

En medio de la atención de las emergencias por el terremoto y las inundaciones en Limón y Sarapiquí, Gallardo respondió preguntas de este Semanario el pasado 6 de febrero. A continuación un resumen de sus respuestas.

¿Hay una instancia formal de coordinación entre la Comisión Nacional de Emergencias y las otras instituciones que atienden a los damnificados del terremoto?

-Sí, por supuesto. La CNE es un ente interinstitucional que funciona como una sombrilla donde para abajo está el resto de instituciones. A partir de una emergencia,  cada institución se activa en su área y la CNE coordina con cada una, para que hagan el trabajo en su respectivo campo. Esto lo hemos afinado con el tiempo, tratando de que cada día más sea mejor la coordinación y se obedezca a una cadena de mando.

¿Se reúnen para coordinar?

-Sí, lo que se pretende es que después de una emergencia la gente no piense que es la CNE la que debe asumir la responsabilidad del trabajo de todas las instituciones, porque eso sería imposible. Esa era la tónica en el pasado, pero en este gobierno eso lo hemos cambiado, por eso insistimos mucho en que cada institución asuma la responsabilidad que le compete. En la emergencia del terremoto, en la mesa principal del CODE tuvimos sentados a delegados de todas las instituciones públicas.

¿Cuántos damnificados del terremoto atiende en este momento la CNE?

-Hay bastante gente afectada. Tenemos datos de que son entre 2.200 y 2.300 personas, y me refiero específicamente a quienes perdieron su casa o estas no reúnen las condiciones para habitarlas. También hay otros afectados directos que tal vez sus casas no se cayeron, pero están dañadas o perdieron su estabilidad laboral, y hay que atenderlos.

¿Qué planes concretos tiene la CNE para atender la necesidad de vivienda de los damnificados?

-El Gobierno creó una comisión que dirige don Marcos Vargas –Ministro de la Coordinación Institucional- y la intención es que esta se haga responsable de la reconstrucción. Allí está representado el Ministerio de la Vivienda, el IMAS, entidades del sector salud, el Ministerio de Transportes.

La primera acción después del impacto de los primeros 20 días, es buscar solucionar el problema de la vivienda, porque digamos que ya las vías de comunicación están bastante rehabilitadas, así como las telecomunicaciones, y el agua. Aquí el tema de fondo es la vivienda, porque no podemos mantener durante mucho tiempo a la gente en los albergues y por eso debemos sacarlos lo más pronto posible.

Todos estamos claros que hablar de solución permanente de vivienda nos va a llevar varios meses. Entonces, se ha impulsó una iniciativa para construir unas casas con la “Fundación un techo para mi país” -que le llaman casas temporales-, que nos permitirá que esta gente salga de los albergues –ya que tiendas de campaña no hay-. Eso para mí es lo fundamental; lo demás yo diría que cada institución está atendiendo lo propio.

El pasado 29 de enero un funcionario del Instituto Nacional de Aprendizaje dijo a este periodista en Poasito que ese sábado empezaban a instalar las casas provisionales de madera, pero hasta ahora eso no ha ocurrido. ¿Por qué se han tardado tanto?

-Desconozco eso. Habría que preguntárselo a los que están con ese tema. Tengo entendido que eso tiene que ver con el sitio adonde… Recordemos que la gente no se quiere ir a cualquier lugar. ¿Por qué? Al rato la gente tiene su razón, y piensan que si se van del albergue, no les van a llevar más comida ni tendrán casa.

La gente tiene su desconfianza. Recordemos que aquí se conjugan varios factores: el social, el hambre –aquí hay mucha gente pobre-, está el migratorio –hay gente de otro país-, y el factor desgracia que es en sí el terremoto, que la gente no puede irse para un hotel, donde un familiar, para otra casa, o que no tiene dónde ir.

¿La CNE sigue recibiendo donaciones?

-Además de las recibidas directamente, las donaciones llegan a través de las instituciones que han colaborado, como la Defensoría de los Habitantes, la Casa Presidencial, las Obras del Espíritu Santo, el padre Sergio.

Creamos una comisión para las donaciones, con participación de instituciones, la Iglesia Católica, la Evangélica. Ellas las han estado recibiendo; pero, prácticamente lo que son alimentos ya nosotros le pedimos a la gente que no nos envíen más, porque tenemos una sobresaturación. Esto lo que muestra es el apoyo del pueblo costarricense, que se volcó en forma impresionante a colaborar con alimentos y con dinero.

¿Tiene un detalle del total las donaciones recibidas?

-Sí (quedaron de facilitarlo posteriormente, pero al cierre de esta edición –lunes 9-, no lo había enviado).

En un recorrido que este Semanario hizo por albergues entre Fraijanes y Poasito, algunas personas se quejaban porque la CNE no les decía de manera formal si sus casas o terrenos podían ser rehabilitados. ¿A qué se debe ello?

-Ese no es un trabajo solamente propio de la CNE. Hay una comisión interinstitucional donde hay ingenieros y geólogos de la CNE, del Ministerio de Vivienda, del IMAS, del Colegio de Ingenieros Federados, estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR), de gente voluntaria técnica, que ha valorado cada vivienda y llevan 1.850 valoradas; y podría ser que algunas falten.

Se inició por las viviendas más afectadas, con pérdidas totales, las parciales y las leves; podría ser que algunos sectores hagan falta. Al final vamos a evaluar unas 2.300. Debe faltar un 10%. También hay gente que cuando llegaron a su casa no estaba presente por encontrarse en un albergue, o donde un vecino. El trabajo ha sido muy desgastante.

También había quejas de que quienes continuaron en sus casas dañadas, no recibían ayuda de la CNE en materia de alimentos. ¿A qué se debe la desatención de estas personas?

-En cuanto a alimentos la zona ha estado saturada de estos, no solo por los diarios que nosotros entregamos, sino por los que han llevado distintas personas y grupos. Hay gente que quiere dos, tres, cuatro diarios. Hemos tenido que batallar con eso y con gente de otros lugares del país, que se han movilizado para la zona, para ver si pueden obtener un diario, una casa, un pasaporte o un estatus migratorio.

Dentro de los protocolos de repartición de alimentos hechos por los comités de emergencia de la zona, se trabaja con la gente de los albergues, y en las casas. Puede ser que no se haya llegado a algunas casas, pero se le ha llegado a casi todo el mundo, pues alimentos es de lo que más tenemos y los repartimos responsablemente.

¿De qué manera controla la CNE las donaciones?

-Este es un tema importante. Si usted toma las emergencias de los últimos tres años, se dará cuenta de que en dos o tres hemos recibido donaciones importantes. En las de dinero, depositadas en las cuentas de la CNE, hasta la fecha del 6 de febrero nos han entrado ¢416 millones.

Una de las emergencias que más apoyo económico hubo fue en la de octubre pasado, cuando China nos hizo una gran donación y la colecta que hizo Repretel y Central de Radios, aportó ¢460 millones. Todas ellas deben entrar al fondo de emergencias, son asignadas a resolver los problemas propios de esa situación y los fondos son asignados por la junta directiva de la CNE, de la cual forman parte representantes de entes del Estado y de la Cruz Roja.

¿Tiene ya la CNE listo un estudio que defina si la zona de Cinchona y las otras más afectadas por el terremoto pueden reconstruirse, al igual que la carretera?

-Me parece que en lo relativo a la carretera es el Ministerio de Obras Públicas y Transportes el que emitirá un criterio técnico, ingenieril y geológico, al que nosotros respetamos. Los geólogos no son solo nuestros: de la UCR, de otras instituciones, han hecho evaluaciones y estudios de cuál es el estado geológico. Hay que tener cuidado, porque es una falla que ya estaba y que ahora se mantiene más activa. Entonces, las evaluaciones que hacen los geólogos, los va a llevar a ponerse de acuerdo en qué áreas se puede construir.

¿Cuándo podría estar listo ese estudio?

– Los proyectos de vivienda deben hacerse lo más lejos de esta zona de influencia. Eso lleva implícita la discusión con los usuarios, con las personas que no quieren irse muy lejos de donde vivían, o trabajaban; todos estos factores hay que analizarlos para tomar la decisión.

Hay mucha información sobre el tema de dónde se debe construir o no, pues cuando tenemos estudios de más de 1.800 casas, estamos hablando de que todas ellas llevan una valoración técnica de un ingeniero y un geólogo.

¿Por qué a un mes de ocurrido el terremoto, la CNE solo le ha dado al IMAS un listado parcial de los damnificados que requieren ayuda por parte de esa institución, según lo afirmaron a este Semanario?

-Ese listado se hace en forma conjunta, y desde el día del terremoto lo han hecho funcionarios del IMAS, de la CNE, de las municipalidades, del Ministerio de Vivienda, en algún momento del Ministerio de Salud. Es parcial porque le falta un poco, pero debe tener un 90% ya.

En el incendio que hubo en la bodega de la CNE, ¿ustedes investigaron que no hubiera mano criminal?

-Bueno, me parece que hay una declaración manifiesta de los que estaban allí y causaron el incendio. Aquí no hay nada que investigar si la gente vio lo que pasó. Usted tiene que investigar cuando no sabe lo que pasó y aquí se sabe que estaban soldando allí y una chispa encendió una espuma de uretano.

Alguna gente dice que fue provocado para supuestamente ocultar algún posible faltante de mercadería.

-Ahí no había mercadería. Absolutamente todas las bodegas nuestras están inventariadas. Es una pérdida lamentable. A la hora del incendio la gente habla, opina, y se pregunta qué habrá pasado.

Perdimos cosas importantes, sobre porque muchas de las compras que hicimos a fin de año estaban allí, como motosierras, generadores eléctricos, pichingas. En bodegas de San José mantenemos lo mínimo y la mayor parte la mantenemos en las de Limón, Guanacaste, Puntarenas; tenemos 91 bodegas.

¿Qué opina de la petición de renuncia suya que planteó el Partido Acción Ciudadana al mandatario Óscar Arias el pasado 5 de febrero?

-No la conozco. He actuado de la mejor manera. La gente a veces parece que es miope; están tratando de ver un terremoto cuando tenemos dos años el 2007 y el 2008 que han sido violentos; de los doce meses hubo ocho en emergencias, con inundaciones en Parrita, en Guanacaste, en Limón, en Heredia, en Cartago. Es cosa de preguntarle al Meteorológico, para darse cuenta del nivel de violencia y de la cantidad de lluvia que ha caído.

Yo recibí una institución anquilosada, con ¢25.000 millones sin ejecutar, con un esquema de atención diferente y nosotros la hicimos proactiva; la gente empezó a conocer la CNE en el campo, en acción, y este ha sido un cambio sustancial en el sistema.

Si hay gente que piensa que uno no ha manejado bien una emergencia, pues, qué podemos a hacer. La opinión del costarricense no es esa; hay una encuesta de CID-Gallup, que dice que el 90% de los costarricenses opina que se ha manejado bien la emergencia.

El PAC también denunció que la Junta de Desarrollo de la Zona Sur (JUDESUR) le trasladó ¢6.000 millones a la CNE para reconstrucción de los daños causados por desastres naturales, pero que la Comisión no ha rendido un informe de los resultados de esa tarea.

-Eso no es cierto. Los primeros ¢3.000 millones la JUDESUR  se los dio a la administración pasada y no a nosotros. Llegamos y los encontramos intactos: ni un cinco habían gastado. Tuvimos que correr a ejecutar esos y un segundo desembolso de ¢3.000 millones más.

El tema de la ejecución de los dineros reconozco que no es fácil, pero empezamos por lo que ya había y parte de lo nuevo; estimo que debemos andar en una ejecución del 60% o 70%. Ejecutar ha sido complicado. La política del pasado era que después de una emergencia a la CNE le daban el dinero para atenderla y ejecutar la reconstrucción, pero la institución no estaba en capacidad de esto, ya que no tiene el personal suficiente.

Una de las críticas que se escuchan sobre la CNE, es que no ha hecho nada en materia de prevención. ¿Podría decir si eso es cierto?

-Ahí tenemos una discusión con algún sector. Para mí prevención es hacer un dique y que no se vuelva a inundar Filadelfia, Parrita o Corredores. Prevención es hacer obras antes que puedan evitar una emergencia, aunque hay algunas que se generan por eventos naturales que no podemos controlar y que algunos son impredecibles, como un terremoto.

Hemos estado más tiempo atendiendo las emergencias -porque han ocurrido seguidas y muy violentas-, que en las campañas preventivas. Este año vamos a retomarlo e invertir bastante en la parte educativa e informativa, sin descuidar las obras o el equipamiento de las instituciones científicas, que son muy importantes.

¿Ha sacado lecciones de emergencias como el terremoto, para la atención de futuras eventualidades?

-Toda emergencia genera lecciones y estas son clave en los procesos de atención. Haré una pequeña encerrona con todas instituciones de distintas áreas, para hacer una evaluación y una autocrítica, y así determinar qué estuvo bien y qué estuvo mal. Hay mucha gente que dice llamarse científica y técnica que ahora critican, pero que en el pasado estuvieron y no hicieron nada.

La CNE debe encargarse de la prevención y de la atención de las emergencias, pero no de las obras de reconstrucción, que deben estar a cargo de las municipalidades y de las instituciones específicas.

El diputado libertario Mario Quirós denunció el 5 de febrero en el plenario legislativo, que la junta directiva de la CNE no había sesionado durante todo enero y que cómo era esto posible después del sismo del 8 de enero. ¿Es esto cierto?

-Teníamos la primera sesión de junta directiva justo cuando se vino el terremoto y nos metimos de lleno en eso, y por eso hasta ayer nos reunimos y de nuevo hoy (viernes 6).


Ing. Jaime Brenes
Presidente de la CNE debe sentarse a coordinar

En los primeros momentos en que ocurre una desgracia natural, el Presidente Ejecutivo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) debe sentarse a coordinar la atención con un equipo interdisciplinario, asegura el especialista en planificación territorial y profesor de la Universidad de Costa Rica (UCR), Jaime Brenes Valverde, al referirse al papel que debe cumplir el jerarca en situaciones de crisis.
 
Brenes –ingeniero civil con experiencia en manejo de uso del suelo y legislación ambiental-, si bien considera buena la atención inmediata a los víctimas del reciente terremoto por parte de la CNE, no está de acuerdo con la forma en que su actual jerarca, Daniel Gallardo, asume las acciones en estas situaciones, específicamente con sus desplazamientos inmediatos a las zonas.

En su criterio, la cabeza debe dedicarse a fungir como coordinador del equipo de expertos, aunque no exista un equipo interdisciplinario de profesionales y técnicos para enfrentar los desastres, sino un grupo de investigadores que colaboran eventualmente.
“Salvo una calamidad pública nacional, considero inoportuno que un presidente de la CNE se exponga a estar en el frente de la guerra desde el inicio”, comentó.

Brenes Valverde criticó que la CNE se dedica desde hace muchos años a la atención de urgencias y ha hecho poco en materia de prevención de riesgos.
Por otro lado, sostiene que en emergencias, la instancia llamada a asumir la responsabilidad directa debe ser la municipalidad del lugar, con sus profesionales, así como el alcalde, todos en coordinación con el comité de emergencias local.

A justificar lo anterior, explicó que el personal del municipio es el que conoce mejor el territorio, el que da permisos de construcción. “Si sucedieran dos o tres eventos en distintos puntos del país, no me imagino a funcionaros de la CNE viajando de un lado para otro”.

El terremoto se convierte en un laboratorio que “nos abre los ojos para muchas cosas: si estamos construyendo bien, si estamos construyendo en laderas, si los pueblos pueden crecer linealmente, si una fábrica (El Ángel) consolida a un pueblo”.

En este momento –agregó-,  la capacidad técnica de respuesta está dispersa y no está concentrada en un gran CODE (Centro de Operaciones de Emergencia), que es un grupo técnico; hay un comité operativo de rescate y reconstrucción, para lo cual hay mucho recurso, no así para la prevención”.

Agregó que “en Costa Rica parece ser que el Presidente de la República se sacó de la manga una comisión especial que aunque tenga buena intención de que va a funcionar, nadie sabe sus funciones: si fiscalizar, cambiar todo, iniciar de cero, o tomar el mando y dejar relegada a la cabeza de la CNE. Los protocolos deben ser previamente establecidos y no permitir alteración hasta después de muy avanzado el proceso del después de la emergencia”.

Por eso, instó a retomar los Comités Asesores Técnicos (COT), que -como en otros países- funcionan a partir de protocolos establecidos y con la potestad de ser inamovibles por parte de terceros, indistintamente de quién comande la CNE o de quiénes ocupen la Presidencia o ministerios.


Gerente de Desarrollo Social:
El IMAS ha cumplido con damnificados

En coordinación con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) ha cumplido con sus responsabilidades de atención de los damnificados por el terremoto de Cinchona, aseguró José Rodolfo Cambronero, gerente de Desarrollo Social.

Explicó que de manera coordinada con personal de la CNE han visitado a las personas afectadas, con el fin de levantar listas y determinar el tipo de ayuda.

Algunas de las personas se quejaron durante una visita que hizo este Semanario a la zona de Fraijanes y Poasito, porque el IMAS no les concretaba la manera en que podía ayudarles.

Según Cambronero, al 4 de febrero esa institución le había proporcionado diversos tipos de ayuda (alimentos, menaje de casa, alquileres) a 127 familias, por un monto de ¢63.6 millones.

Este número de personas asistidas es solo una parte de quienes lo han solicitado, pues la Comisión Nacional de Emergencias solo les han enviado listados parciales de los damnificados. “Hay mucha gente que se nos acerca, tanto en nuestras oficinas como en las visitas al campo, para explicarnos sus casos, y efectivamente los valoramos; pero, todavía no están en el listado oficial de la Comisión”, detalló.

Por eso están coordinando con la CNE para apresurar el paso y generar así estos listados oficiales.

La elaboración de esas listas ha estado un poco lenta, aunque no restó importancia a las razones que puedan tener los funcionarios de la CNE para el retraso. Eso sí, reconoció que esto le produce presión al IMAS, por parte de las personas que requieren de ayuda.
Acerca de las víctimas del terremoto que se quejaron porque el IMAS no formalizaba el mecanismo para que les financiaran el alquiler de una casa –por un máximo de 6 meses-Cambronero hizo ver que ellas debían primero abandonar su albergue o coordinar con la entidad para salir una vez que se hubiera pactado el alquiler de una vivienda.

 

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