Un corazón roto camina por las calles al igual que los demás, camina al mismo paso de los que están enamorados, los que caminan de la mano, los que tranquilamente salen a dirigir las diligencias de su día sin preocupación alguna. Un corazón roto hace lo mismo, lo mismo pero con el peso profundo de tener el mundo hecho un vuelco.
Estos corazones caminan a diario por las calles del mundo, pero muy por dentro deambulan en el limbo del amor insatisfecho. Tienen la mirada perdida que busca sin punto fijo, tienen la garganta seca y los ojos cargados de agua esperando un momento de soledad para dejarse ir. También le temen a la soledad y al rumbo de sus pensamientos.
Carla Morrison con una voz melódica dedica sus letras a estos corazones. Sus canciones brindan oda al desamor, a la pasión intranquila del no correspondido; tranquilizan con metáforas y los dulces sonidos que salen de su boca a estos corazones rotos.
La intérprete conmueve al amor, al más cruel de su tipo. No importa el género, la orientación sexual, el color o tamaño de la persona, Morrison toca para ellos y para los enamorados, toca con su música a todos los que se han entregado rienda floja al sentimiento de querer compartir el camino con alguien más.
Este jueves 17 de Octubre la emergente artista mexicana compartió en un concierto gratuito sus canciones a un público que la aclamó desde sus primeros pasos al escenario, como parte del festival de cine Paz con la Tierra.
La Antigua Aduana culminó en una noche inundada por la poderosa voz de la artista, sus canciones y la admiración del público que a pesar de la lluvia acompañó con afán a la mexicana. Entre su repertorio- de las cuales destacaron éxitos como Compartir, No te quiero perder y Eres tú- Morrison intervino con mensajes de apoyo a la apertura sexual, al entusiasmo por la vida e inclusive a las emociones que transcurren al superar un malestar de amor.
La solista conversó con UNIVERSIDAD sobre su trayectoria, sus letras y su camino por producir música independiente.
¿Qué tal fue el cambio de tener de productora a una artista consagrada y experimentada (Natalia Lafourcade en “Mientras tú dormías”) a tener dos artistas emergentes (Juan Manuel Torreblanca y Andrés Landon en el último disco Déjenme Llorar)?
-Más que nada es porque yo no me voy por gente que este consagrada, yo trato de trabajar con gente que me entiende, sin importar su fama. Yo convivo con ellos y si congeniamos me gusta trabajar con ellos, ven cosas en mi que yo no alcanzo a ver entonces eso es lo que me gusta.
El hecho de que hayas pasado en tan poco tiempo de ser una artista que subía sus canciones en Myspace a ganar Grammys, ¿Qué tanto dice sobre las posibilidades de exposición musical que ofrece el mundo digital?
-Yo diría que es hacer lo que uno le gusta y hay que hacerlo de corazón. Es un trabajo de 24 horas al día y 7 días a la semana. Uno tiene que echarle ganas y ser consistente. Eso en el mundo de la música es lo que hace que triunfes, y ahora hay que hacer provecho de todas las plataformas que te lo permiten.
Es una cosa bien bonita de lo que hay que vivir pero hay que trabajar duro, la exposición que tenemos ahora es privilegiada, pero uno tiene que trabajar en eso. A veces no se duerme, a veces no se come, pero las recompensas lo valen. A veces te toca venir a Costa Rica a dar un concierto, que son cosas muy muy bonitas.
El mundo de la música está cambiando y no tienes que estar firmado a una transnacional, si no con que tú hagas lo que quieras y sepas moverte por la redes sociales todo bien!
¿Hay algo que extraña sobre componer y hacer música en conjunto, como era el caso con tu primera banda Babaluca?
-No, no! (se ríe) Esta bueno hacerlo, es interesante el intercambio de ideas y puedes hacer cosas en conjunto de ideas, salen cosas totalmente diferentes pero creo que tengo muy claro el mensaje que quiero enviar a la gente y no me gusta que me pongan trabas, entonces prefiero estar así.
¿Cuál fue el propósito de crear Pan Dulce Productions (productora ejecutiva de proyectos musicales creada por Carla)? ¿Ha tenido los resultados esperados?
-Ya tenía hace varios años una inquietud de que miraba a muchos artistas que eran buenos y que nadie les daba apoyo y que no había manera. Dije que iba a esperar, voy a ver que puedo desarrollar y de repente, un día dije, ¿sabes qué? Voy a reciclar el reconocimiento que me ha dado la gente y les voy a proponer y enseñar nuevos artistas, voy a ayudar a otros.
Creo que es importante que ahora como artista independiente que le está yendo bien, hay que eliminar la ley del cangrejo y ayudar a los demás. Basta de quedarnos como en lo mismo, hay que aprovecharnos de la nueva era.
Las letras de tus canciones están cargadas de sentimientos y experiencias propias ¿Qué tan emocionalmente desgastante es cantar tus canciones en vivo?
-En algún momento lo fue porque era como muy reciente lo que me estaba pasando pero ahora cada vez lo entiendo más. A veces puede ser muy desgastante por el hecho de ser mujer, nuestras hormonas se alteran una vez al mes. Pero más que nada es porque yo me entrego mucho y me pongo como en una lupa pero me es liberador; es terapéutico.
