La baraja de opciones sobre lo que puede pasar en Honduras tras las elecciones generales de este domingo es muy amplia y su gente se debate entre la incertidumbre, la ansiedad y la esperanza de que todo transcurra con “normalidad”.
La muy firme y divulgada convicción de los dos principales candidatos sobre su victoria con amplio margen en estos comicios, solo alimenta la idea contraria: alguno de los dos ganará en una votación cerrada que podría crispar los ánimos nuevamente en un país dividido tras el golpe de Estado del 2009.
Tanto Xiomara Castro de Zelaya (Libre) como el oficialista Juan Orlando Hernández (Partido Nacional) afirman con sus encuestas en la mano que ganaran con distancias de entre 12% y 18% uno sobre el otro y llaman a respetar los resultados.
Pero en la calle la situación no parece estar tan clara. UNIVERSIDAD pudo encontrar entre los hondureños muchas versiones de lo que puede pasar: que gana Castro, que gana Hernández, que alguno de los dos gestará un fraude, que alguno de los dos bandos reclamará con violencia ante la derrota.
La fuerza de los rumores es imposible de obviar tanto para los candidatos como para las autoridades electorales, que se esfuerzan en afirmar que habrá elecciones transparentes y piden a la ciudadanía que salga a votar dejando de lado los temores.
Los observadores internacionales empiezan a tomar la ciudad capital, Tegucigalpa, y el Tribunal Supremo Electoral (TSE) les pide hacer su labor con “respeto”, mientras recogen las dudas y el desencanto de los hondureños hacia la política en su país.
En Honduras no hay segunda ronda electoral: la próxima persona que ocupe la presidencia puede ganar esta elección por un voto, y para ganarse esos votos parece que casi cualquier estrategia es buena.
VOTO CON DESCUENTO
El candidato Juan Orlando Hernández convocó este jueves a la prensa para mostrar el sofisticado centro de operaciones que tiene en una zona residencial de Tegucigalpa, donde mostró los resultados de su encuesta interna (que lo pone como ganador por amplio margen) y dónde opera uno de sus “call center” desde donde afirma que se llama a 1,8 milloenes de militantes de su partido para llevarlos a votar el domingo.
En el centro de llamadas, con unas 200 estaciones, los operadores invitan al ciudadano para votar por el candidato oficialista, y de paso, le pregunta si ya tiene la tarjeta “Cachureca”.
Este semanario consultó a uno de los operadores por la “Cachureca”, que resulta ser una tarjeta de descuentos aplicable en farmacias, restaurantes de comida rápida y otros comercios.
“-¿Pero qué tiene que ver la tarjeta con el candidato?. -Es una tarjeta que cualquiera puede tener, y le sirve sobre todo a la gente de escasos recursos”.
El candidato Hernández, consultado por la prensa internacional, no dio una respuesta muy distinta: dijo que no era una tarjeta en la que se daba dinero, sino descuentos, y que cualquiera podía tener una.
“Es más, si usted desea una, ahorita puede aplicar y se la damos inmediatamente”, respondió.
En los medios de comunicación algunos programas, periodistas y estaciones se animan a declararse abiertamente con alguno de los candidatos, mientras otros prefieren hacer alusiones indirectas sobre los aspirantes que apoyan o rechazan.