Ochenta servidores tipo blade, cada uno con recursos de procesamiento, comunicación y conectados al almacenamiento de la nube, permitirán que cada universitario tenga su propia partición de almacenamiento con la opción de compartir esos contenidos y acceso a recursos de red y procesamiento (foto Laura Rodríguez).
Con un poder de procesamiento de 2500 computadoras, la Universidad de Costa Rica (UCR) contará en el 2015 con su propia nube académica para fortalecer el servicio que se brinda a la docencia, la investigación y la acción social. La idea es administrar y aprovechar mejor los recursos informáticos disponibles en la institución y que los usuarios puedan acceder a ellos de forma ágil y en el momento oportuno.Actualmente, los servidores virtuales del Centro de Informática (CI) de la UCR ofrecen la posibilidad de almacenar información en un centro de datos con gran capacidad y seguridad. Pero esta plataforma ya está llegando al límite de su capacidad, según informó el director de esta unidad, M.Sc. Alonso Castro Mattei. Por ello, cuando se pensó en ampliar el poder de procesamiento, comunicación y almacenamiento de datos “fuimos más allá”, ya que las posibilidades científicas y técnicas eran suficientes para crear “nuestra propia nube”, afirmó Castro.
Para poder lograrlo se estableció a finales de 2012 un proyecto de investigación con el Centro de Investigaciones en Tecnologías de la Información y Comunicación (Citic), la Escuela de Ciencias de la Computación e Informática (ECCI), y en conjunto con investigadores y docentes especializados en el tema, como el Dr. Ricardo Villalón Fonseca y el M.Sc. Francisco Arroyo Mora. También participan en el proyecto los magister Luis Loría Chavarría, Sergio Blanco Zeledón y un equipo de aproximadamente 20 profesionales en el área de las tecnologías de la información, miembros de dichas unidades académicas.
Blanco afirmó que el proyecto propone un cambio de paradigma, “este cambio va a revolucionar internamente la manera de trabajar de la gente, es un cambio cultural”, por eso se requieren campañas y educación para que los usuarios y los funcionarios encargados de la plataforma tecnológica (Recursos Informáticos Desconcentrados, RID) se adapten al nuevo sistema.
“Este es un proyecto muy ambicioso” expresó Castro, por eso “estamos dando los primeros pasos para el reforzamiento de la red de fibra óptica institucional, la habilitación de 1200 puntos en la red inalámbrica, que la convertiría en la más grande de Centro América, y la capacitación del personal técnico para apoyar el proyecto de la nube y que funcione de manera eficiente”, agregó.
INVESTIGACIÓN DE PUNTA
La sinergia que se ha dado entre el recurso humano de alto nivel de las unidades participantes y la disponibilidad de recursos técnicos e infraestructura es lo que ha facilita que esta investigación se convierta en realidad.
Es un proyecto “hecho en casa” porque en el mercado no existe un producto que se adapte a las necesidades de la Universidad, explicó el director del CI. “Algo interesante es que la madurez en el mercado mundial está debajo de lo que nosotros necesitamos, estamos llegando a un nivel de innovación que vamos a poder empujar hacia donde la tecnología se debería de mover en esta línea”, afirmó con orgullo.
Para la implementación de la nube se está utilizando gran cantidad de software libre, en combinación con algunos productos de licenciamiento cerrado, para así atender los requerimientos académicos, de investigación y administrativos de la UCR.
Con esta nueva plataforma se atenderán servicios cotidianos como el correo electrónico, las videoconferencias, un canal multimedia, las transmisiones en directo y muchas aplicaciones más.
Pero lo que colocará de nuevo a la UCR a la vanguardia en tecnología informática y las comunicaciones es que tendrá un enfoque hacia la docencia, porque esta “gran bolsa de poder” que es la nube permite apoyar las actividades asociadas a tecnologías de la información en todos los niveles, desde el abastecimiento de infraestructura básica para usuarios finales hasta la operación de sistemas complejos, que requieren tecnología de alto rendimiento para la investigación.
Loría expresó que el reto para ellos como profesionales en Informática es la implementación de los servicios de la nube; por ejemplo, la instalación de paquetes de software provistos como un servicio y no como un activo, en los cuales el usuario utiliza solamente los componentes que necesita; o la infraestructura tecnológica provista como un servicio, en la que el usuario reserva recursos computacionales, de red, de espacio e instala las aplicaciones según sus requerimientos. Sin dejar de lado el reto para el equipo de gestión y soporte de la virtualización de laboratorios, para actividades docentes e investigación. Esto haría posible, según añadió Castro, que se puedan usar diferentes sistemas operativos que usualmente son incompatibles entre sí, en los mismos laboratorios.
Loría detalló que con los servicios de la nube ya no será necesario que en una unidad académica o en un centro de investigación inviertan en un cluster de alto rendimiento para tener más capacidad de procesamiento de cómputo al realizar un proyecto, pues lo podrán ejecutar en la nube. Cálculos muy poderosos, que en una computadora tardan semanas o incluso meses en resolverse, se podrían hacer en la nube de forma más eficiente.
NUBE ACADÉMICA PRIVADA
Una característica que distingue este servicio informático de la UCR es que funcionará como una nube privada; es decir, no es pública como son las de Google o Amazon, en donde se alquilan recursos y en algunos casos se utilizan de forma gratuita. En este caso, la comunidad universitaria es la que tendrá acceso a la nube.
Para ello se está trabajando -explicó Sergio Blanco- en la identificación apropiada de los usuarios (estudiantes, personal docente y administrativo), y por ello se están modernizando los sistemas de autenticación y autorización de la plataforma tecnológica.
“Este es un proyecto para toda la U”, confirmó Castro, debido a que por su capacidad también incluirá a las sedes regionales. Pero también se espera incorporar a otras universidades públicas, lo que permite que algunos sistemas propios de cada universidad sean replicados en la nube, de forma que al presentarse fallos en su infraestructura puedan trabajar apoyadas por la nube de la UCR.
De igual forma, mencionó el especialista, se pueden “levantar” máquinas virtuales y hacer procesamiento desde la casa, sin tener que depender de un laboratorio físico. Este sería el caso para estudiantes matriculados en un curso en los que se les solicite hacer un trabajo que requiera algún software disponible en la nube.
Además, hay muchos servicios que se podrían trabajar vía web para ampliar el acceso, especialmente a sedes regionales. Al respecto, Loría explicó que al ser el software de servicio independiente del hardware, se podría, por ejemplo, agrupar varios servidores como uno solo con este nuevo software para brindar el servicio a una sede.